Oscar Godoy, director de “Ulises”, mejor película chilena de SANFIC7

Reciente ganadora de la Competencia de Cine Chileno del SANFIC7, la coproducción chileno-argentino “Ulises” acaba de estrenarse en salas comerciales de Chile, a la par que ha sido elegida junto a “Post Mortem”, de Pablo Larraín, y “Violeta se fue a los cielos”, de Andrés Wood, como una de las tres candidatas a representar al país en los premios Oscar y Goya. Esta opera prima de Oscar Godoy –también guionista junto a Daniel Laguna- aborda el tema de la inmigración, siguiendo el devenir de un peruano –interpretado por el argentino Jorge Román- en su esfuerzo por sobrevivir y adaptarse a una cultura diferente que a priori le promete una mejor calidad de vida. Próximamente, “Ulises” participará en la sección Horizontes Latinos del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Naciste en Chile pero te criaste en Venezuela y viviste varios años en Europa antes de regresar a tu país natal. ¿Qué tanto de esa experiencia como extranjero puedes reconocer en la historia de “Ulises”?

Naturalmente es el punto de partida, experiencias que viví o que observé a lo largo de muchos años, primero siendo niño en Venezuela, donde a mi casa llegaban argentinos y chilenos emigrando por razones políticas o buscando mejor situación económica. Veía personas que estaban viviendo transplantadas de su lugar de origen y difícilmente se adaptaban a la nueva realidad. Luego ya de adulto vuelvo a Chile en el 94 y soy visto por otros chilenos como extranjero, hablo distinto, me relaciono distinto. Después en Barcelona donde viví por 8 años, veía sudamericanos, africanos, y como esta sociedad cambiaba bruscamente para los catalanes, de mirarse y pensarse como una sociedad uniforme, de golpe su mundo se había transformado conviviendo con personas de otras culturas, idiomas y razas distintas, y además donde me di cuenta que por mas años que estuviera allí y aunque tenía un desarrollo profesional muy bueno, nunca iba a ser “europeo”, y es allí cuando vuelvo a Chile y veo esas mismas caras, esas mismas personas, esta vez en peruanos tratando de ubicarse en Chile. En la película trato de colocar más que anécdotas específicas que haya visto o vivido, la sensación de permanente desarraigo que vive alguien que ha viajado a vivir otra cultura y lo que esta provoca en el alma de una persona.

¿Cuál es la mirada social sobre Chile que te interesaba ejercer al concebir el guión?

Más que mirada social, trato de hablar sobre la ciudad que veo y que vivo, la cual no ha sido muy representada en la cinematografía chilena, pero que para mí es la cercana. Entonces la película abre un poco el abanico de miradas y voces sobre esta sociedad, pero no desde el panfleto de denuncia o ensayo sociológico, creo que hay otros medios más efectivos para eso, sino desde el mostrar una experiencia humana. Chile es una sociedad que ha cambiado rápidamente en los últimos años y con ello sus interrelaciones entre sus miembros. Entonces trato de mostrar esa circunstancia, acercándome con la intención de colocar la mayor verdad posible en la pantalla, sin artificios o construcciones edulcoradas sobre individuos que para mí son mis pares.

La película es una coproducción entre Chile y Argentina entre dos productoras destacadas como son Fábula y Rizoma, ¿cómo llegaste a ellos?

Con Fábula mantengo una relación primero de amistad y luego laboral desde hace mucho tiempo. Con Pablo Larraín nos conocemos desde hace mucho tiempo, pues juntos trabajamos como asistentes de dirección de Miguel Littin en “Tierra del Fuego”, y de allí establecimos una amistad. Luego yo fui asistente de dirección en los dos primeros largos de él, “Fuga” y “Tony Manero”, entonces cuando empecé a desarrollar “Ulises” fue natural hacer la película con los amigos, con los cuales además compartimos una misma visión del cine y de lo que nos interesa contar a través de él. La participación de Rizoma fue posterior. Como teníamos un protagonista argentino se buscó la participación de una productora argentina, y como Rizoma había producido películas interesantísimas como “El custodio”, nos pareció natural buscar el apoyo de una productora que estuviera en la misma línea de trabajo

¿Por qué te decantaste por el argentino Jorge Román para interpretar a un peruano?

Cuando empecé a desarrollar el guión de “Ulises”, un amigo me recordó a Jorge, a quien lo había conocido trabajando en “Mi mejor enemigo” una coproducción chileno-argentina, donde yo había colaborado en el guión y fui asistente de dirección. y había visto su trabajo en “El bonarense”, pero lo deseché por ser argentino. Luego busque en Perú, y aunque había estupendos actores o eran mas jóvenes o eran mayores que el personaje; en Bolivia también fue así, y ahí otra vez este amigo en común me recordó de Jorge, y me dije ¿por que no?, si después de todo una película no es un reportaje, y además Jorge tiene un tipo físico de mestizo latinoamericano que para mí era muy importante. Eso en lo físico, luego Jorge aportaba un registro de naturalidad en la actuación que para mí era imprescindible para darle verdad a esta condición de desarraigo que cuenta la historia y que creo es lo fundamental en el cine, más allá de acentos o nacionalidades.

“Ulises” acaba de ganar como mejor película en la competencia chilena de SANFIC7 pocos días antes de su estreno, ¿cuál es tu expectativa de cara al lanzamiento?

Mis expectativas son de que ojala llegue al mayor número de personas que buscan en el cine algo más que la entretención, que la película sea una experiencia que los interpele, que la película les genere interrogantes más que certezas sobre sí mismo, sobre la vida que acaban de ver en la pantalla. Todo esto teniendo en cuenta las dificultades prácticas para llegar al público, la dificultad en compartir las pocas pantallas que hay en Chile -unas 300 para 16 millones de habitantes- con estrenos del cine de entretenimiento que acaparan la mayoría. En ese contexto, el haber ganado el SANFIC espero que ayude a darle visibilidad al trabajo.

Tienes 44 años y esta es tu opera prima. ¿Sientes que demoraste en llegar a tu primer largo o que fue una espera necesaria?

Creo que las películas se pueden hacer cuando uno tiene algo que contar, cuando tienes una necesidad más fuerte que todo, cuando no te deja dormir, cuando tienes que sacártelas de encima, y esa vía puede ser a los 20 como a los 80. Para mí lo importante es la necesidad de contar. En ese contexto hacer mi primera película a los 44 es un detalle circunstancial. Cuando empecé a trabajar como técnico en el medio audiovisual, trabajando en publicidad en Venezuela, filmé algunos cortos, de los cuales solo guardo un corto documental sobre un grupo de mariachis. Pero me di cuenta viendo los otros cortos, que no eran nada más que lo que cualquier chico de mi edad podía hacer; entonces ví que tenía que vivir más y que si algún día tenía que decir algo, ese día haría una película. Y eso llego después naturalmente.

“En la película trato de transmitir la sensación de permanente desarraigo que vive alguien que ha viajado a vivir otra cultura y lo que esta provoca en el alma de una persona”