Balance 2013: Juan Martín Cueva, Director ejecutivo del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CNCine)
¿Cuáles han sido los grandes logros alcanzados por el cine ecuatoriano en este 2013?
Si bien ya llevamos algunos años de crecimiento de la producción en el Ecuador, este año 2013 ha sido particularmente sorprendente por la cantidad, calidad y diversidad de los estrenos nacionales. Nunca antes habíamos tenido 11 estrenos ecuatorianos en el circuito comercial de salas, sin contar con los estrenos que se han realizado en circuitos alternativos, festivales, etc. Prácticamente un estreno por mes, incluyendo tres documentales y dos películas de época, y sin incluir la más reciente producción del director ecuatoriano Sebastián Cordero por no tener una parte ecuatoriana en su financiamiento. Pero los logros no se miden solamente en cantidad de títulos estrenados, sino en la diversidad de los mismos, en la variedad de estilos, de temáticas y de tratamientos, y en la consolidación de procesos de producción, de desarrollo, de circulación y exhibición, así como de capacitación y formación, que nos indican que no se trata de una casualidad, sino de un movimiento articulado, sistemático, con amplio apoyo institucional y con un sector cada vez más profesional, organizado y que se inscribe en el universo de la circulación en tiempo de renovación permanente de las tecnologías.
¿Cuáles son las previsiones de trabajo para el año próximo?
Los retos son enormes porque un aumento tan significativo de la producción implica ponerse a pensar y actuar para incidir en una ampliación sensible de la cantidad de espectadores y la consolidación de otros circuitos que lleguen a un público mucho más masivo que el que asiste a la limitada red convencional de salas de proyección.
¿Qué balance haces del cine nacional en materia de visibilidad internacional?
Pienso que indudablemente se ha posicionado la producción ecuatoriana en festivales, muestras y ciclos que se haces en el mundo entero, que ya no es raro ver películas ecuatorianas compitiendo en festivales de primer orden, así como proyectos y películas en proceso de producción que encuentran coproducciones, recompensas y premiso en laboratorios, foros, encuentros de coproducción, etc. Este año quizás una de las noticias más gratificantes que tuvimos fue un premio en San Sebastián para el documental "Asier y yo" de Amaia y Aitor Merino, coproducción de Ecuador y España. Pero a la hora en que escribo estas líneas aun falta el festival de Mar del Plata, Filmer l'Amérique Latine en Ginebra, y el festival de La Habana, entre otros, donde tenemos películas en competencia.
¿Cómo ha sido el comportamiento del cine nacional a nivel local?
Ese es el punto débil de todo este proceso, pero se está trabajando en ello. Si bien la producción, como lo dije antes, está creciendo mucho, la cantidad de espectadores que asiste a las salas a ver cine nacional no ha crecido el mismo ritmo. Estamos conscientes de ese problema pero también del hecho de que esas cosas no se resuelven de la noche a la mañana, que son procesos largos de formación de públicos y de implementación de circuitos alternativos, así como de ampliar la parte de la producción nacional entre el público ya establecido. Se han generado iniciativas como "Cine sobre ruedas" que busca familiarizar al público ecuatoriano con la producción nacional, y hay modificaciones de orden legal (por lo pronto en lo que tiene que ver con la parte de la producción nacional en la programación televisiva, gracias a la Ley de Comunicación) y pronto en lo que tiene que ver con la exhibición cinematográfica en salas, con la Ley de Cultura actualmente en discusión) que alimentan nuestro optimismo en el sentido de que en los próximos años veremos multiplicarse el público que consume cine ecuatoriano.