Canadá: un nuevo socio que mira hacia el Sur

La política audiovisual de Canadá sigue acercándose a Latinoamérica con la puesta en marcha de varias iniciativas dirigidas a tender puentes y fomentar la cooperación cinematográfica entre ambos territorios. Por Gerardo Michelin

Si bien la relación entre las cinematografías canadiense y latinoamericana no es algo nuevo, esta parece haber ganado impulso en el último año, en el que Canadá y la provincia de Quebec–uno de los principales centros de producción audiovisual del país - tuvieron una participación activa en algunos festivales como Guadalajara o Los Cabos, y mercados como el Bogotá Audiovisual Market.

La relación entre Canadá y América Latina se está consolidando. En los últimos tres años, el ritmo de coproducciones entre los dos territorios ha aumentado, pasando de un proyecto anual al comienzo de la última década a los tres o cuatro al año registrados entre 2011 y 2013. Es una relación en la que ambas partes tienen mucho para ganar.

¿Qué tiene Canadá para ofrecer como socio coproductor? “¡Experiencia!”, responde Carolle Brabant, directora ejecutiva de Téléfilm Canada. “Con 54 tratados firmados, Canadá casi puede jactarse de haber inventado las coproducciones, que son una pieza fundamental en nuestra industria audiovisual. Como socios coproductores, los canadienses podemos ofrecer acceso a incentivos y subvenciones nacionales así como aportar talento y equipos de rodaje con experiencia internacional. Además, siendo el segundo país más grande del mundo, ofrece un amplio abanico de locaciones, sin olvidar los estudios y las casas de postproducción con tecnología de punta”, agrega.

Por su parte, la riqueza creativa y la imagen internacional del cine latinoamericano parecen haber despertado el interés del cine canadiense, además del atractivo que representa tener relaciones con un mercado, como el latinoamericano, que mueve anualmente más de 575 millones de entradas y en el que podrían encontrar un espacio los cerca de 85 largometrajes que produce Canadá al año.

En este momento son siete los países latinoamericanos que tienen acuerdos de coproducción con Canadá: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Uruguay y Venezuela. Sin embargo, apenas una decena de coproducciones entre ambos territorios han llegado a las pantallas en la última década.

Títulos como “La voz en off”, de Cristián Jiménez, producido por la chilena Jirafa Films en coproducción con la francesa Rouge International y la canadiense Films 1976; “El niño que huele a pez”, ópera prima de Analeine Cal y Mayor coproducida entre la canadiense Rhombus Media y la mexicana Redrum; y “Fogo”, proyecto de la mexicana Yulene Olaizola surgido en una residencia artística en Canadá y seleccionado en la Quincena de los Realizadores en 2012, son algunas de las películas más reconocidas a nivel internacional surgidas de esta asociación.

Si bien las cifras aún no son relevantes, todo hace pensar que la relación entre el cine latinoamericano y canadiense tuvo un punto de inflexión a comienzos de este año durante el Encuentro Bilateral Québec-México, celebrado en el 29º Festival de Cine en Guadalajara. El éxito de este evento propició un nuevo encuentro durante la pasada edición del Festival de Cannes en el que unos quince productores de ambos países volvieron a sentarse frente a frente para presentar sus proyectos. Los resultados no se hicieron esperar. Dos nuevas coproducciones fueron anunciadas fruto de estos encuentros: “X Quinientos”, de Juan Andrés Arango, proyecto impulsado por la mexicana Machete Producciones en asociación con la canadiense Péripheria Productions y la colombiana Séptima Films; y “Multiplicador”, film dirigido por Rodrigo Hernández que será producido por la mexicana Velarium Arts en coproducción con las canadienses EMA Films y Filmoption International.

“No me gusta pensar las coproducciones en términos de países sino de proyectos. Me gusta mucho lo que están haciendo nuestros socios mexicanos en materia de dirección y producción. Tenemos mucho en común en cuanto a cómo queremos que se vean los proyectos, así que creemos que podemos hacer un buen equipo. En México existe un esquema de incentivos fiscales que es de gran ayuda para el rodaje, mientras que en Canadá tenemos un programa de créditos fiscales para todo lo relacionado con los efectos visuales, un área en la que tenemos algunos de los mejores profesionales del mundo, ¡así que la combinación es ganadora!”, comenta Anne-Marie Gélinas, presidenta de EMA Films, productora con sede en Montreal que, además de “Multiplicador”, tiene previsto coproducir otros dos proyectos con Latinoamérica.

SOCIOS ESTRATÉGICOS

Además de los encuentros bilaterales, la presencia canadiense en festivales y mercados latinoamericanos es cada vez más habitual. En México, Los Cabos Film Festival se ha convertido en una cita indispensable para los productores canadienses gracias a las características del evento, reservado exclusivamente al cine de los países norteamericanos. Para reforzar ese posicionamiento, este año se celebrará el primer Foro de Coproducción México-Estados Unidos-Canadá, con el objetivo de contribuir y apoyar el desarrollo y la vinculación de la industria cinematográfica de la región. Doce proyectos en etapa de desarrollo han sido seleccionados para este foro y no sería de extrañar que surjan nuevas coproducciones mexicanas con participación canadiense.

Con la mirada puesta más allá de México, Strategic Partners, el foro canadiense de coproducción y cofinanciación del Atlantic Film Festival, este año dedicó por primera vez un foco a Iberoamérica. Gracias a este programa, que volverá a repetirse en 2015 con el objetivo de consolidar la cita, cuatro proyectos latinoamericanos –dos cinematográficos y otros dos de ficción televisiva- fueron presentados a potenciales socios en el evento celebrado en septiembre en Halifax, al norte de Canadá.

“Hay dos buenas razones para que ambos territorios estrechen lazos”, comenta Laura Mackenzie, directora de Strategic Partners. “En primer lugar, existe interés y las historias están ahí. Todo se ve de un modo natural, nada resulta ajeno. En segundo lugar, casi todos los países de América Latina tienen organizaciones gubernamentales de apoyo a la coproducción. Como socio potencial, esto significa que ya has sorteado la mayoría de los obstáculos a la coproducción y que te encuentras un paso por delante en el proceso de desarrollo”, explica.

El futuro es prometedor y todo hace pensar que la presencia de los productores canadienses en eventos latinoamericanos, así como el lanzamiento de iniciativas para fomentar la coproducción entre ambos territorios, seguirá creciendo en los próximos años. Porque además de compartir una mirada similar sobre la industria, los cines de Canadá y Latinoamérica tienen otras características en común, como explica Carolle Brabant: “Si bien estamos cerca de Estados Unidos, seguimos siendo un país modesto en términos de fondos y espectadores. No tenemos un modelo de negocio basado en grandes estudios, somos una comunidad de producción independiente… pero eso es lo que nos hace verdaderamente creativos”.

Con su participación en la pasada edición del Foro de Coproducción de San Sebastián, Canadá confirma su interés en estrechar lazos con Latinoamérica.