Andrés Wood, director de “Noticia de un secuestro”
Una adaptación de la novela homónima de García Márquez, "Noticia de un secuestro" es una miniserie coproducida entre Colombia, Chile y Estados Unidos. Rodada en Bogotá en plena pandemia, en medio de la crisis política y social que azotaba el país, la serie se estrenó en Amazon Prime Video en agosto de 2022 y acaba de conquistar cuatro de las seis estatuillas a las que aspiraba en los Premios Platino, incluyendo Mejor Miniserie y Mejor Creador de Serie.
“Noticia de un secuestro” sitúa al espectador en la Colombia de la década del '90. En aquellos años, tuvieron lugar los secuestros de una decena de destacadas figuras de la escena política y social colombiana, o de familiares de estos, como método de extorsión para acorralar al gobierno del entonces presidente César Gaviria, que asumió su cargo el 7 de agosto de 1990 con el fuerte compromiso de combatir el narcotráfico con leyes de extradición. Dos de las secuestradas fueron la entonces ministra de Educación, Maruja Pachón, y Beatriz Villamizar, esposa y hermana del legislador Alberto Villamizar respectivamente. La policía inicia una búsqueda para dar con una pista que los acerque a los secuestradores, el grupo autodenominado Los Extraditables, y Alberto se suma a la operación para rescatar a su familia. Así comienza el primero de los seis episodios en los que se narra la historia.
Gabriel García Márquez, amigo íntimo de alguno de los capturados, aceptó contar el padecimiento de los que estuvieron privados de libertad, algunos por períodos de hasta seis meses. Sin embargo, a medida que recogía testimonios, se daba cuenta de la dificultad que implicaba separar el relato de sus amigos del de los demás secuestrados, a quienes también conocía. Así ocurrió que el trabajo que Gabo esperaba completar en un año, le tomó unos cuantos más.
No es la primera vez que se intenta una adaptación de “Noticia de un secuestro”, cuya primera edición editorial se remonta a 1996. Uno de esos intentos de largometraje, en el que participaban productoras de Argentina, México y Colombia, se anunció en 2009, pero no prosperó hasta que Rodrigo García Barcha, hijo del Nobel colombiano y productor cinematográfico, tomó las riendas del proyecto y convocó a Andrés Wood, director, guionista y productor chileno que se ha destacado por centrarse en la exposición de historias íntimas que transcurren en contextos políticos complejos. Una de ellas, “Machuca” (2004), está ambientada poco antes del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 en Chile y cuenta la historia de Gonzalo y Pedro, dos niños de contextos sociales distintos que coinciden en un colegio religioso. En 2008, Andrés Wood ganó el Colón de Oro del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva y el Goya a Mejor Película Extranjera Hispanoamericana con “La buena vida”. A este éxito le siguió “Violeta se fue a los cielos” (2011), biografía homónima sobre Violeta Parra con la que ganó el Gran Premio Internacional del Jurado en el Festival de Sundance. “Noticia de un secuestro”, su realización más reciente, cuenta con la codirección de Julio Jorquera y la participación de Miguel I. Littin-Menz y Paulo Pérez en la dirección de fotografía, Rodrigo Bazaes en el diseño de producción, Andrea Chignoli en montaje, Miguel Miranda y José Miguel Tobar en música original y la producción de Macarena Cardone y María Elena Wood, de Invercine y Wood Producciones, asociadas con AGC Studios y Prime Video Latam.
“Noticia de un secuestro” fue la miniserie más premiada en la décima edición de los premios Platino, donde se alzó con cuatro estatuillas: a la Mejor Miniserie o Teleserie Cinematográfica de Ficción, el Mejor Creador de Serie (Andrés Wood y Rodrigo García Barcha), la Mejor Interpretación Femenina en Miniserie o Teleserie (Cristina Umaña), y la Mejor Interpretación Femenina de Reparto en Miniserie o Teleserie (Majida Issa). El equipo recibió también el Premio del Público a la Mejor Miniserie o teleserie Cinematográfica Iberoamericana. LatAm cinema conversó con Andrés Wood en Madrid con motivo de estos reconocimientos.
¿Cómo fue pasar de la producción de largometrajes a la miniserie?
En Chile había hecho la miniserie “Ecos del desierto” (2013), cuando se conmemoraron los 40 años del golpe militar. Es la historia de una mujer que busca a su marido desaparecido durante 30 años. Es una historia real, muy bonita. Además, fui director creativo y productor de “Los 80”, una serie que estuvo siete años en pantalla en Chile (2008-2014) en la que los personajes van creciendo, una suerte de “Cuéntame” chilena. Entre otras.
¿Encuentras alguna variación significativa entre tu trabajo como productor de largometrajes y de series o miniseries?
Cuesta definir exactamente cuáles son las diferencias, porque uno finalmente es el mismo y se mueve un poco por las mismas obsesiones. Pero hay algo de lo que uno tiene conciencia en el caso de las series que es la intermediación, que era Amazon Prime en este caso, que era un colaborador y finalmente un intermediario, en el sentido de ayudar a hacer esto y llegar al público. Creo que con las series también hay una consideración mucho mayor de la audiencia, que siempre está, pero en este caso es un punto importante.
Finalmente, una miniserie no deja de ser una película larga.
Sí, claro. Por eso me gusta el formato de seis capítulos y no más. Y cuatro, ojalá. A no ser que uno le encuentro otra vida creativa a la serie, que puede ser.
Es una serie que cumple con ese sueño de poder hacer cosas entre nuestros países donde culturalmente, pese a que tenemos historias distintas, algo nos cruza que es más profundo que la historia política, que es la historia humana.
¿Qué significa tener el apoyo de Amazon Prime Video en la producción?
Primero, hacer una serie de esta envergadura en nuestro mercado es muy difícil, se necesita una plataforma, y segundo, acá hubo una decisión muy importante de hacer este proyecto, que además lo filmamos en pandemia, lo que implica más costos, más riesgos; es un apoyo importante en la producción y también en la creación. Yo participé en todo el proceso creativo y me sentí muy cómodo trabajando con ellos.
¿Cómo gestionaste el riesgo de trabajar en la adaptación de la obra de un Nobel de literatura?
Íbamos de la mano de su hijo, Rodrigo García Barcha. Él, de alguna manera, es el que inventó hacer esto. Él me invitó, pero él inventó todo esto, y yo tuve mucha libertad. Él estaba muy consciente de ciertas ideas y de un respeto a ciertas cosas y marcó la cancha muy libremente. Finalmente es un trabajo complejo. Es un premio Nobel, pero de alguna manera, pasaron dos cosas interesantes, una, que yo no soy un experto en literatura, yo leo un libro, veo si me gusta o no me gusta, y este libro nos sirvió como una experiencia, que en mi caso fue la experiencia de leerlo muchas veces y de tener muchas preguntas escribiendo el guion que estaban resueltas en el libro de forma no directa. Hay una ansiedad literaria que el lector en este caso capta, pero no es capaz de descifrar en su dualidad y de alguna manera yo tuve la suerte de descifrar eso. Por otro lado, hay que entender que transgredimos la obra en muchos sentidos. Nosotros creamos un mundo paralelo, que fue el mundo de los sicarios y que en realidad no era así y nos dimos esa libertad, y siento que es parte de la gracia y de la cercanía con la gente en esta creación.
Al recibir el Premio del Público comentaste que “Noticia de un secuestro” tenía equipo colombiano y “un toque chileno”. Más allá de lo obvio, ¿a que te referías?
La mayoría de las cabezas de equipo eran chilenos, director de foto, director de arte. Yo era jefe de guionistas, pero había guionistas colombianos, más productores chilenos, o sea, era rara en ese sentido, pero fue muy fácil trabajar ahí. Yo quedé muy sorprendido por el talento en todo sentido y particularmente, con actores y actrices que no conocía. Entonces, es una serie que cumple con ese sueño de poder hacer cosas entre nuestros países donde culturalmente, pese a que tenemos historias distintas, nos atraviesa algo que es más profundo que la historia política, que es la historia humana. Seguramente tendríamos relación con muchas otras sociedades. Para mí fue muy fuerte identificar esto.