Gabriela Sandoval y Carlos Nuñez, directores del Santiago Festival Internacional de Cine - SANFIC
A finales de los ’90, el lanzamiento de eventos como el BAFICI, el Festival do Rio o el de Lima provocó una pequeña explosión festivalera en la región. Y es que el éxito de estas iniciativas demostró que era posible poner en marcha certámenes en los que el cine nacional y latinoamericano compartían cartel con lo más representativo del cine independiente mundial.
Años más tarde, y motivados por estas experiencias, una nueva generación de certámenes surgió en la región, entre los que se encuentra el Santiago Festival Internacional de Cine – SANFIC, un evento que celebró su edición inaugural en 2005 y que a lo largo de estos doce años ha desarrollado una fórmula singular dirigida tanto al público general como a los profesionales de la industria. Al frente de este certamen, que acaba de inaugurar su edición número 13, se encuentran Gabriela Sandoval y Carlos Nuñez, directora de industria y director artístico, respectivamente, de este festival organizado por CorpArtes y producido por Storyboard Media. LatAm cinema dialogó con ellos para conocer más sobre los contenidos y actividades de esta nueva edición así como el rumbo que está tomando el principal evento cinematográfico del país.
¿Cómo ha evolucionado el festival a lo largo de estos trece años? ¿Qué lugar ocupa el SANFIC tanto a nivel nacional como a nivel regional?
Carlos Núñez: El festival ha evolucionado de manera muy positiva en las diferentes líneas que propone. Por un lado, cada año mantenemos y mejoramos de forma exponencial nuestra programación desde el punto de vista de los autores que participan donde buscamos la calidad, actualidad y la transversalidad de los contenidos. Sin embargo, hemos mantenido la cantidad de películas que está en torno al centenar de producciones, entre largometrajes y cortometrajes tanto nacionales como internacionales.
Cada año la industria a nivel mundial muestra un interés mayor en estrenar películas en el marco de SANFIC. Prueba de ello es la cantidad de premieres que se dan cita en nuestra plataforma, tanto de filmes nacionales como internacionales. En cada edición tenemos cerca del 25% de estrenos mundiales. A nivel latinoamericano estamos hablando de un 35% de estrenos mientras que a nivel nacional representa el total de las películas programadas. Asimismo, las nuevas producciones nacionales en general se estrenan en el festival donde cada año incluimos cerca de 25 películas chilenas de nuevos directores y de otros con más trayectoria, siendo un espacio de lanzamiento consagrado que conecta al cine nacional con el resto de festivales importantes del mundo como Sundance, Berlín, Rotterdam, Guadalajara, Tribeca y Cannes.
Por otro lado, en cada edición tenemos personalidades muy destacadas como miembros del jurado de nuestras competencias. Es un ítem que nos importa mucho y por lo mismo invitamos a miembros de la industria que sean líderes en su área de trabajo. A esto se suma la presencia de algún “invitado especial” de relevancia mundial al que se le realiza un homenaje o una retrospectiva. Es importante destacar que por esta razón es el festival de cine que más público atrae a las salas de cine y que concita la mayor atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales. Esto ha transformado a SANFIC en el festival más importante de Chile y en uno de los más destacados de Latinoamérica.
El festival es una excelente oportunidad para tomarle el pulso a la producción nacional. ¿Qué se verá en la competencia de cine chileno? ¿Cuál es la situación actual de la producción nacional?
C.N.: Efectivamente, al igual que en los años anteriores tenemos excelentes producciones nacionales entre documentales y ficciones de producción reciente. Somos una plataforma de lanzamiento insoslayable para la industria local y este año hemos apostado por realizadores en general nuevos que proponen a través de novedosos puntos de vista un cine fresco y de calidad.
Son ocho producciones que abordan distintas temáticas que hablan sobre temas y personajes universales como el arte, la familia, sexualidad, política entre otros. En este contexto la situación del cine nacional goza de uno de sus mejores momentos en la historia de su cine produciendo aproximadamente 60 obras al año, entre ficciones y documentales que luego participan de los festivales más importantes del mundo ganando premios para luego estrenarse comercialmente. Cada año aparecen nuevos realizadores y se consagran otros que tienen cierta trayectoria y en eso el festival es un pilar que ayuda a que esto pase.
Somos una plataforma de lanzamiento insoslayable para la industria local y este año hemos apostado por realizadores en general nuevos que proponen a través de novedosos puntos de vista un cine fresco y de calidad.
SANFIC Industria se ha caracterizado por contar en cada una de sus ediciones con un grupo importante de decision makers tanto de festivales como de fondos. ¿Cómo realizan la selección de los invitados? ¿De qué manera influye la participación de estos expertos en el futuro de los proyectos y los work in progress seleccionados?
Gabriela Sandoval: Desde el espacio de industria tenemos como principal objetivo ser una plataforma de conexión e internacionalización para los proyectos participantes. Por este motivo es que cada año, a través de diferentes alianzas y gestiones, extendemos invitaciones a los agentes más relevantes de la industria internacional que permitan la internacionalización y explotación de los proyectos y películas en otros en mercado en donde el cine latinoamericano tiene poco acceso. Es por ello que traemos cada año a representantes de festivales internacionales de cine y mercados, agentes de ventas latinoamericanos, agregadores de otras plataformas, coordinadores de fondos, entre otros, quienes también tienen un interés por el cine latinoamericano, con el fin de conectar a los proyectos participantes en sus diferentes etapas con ellos.
La participación de los invitados de industria, decisión makers, es muy relevante para el desarrollo de cada uno de los proyectos en sus diferentes etapas, ya que por un lado reciben asesorías de los expertos y por otro tienen reuniones de negocios personales, lo que permite que las películas del work in progress o las terminadas tengan la posibilidad de realizar su premier mundial en festivales como Sundance, Berlin, Guadalajara, entre otros o que cierren acuerdo con agentes de ventas para su comercialización internacional. Asimismo, los proyectos en desarrollo han recibido en ediciones pasadas el apoyo del fondo de Tribeca Film Institute, sumado coproductores y obtenido premios de participación directa en otros espacios de laboratorios o mercados, que les permite seguir desarrollando las obras.
Respecto al work in progress (WIP Latam), ¿cuáles son las principales características de esta selección? ¿Cuáles son los puntos en común que han encontrado entre las distintas películas elegidas?
G.S.: Las principales características de esta sección tiene relación con ser obras de origen latinoamericano, diversas temáticamente, ficción y documental, con un gran potencial para ser seleccionadas en festivales internacionales de cine y poder contar con estreno comercial en distintas plataformas, tanto en sus países de orígenes como a nivel internacional.
Asimismo, se incluye directores opera-primistas y con más trayectoria, y cuyas obras son de una excelente factura, con puntos de vista interesantes y novedosos. Todas dialogan de alguna manera entre si ya sea en términos de producción, propuesta artística e interesante propuesta visual y punto de vista, como así también de personajes.
Y en materia de proyectos, ¿qué es lo que más les ha sorprendido de los proyectos presentados al Santiago Lab? ¿Han llegado a percibir alguna tendencia en la próxima generación de películas iberoamericanas?
G.S.: Los últimos años el espacio de laboratorio del festival ha ido creciendo enormemente a través de las alianzas internacionales y los apoyos nacionales, pero sobre todo por la calidad y cantidad de proyectos en desarrollo que recibimos tanto de jóvenes talentos como de directores con mayor trayectoria. A esto se suma los numerosos proyectos de cine género (suspenso, terror, fantástico) que postulan, y que desde el año pasado decidimos realizar una selección especifica dentro de laboratorio con dichas temáticas. Esto refleja el crecimiento que está teniendo este tipo de género en la región. Asimismo, para esta versión aumentamos el número de proyectos seleccionados por la gran recepción de postulaciones tanto chilenas como iberoamericanos, en donde nos llamó gratamente la atención la aplicación de proyectos provenientes de regiones de Chile, y la diversidad de géneros y temáticas los trabajos. Junto con la postulación de directores y productores de trayectoria.
En general los trabajos postulados tienen relación con temáticas continentes y de personajes. Además de un fuerte interés por las historias de cine de género (terror y suspenso) y de personajes, como así también documentales que visibilizan problemáticas de pueblos originarios, sociales, entre otros.
El laboratorio ha pasado a ser de carácter iberoamericano. ¿A qué responde esta ampliación?
G.S.: Desde la versión pasada teníamos el interés y la necesidad de poder abrir el espacio a nivel latinoamericano, por el gran interés que había en la región con preguntas y consultas sobre las postulaciones y si íbamos a incluir en un futuro cercano otras producciones no chilenas. Como así también por la cantidad de coproducciones que se realizan entre nuestra región. Por lo mismo realizamos diferentes gestiones para poder contar con los recursos necesarios para ampliar el espacio de laboratorio las cuales fueron positivas y se sumó una alianza con la Fundación SGAE y su programa “Cruzando Fonteras” que nos permitió poder contar con asesores/expertos en cine de género (fantástico/terror) y preparación de pitching, junto con poder ampliar la convocatoria a proyectos iberoamericanos. Esto ha sido muy positivo y nos ha permitido ampliar y repensar las actividades del laboratorio con el objetivo que los participantes nacionales e iberoamericanos puedan trabajar y recibir asesorías durante cinco días en base a las necesidades que posee cada proyecto.