Arami Ullón, directora de “Apenas el sol”, documental que denuncia la discriminación indígena en Paraguay
Segundo largometraje de la directora Arami Ullón (“El tiempo nublado”), “Apenas el sol” trata sobre la compleja búsqueda del significado de la identidad y del sentido de pertenencia a través de Mateo, un historiador de la población indígena ayoreo que realiza entrevistas y registros sonoros de su comunidad. Son historias, canciones y testimonios de otros que, como él, fueron expulsados de su territorio ancestral en el chaco paraguayo, perdiendo así su hogar y sus medios de subsistencia. El filme fue el encargado de inaugurar el IDFA de Amsterdam en 2020 y acaba de recibir los premios del Jurado a Mejor Documental y el de Documental del Público en Cinélatino de Toulouse. LatAm cinema conversó con esta directora paraguaya radicada en Suiza.
“Me toca decir que en Paraguay el Estado ha alcanzado un pico de negligencia, de corrupción y de criminalidad organizada”, declaró Ullón al momento de recibir el premio francés. Así denunciaba los siglos de marginación estructural y violencia institucional que han vivido las poblaciones indígenas en tierras paraguayas. El carácter de denuncia es, precisamente, uno de los mayores méritos de esta película. El filme es una coproducción suizo-paraguaya que ya ha encontrado eco en festivales y mercados de Alemania, Noruega, Finlandia, Reino Unido y recientemente en Hot Docs de Canadá. Durante los próximos meses se exhibirá en espacios como MOOOV Film Festival (Bélgica), Millennium Docs Against Gravity (Polonia) e Iberodocs (Escocia e Irlanda). La producción es de Pascal Traechslin (Cineworx Filmproduktion) en coproducción con la productora de la directora (Arami Ullón Cine), y cuenta con Film Republic como agente de ventas internacionales.
Durante la película da la impresión de que Mateo y su entorno están acostumbrados a ser grabados en audio, pero no en video. En tanto persona ajena a la comunidad, ¿cómo te recibieron?
Mateo es un historiador que se vale de las herramientas que tiene a mano para realizar su trabajo. Su obra más vasta está registrada en audio, en cintas magnéticas, pero en algún momento tuvo acceso también a una cámara de video, pero cuando recibe una cámara digital de un colaborador no-indígena, se ve enfrentado a varias complicaciones técnicas: cómo almacenar datos, conseguir más espacio de almacenamiento, reemplazar baterías dañadas, etcétera. Estas son solo algunas de las complicaciones del registro audiovisual en la lejanía de las comunidades del Chaco y en la situación de pobreza que enfrentan. Es importante considerar que a veces las soluciones que proponemos desde “afuera” no necesariamente son las más adecuadas. Entonces, el registro de audio, vuelve a ser central. Mateo conduce también programas radiales comunitarios. Para él y algunos de los protagonistas, una cierta exposición a cámaras y micrófonos ya no representaba algo completamente foráneo.
Entonces, ¿cuál fue el método de trabajo para alcanzar esa cercanía?
Es importante mencionar que no filmamos sin antes hacer un proceso de fortalecimiento de vínculos que duró años. La investigación empezó tres años antes de empezar el registro, continuó durante los tres períodos principales de rodaje (2016, 2018 y 2019), y también durante los intervalos. Todo el proceso hizo posible que nos acercáramos con el mayor entendimiento posible sobre la complejidad del universo ayoreo y que tejiéramos juntos la confianza que nos permitió escuchar los relatos personales que cada uno de ellos fue compartiendo frente a cámara.
El filme se estrenará en Paraguay a mediados de este año, ¿cuáles son tus expectativas?
Tenemos varios objetivos, el primer paso es llegar a las comunidades ayoreo. Queremos que ellos sean los primeros en Paraguay en ver el filme. Y también queremos que el estreno en salas comerciales no solamente alcance a un público que ya está interesado en los temas tratados en el filme, sino que queremos llegar también a personas que no saben del tema. En Paraguay, gran parte de la población no conoce en profundidad la situación de los pueblos indígenas; algunos sectores, ni siquiera de manera superficial. Para estos grupos, es un lugar hacia donde no se mira. Y quisiera que esa mirada hacia ellos, cuando ocurra, pueda cambiar de ángulo y que ya no sea discriminatoria, paternalista o “exotista”, sino que puedan ser percibidos en toda su soberanía. Tal vez sean unas expectativas muy ambiciosas, pero hay que intentarlo.
Es necesario que los tomadores de decisiones financieras e incluso los colegas dejen de ver el documental como un subgénero.
¿Cuál es tu visión sobre la marginación actual después de trabajar tan de cerca con Mateo y su comunidad?
La emergencia sanitaria en la que se encuentra Paraguay está ligada a un altísimo nivel de corrupción y, en estas circunstancias, los pueblos originarios corren más riesgo que antes. Pero no por esto se debe detener la lucha. Las leyes paraguayas contemplan sus derechos, pero el Estado no las respeta. Entonces se ven constantemente vulnerados por los diferentes invasores en sus territorios.
¿Qué virtudes consideras que ofrece Suiza como coproductor para el documental latinoamericano, teniendo en cuenta que vives y trabajas entre Paraguay y Suiza, y que esta película es una coproducción entre ambos países?
Suiza cuenta con fuentes estables de financiación. Tiene buenos técnicos en la mayoría de las disciplinas del quehacer cinematográfico, algunos de los cuales incluso hablan bien español, entre otros idiomas. Por tanto, puede ofrecer una infraestructura de postproducción para la culminación de las películas con alta calidad.
¿De qué forma se puede mejorar la relación entre Paraguay y Suiza?
Estamos en conversación con casas productoras y plataformas de la industria para ver cómo avanzar en la creación de redes entre ambos países. Lamentablemente, hasta ahora no existe un acuerdo bilateral formal para coproducir entre Paraguay y Suiza. Se realizan coproducciones por medio de alianzas entre casas productoras, pero sin un marco riguroso que lo regule oficialmente. Sería un paso fundamental que los dos países pudieran firmar un acuerdo de este tipo.
¿Cuáles son hoy las necesidades más urgentes del documental paraguayo?
Hace poco estuve hablando justo de esto con algunos colegas como Mauricio Rial o Paty Aguayo. Los pocos fondos disponibles en Paraguay están pensados en base a las necesidades de las producciones de ficción, y no contemplan en absoluto el trabajo central de investigación y desarrollo requerido por el documental. Es necesario que los tomadores de decisiones financieras e incluso los colegas dejen de ver el documental como un subgénero, y que los lenguajes y procesos de realización sean comprendidos más cabalmente. También es necesario que existan fondos que manejen sumas más reales, fondos concursables, estables y transparentes.