• Denisse Arancibia, directora de “Las malcogidas”

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Denisse Arancibia, directora de “Las malcogidas”

El 21 de septiembre se estrenó en salas de Bolivia “Las malcogidas”, una comedia musical dirigida, protagonizada y escrita por Denisse Arancibia, que a ritmo de rock argentino narra la historia de una joven adulta que lucha con su sobrepeso, mientras busca su primer orgasmo. Con estreno mundial en la más reciente edición de BAFICI, el filme –una coproducción entre Naira Cine y Lagarto Cine- asoma como una película absolutamente novedosa dentro del panorama cinematográfico boliviano que ha sumado, en su primera semana en la cartelera, cerca de 9.500 espectadores.Es también la confirmación de una directora, que tras codirigir la película de terror “Casting”, demuestra que no le tiene miedo a adentrarse en géneros inexplorados por el cine boliviano.

“Las malcogidas” es una película totalmente diferente dentro del panorama de cine boliviano. ¿La idea surgió a partir de un tema puntual o el deseo de explorar el género musical?

Surgió cuando me di cuenta que llevo años viendo pelis y nunca vi una heroína o femme fatale con la que yo me identificara físicamente. Decidí proponer una opción diferente del “objeto de deseo” y crear un personaje como Carmen, la mujer con sobrepeso que no es la gorda graciosa mejor amiga de la protagonista, sino que es la protagonista en sí, imperfecta, deseable e irreverente. El elemento musical surgió cuando poco a poco fui desarrollando el guión.

La música tiene un papel preponderante dentro de la película. Sabemos que es muy costoso contar con canciones tan populares como las que se escuchan en la película, que incluye reversiones de temas de Miguel Mateos, Los Abuelos de la Nada o Serú Girán, entre otros. ¿Pudiste seleccionar las canciones en base a las necesidades de la trama? ¿Te viste limitada por el presupuesto dado el valor de las canciones?

Escribí el guión pensando en esas canciones. Luego se dio la oportunidad de trabajar con coproducción argentina, lo cual hacía mucho más factible poder utilizarlas en la película. Fueron elegidas desde el principio como parte de la narrativa y como acompañantes de los personajes.

¿Por qué elegiste al rock argentino como hilo conductor?

Parece extraño, pero en Bolivia se consume muchísima música argentina. Y de alguna manera crecemos con el rock argentino como referencia. Son canciones que me marcaron de alguna manera, que me las sé de memoria, que las pido en las fiestas, que son la banda sonora de momentos importantes de mi vida. Me gustaba la idea de usar música “universal” que el público boliviano pueda cantar al escucharlas en la película; que les recuerde una época, un amor, un momento especial.

En la película se habla de temas como la obsesión por el físico, la insatisfacción femenina, el machismo y hasta la cultura queer. ¿Cómo todos estos temas confluyeron en la historia?

Son temas que de alguna manera los personajes fueron demandando al escribir la historia. Me parecía buena idea crear personajes complejos, con varias inquietudes. Y a medida que la historia avanzaba las problemáticas iban saltando a la luz orgánicamente. Sé que parece que es mucha información para una sola película, pero de alguna manera son temas que se complementan, que se relacionan y funcionan todos juntos en mentes, cuerpos y corazones de los personajes.

Bolivia es un país con una ley del cine obsoleta, sin fondos de fomento, ni reglamentos e industria. El estado simplemente ignora al rubro, así que financiar una producción boliviana es una odisea, tuvimos la suerte de ganar el fondo Ibermedia que ayudó a cubrir el rodaje.

Este es un proyecto de larga data que tuvo también cambios en su estructura de producción. ¿Cuáles fueron las principales dificultades que sorteaste a través de los años?

El proyecto evolucionó mucho mientras estaba en desarrollo. Cambiamos estrategias de producción, corregimos guión incansablemente y enfrentamos la mayor dificultad para el cine boliviano: financiamiento. Bolivia es un país con una ley del cine obsoleta, sin fondos de fomento, ni reglamentos e industria. El estado simplemente ignora al rubro, así que financiar una producción boliviana es una odisea, tuvimos la suerte de ganar el fondo Ibermedia que ayudó a cubrir el rodaje. Completamos el financiamiento con otros aliados, fondos privados y  algunos premios. Todo esto nos tomó siete años desde la concepción de la idea hasta el estreno.

Hace unos años dirigiste una película de terror y ahora una película musical. ¿Estás enfocada en realizar películas que tal vez rompen un poco con la tradición o los temas que usualmente aborda el cine boliviano?

No tengo un objetivo puntual de explorar el cine de género específicamente ni de romper temáticas. Simplemente dejo que la idea central, el detonante y los personajes, me demanden el tono y género de la historia. El terror y los musicales son dos géneros que yo consumo mucho, así que supongo que eso también afecta al momento de escribir.

¿Estás trabajando en un proyecto nuevo?

Estoy trabajando en un proyecto nuevo llamado “Queen Bee”, que está en etapa de desarrollo. Sigo explorando el tema de la fisicalidad de la mujer junto a los temores y conflictos que nos genera el no encajar en el molde. Estamos en búsqueda de una actriz que pese más de 150 kilos y que no se avergüence de ellos. No puedo decir más por ahora.