• Guido Rud, CEO de FilmSharks

    “Malcriados”, adaptación colombiana de la mexicana “Nosotros los Nobles”.

  • Guido Rud, CEO de FilmSharks

    “De pernas pro ar” en su versión coreana: “Casa Amor”.

  • Guido Rud, CEO de FilmSharks

Guido Rud, CEO de FilmSharks

Con base en Buenos Aires FilmSharks Intl. es una de las compañías de venta especializada en producto de ficción y documental latinoamericano con uno de los catálogos más amplios y con mayor actividad internacional.

FilmSharks tiene output deals con reconocidos productores independientes iberoamericanos y maneja el catálogo de productoras tales como como Disney/Patagonik, Alta Vista, Pampa, Pol-Ka, Eddie Saeta y Amiguetes. Esto la sitúa en una posición muy favorable para sintonizarse con las productoras desde los primeros estadios de producción de un film. Entre los derechos para remake que gestiona se encuentran los de “Sin filtro” (Nicolás López), “2 + 2” (Diego Kaplan), “Un novio para mi mujer” (Juan Taratuto) o “Nosotros los Nobles” (Gary Alazraki). Recientemente, Fox International Productions adquirió de FilmSharks los derechos para Brasil de “Me casé por un boludo”, nuevo film de Taratuto que ha sido vendido a la alemana Globalgate de Lionsgate y a Lotte de Corea del Sur, y “Sin hijos” (Ariel Winograd). LatAm cinema habló con su CEO, Guido Rud.

¿Cómo se identifica la capacidad para el remake de una película? Se ha convertido poco menos que en el rey de los remakes

Ja, ja, ja… En realidad, tiene que ver con poder detectar el potencial de una historia o contenido y cuánto puede viajar en culturas internacionales. Por otra parte, resulta más fácil vender un remake que un guion. Incluso resulta más fácil vender un remake por parte de una persona a la que ya creen, pese a que la película original no haya hecho taquilla. Nosotros tenemos la capacidad de poder recomendar una película, como hice con Fox en el caso de “Buena vida – Delivery”, de Leonardo di Cesare, que ahora está produciendo Carlos Saldanha su remake en Brasil, y así con muchos otros casos. Otra razón del éxito del remake es que la gente ya no lee. El mundo de las pantallas invadió la vida del ser humano y es más fácil comunicar algo por la pantalla que por la letra impresa.

¿Existen géneros o formatos más aptos que otros para vender sus derechos de remake?

Creo que en los países en desarrollo, las más indicadas son las comedias, aunque ahora se están abriendo a otros géneros como el thriller. En los países más sofisticados gustan mucho las parodias sociales, ya sea en tono de dramedy o comedia. También gustan mucho aquellas películas que puedan abastecer audiencias maduras, como por ejemplo el remake que se hizo en Argentina (“Inseparables”, Marcos Carnevale) de la película original francesa. Es decir, las heart-touching movies, como las llaman.

Y esto a pesar de que muchos agentes dicen que las comedias viajan mal, pero parece, al menos, que hay algunas que no tienen fronteras…

Sí, como explicaba antes, a nosotros las comedias y las parodias sociales nos funcionan mucho. Es el caso de “Nosotros los Nobles”, “La demolición” o “Buena vida – Delivery”. En todas ellas, el pobre se ríe del rico…

Resulta más fácil vender un remake que un guion

Esto en cuanto a géneros, pero más allá de esta tipología, ¿qué hace atractiva a una película para generar diferentes versiones a partir de ella?

El remake tiene dos venas: la del concepto y la de un personaje único. En las películas de súper héroes pasa lo mismo. Hay gente que agarra simplemente el concepto de la película, teniendo en cuenta que después hay que hacer un desarrollo para la versión local. Hay otros que toman para el remake la riqueza de un personaje, como por ejemplo en el caso de “Toni Erdmann” de Maren Ade. En ésta, por ejemplo, la historia es mínima, se trata de un portarretrato de un personaje como Benny Hill, pero más bizarro. Es lo mismo que pasa con “Torrente”.

¿Cuál es el perfil típico de la operación de venta de un remake?

El modelo de ventas de remakes tiene varias patas. Se negocia un precio por la propiedad que puede ofrecer distintos rangos -puede ser fijo o porcentual- y se renegocian luego participaciones de diferentes índoles, ya sea en la película hecha remake o por resultados específicos. En ocasiones, se prefiere establecer un precio más alto y no darte ningún tipo de participación. Básicamente es como un MG (mínimo garantizado).

En Latinoamérica parece que son las películas argentinas las más maleables para el remake

No, no, nosotros tenemos europeas y de toda Latinoamérica. Por ejemplo, la película de Nicolás López “Sin filtro” que llevamos nosotros, ahora la está haciendo Amiguetes, la productora de Santiago Segura, con Warner y Antena 3. También se está haciendo en Brasil, en México, en Estados Unidos, y ahora la estamos cerrando en Corea, se cerró ya en Turquía, en Alemania. La película es un bombazo. Yo diría que en Latinoamérica hay una frescura para la comedia muy, muy interesante. También tengo una película brasileña (“De pernas pro ar”, Roberto Santucci, 2010), que es un high concept genial muy apto para remakes. Esta la hemos vendido en todo el mundo.

¿Qué mueve al comprador a comprar los derechos de un remake? ¿Qué le interesa más?

Pues creo que así como hay dos venas en el remake, lo mismo ocurre con los compradores. Tenés el comprador que tiene vuelo que dice “ah, qué buen concepto, qué buena idea. Esto va a funcionar y sé cómo hacerlo” y después tenés al otro, más desorientado y cerrado que sólo pregunta “¿cuántas entradas vendió en Argentina?”. Pero este último no se da cuenta del potencial real. Fox, por ejemplo, no hizo esto con “Buena vida – Delivery”. La compraron, pese a que en Argentina hizo una muy baja recaudación. Hay compradores más listos y más abiertos que otros.