Focus on Funds Mujeres: Gabriela Garcés Santamaría, directora y fundadora Coofilm
Show me the Fund es una iniciativa de Projeto Paradiso, en asociación con Brazilian Content y Cinema do Brasil, que busca conectar a los productores audiovisuales con fondos de financiación de todo el mundo. La primera etapa de este proyecto fue una investigación exhaustiva, diseñada y realizada por LatAm cinema, en la que se seleccionaron y analizaron 50 oportunidades de financiación abiertas a productores de toda Latinoamérica. En 2021, el proyecto se convirtió en un hub de información con una plataforma digital que apuesta por la democratización de la información para el desarrollo del audiovisual en la región. Ese mismo año, lanzamos Focus on Funds, una publicación que se propone ahondar en la información incluida en Show me the Fund. Esta entrevista ha sido incluida en el número 5 de Focus on Funds.
Creado en Madrid en 2019, Coofilm es un programa colaborativo para mujeres cineastas que cada año selecciona unas 20 creadoras de España y Latinoamérica con proyectos de cortometraje, largometraje y series. Las seleccionadas participan durante varios meses en actividades grupales, asesorías individuales, clases magistrales e instancias de networking que se realizan tanto en forma presencial como online.
Enfocado en la conciliación familiar y laboral, el programa surgió de la experiencia personal de su fundadora, Gabriela Garces Santamaría, quien, mientras estudiaba un máster en Gestión Cultural, notó que no podía postular a la mayoría de los programas de incubación porque en ese entonces acababa de convertirse en madre. Fue así como nació la idea de establecer una red de mujeres creadoras.
Según datos de la organización, 23 directoras y/o guionistas latinoamericanas han participado con sus proyectos en alguna de las cuatro ediciones de Coofilm organizadas hasta la fecha.
¿En qué consiste el acompañamiento que reciben los proyectos seleccionados en Coofilm?
Coofilm es un programa mental, un acompañamiento, una red, un soporte. Las ediciones empiezan cada septiembre y se extienden durante varios meses, porque entendemos que algo muy intensivo no se adapta al tipo de ayuda que necesitan estas creadoras, que precisan un trabajo más continuado en el tiempo. Tras seleccionar una obra, buscamos el mejor acompañamiento para el guion, y también tenemos sesiones de puesta en contacto para la producción. Después entramos en sesiones colaborativas en la que todas reflexionan sobre los proyectos de las compañeras, y luego ya pasan a las asesorías individuales con la persona experta. Asesoras y creadoras trabajan unos meses de forma flexible, libre. En paralelo, generamos muchos espacios de encuentro de networking, sesiones de formación e información en las que intentamos detectar las necesidades de las creadoras. Una vez terminada esta etapa de puesta en común y asesorías individuales, trabajamos el pitch durante un mes junto a expertas. Al final, las creadoras presentan el proyecto ante profesionales de la industria iberoamericana en Madrid y en forma online.
Si bien la postulación y las actividades del programa se realizan en español, ¿pueden presentarse creadoras que hablen otras lenguas como el portugués o lenguas indígenas de la región?
Sí. Da la casualidad de que no hemos tenido aún ninguna creadora de Brasil, simplemente porque no hemos recibido muchas postulaciones de ese país, pero, aunque las sesiones sean en castellano, tenemos algunas creadoras que son, por ejemplo, angloparlantes, y proyectos en distintas lenguas. Estaríamos felices de que pudieran entrar proyectos de Brasil, y en dicho caso buscaríamos una asesora o asesor que pueda trabajar en portugués para no alterar el idioma original del guion. Sin embargo, como los proyectos son presentados principalmente ante profesionales de la industria hispanoparlante, sería importante que la creadora pudiera realizar el pitch en castellano.
“Hay ciertos ámbitos en los que la participación de mujeres todavía no está establecida, pareciera que a las mujeres sólo nos dejan hacer proyectos íntimos”.
¿En qué aspectos ha contribuido al programa la participación de creadoras latinoamericanas?
Desde un principio me pareció súper importante sumar creadoras de Latinoamérica y contar con profesionales de Latinoamérica como ponentes para fomentar la industria no sólo desde nuestra mirada de España. Por ejemplo, trabajamos mucho con la fundación colombiana Algo en Común, con la que organizamos eventos de forma colaborativa. Los proyectos latinoamericanos que han participado en Coofilm enriquecen muchísimo toda esta perspectiva. También hacemos análisis de diversidad, ya que tenemos un montón de sesgos inconscientes asociados con el sexismo y el colonialismo, entre otras cosas, que nos llevan a crear narrativas que no son tan libres como creemos, sino que vienen impactadas por todos los productos audiovisuales a los que hemos estado expuestos. Por eso contamos con una experta en diversidad que hace una devolución a los proyectos antes de las asesorías individuales para evaluar si hay contenidos que impacten negativamente en algún colectivo. Yo trabajé calificando proyectos para el Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales de España (ICAA) y muchos proyectos que querían impactar positivamente contra la violencia de género hacían todo lo contrario. Es muy importante entender cómo el cine y el audiovisual impactan en la manera en que percibimos a otras personas y generan referentes. Trabajar esos sesgos desde la conciencia favorece la libertad y genera ideas innovadoras. Es en ese sentido que nos interesa contar con creadoras diferentes: racializadas, de determinados orígenes, con determinados bagajes, mamás, mujeres mayores, pertenecientes a distintas disidencias. Queremos integrar esas voces.
¿Priorizan determinadas temáticas o estilos al momento de seleccionar los proyectos?
Nosotras no rechazamos ningún contenido: nos parece tan importante una historia pequeña y cercana como una historia de terror o ciencia ficción. Otro tema es que la industria vaya a confiar, ya que hay ciertos ámbitos en los que la participación de mujeres todavía no está establecida, pareciera que a las mujeres sólo nos dejan hacer proyectos íntimos. En Coofilm siempre tenemos proyectos muy personales, pero este año, por ejemplo, tenemos una serie de mujeres lobas. Es decir, pueden ser proyectos personales pero con un enfoque de género y para un público muy concreto. A Coofilm en general postulan guionistas y directoras, aunque a veces recibimos proyectos de productoras que quieren dar el salto a generar sus propios contenidos, de creadoras emergentes que todavía no han incursionado en la industria o de mujeres que, siendo actrices o realizadoras, han debido interrumpir sus carreras porque la industria no contempla estos procesos de conciliación. Debes tener una red muy fuerte familiar o económica para seguir creando a la par que tienes muchos trabajos a la vez o eres responsable de tareas de cuidado. Estamos reflexionando todo el tiempo sobre esto.
El programa es en formato híbrido, ¿se puede realizar íntegramente online o existen instancias obligatorias presenciales?
El inicio de cada edición es presencial y el cierre con el pitch también, pero intentamos apoyar a todas las participantes para que puedan asistir. Para nosotras es importante que puedan viajar y fortalecer sus redes en estos encuentros. De todos modos, si alguna creadora por motivos personales no pueda estar, va a poder hacer el pitch de forma online. El año pasado incorporamos los mood teasers, un dossier en movimiento para dar una idea de lo que las creadoras tienen en la cabeza que puede servirles en los pitch o como herramienta de venta en la industria.