Guillermo Schavelzon, director de la Agencia literaria Schavelzon Graham

“Los productores siempre buscan contenidos, historias para contar en su lenguaje. Es evidente que se han ido convenciendo que las mejores historias, las más atractivas y exitosas, están en los libros, ya sea novelas o libros de no ficción”, afirma el argentino Guillermo Schavelzon, al frente de Schavelzon Graham, agencia latinoamericana establecida en Barcelona.

Desde la ciudad epicentro de la industria editorial en español, la misma en la que Carmen Balcells inauguró el oficio de agente representando a los autores del boom latinoamericano, Schavelzon es un referente en el sector en general y un experto de este nicho en particular. En su catálogo aparecen nombres de autores regionales cuyas obras han sido llevadas al cine en numerosas ocasiones. Es el caso del colombiano Santiago Gamboa (“Perder es cuestión de método”), los argentinos Claudia Piñeiro (“Tuya”, “Betibú”, “Las viudas de los jueves”), Ricardo Piglia (“Plata quemada”) y Juan José Saer ( en sus novelas se basan “Tres de corazones”, “Nadie nunca nada”, “Palo y hueso” o “El limonero real”), la chilena Marcela Serrano (“Antigua vida mía”) o el uruguayo Mario Benedetti.

¿Cuál es el papel del agente literario en la cadena de compra de derechos audiovisuales de un libro?

Los agentes representamos escritores, trabajamos para ellos y muy cerca de ellos, acompañándolos durante el proceso de creación, buscando luego la editorial más adecuada para su publicación, y una vez publicado en su idioma, editoriales extranjeras para traducir y publicar en otros países e idiomas. Como sus representantes, atendemos todas las posibilidades digitales y audiovisuales de sus obras.

¿Qué tipo de contratos son los más habituales en la compra de derechos audiovisuales en la actualidad?

En los últimos tres años ha ido creciendo para nosotros los pedidos de adaptación audiovisual para el cine. En segundo lugar para series de televisión.

Teniendo en cuenta que no todos los guiones llegan a producirse por dificultades para completar la financiación, ¿Por cuántas fases y tipos de contrato puede pasar un libro hasta la compra definitiva de los derechos para su producción?

Nosotros hacemos solo un contrato, que otorga la o las opciones, y en el que se fina las condiciones para el caso de que el productor ejerza la opción. No hay que “negociar” una segunda vez, ya está todo pre convenido.

¿Cuál es el tiempo medio de la adquisición de los derechos para la escritura del guion? ¿Y para su desarrollo?

Mi experiencia es que una vez firmado el contrato (que otorga opción, prevé cesión de derechos, todo), un productor suele demorar entre seis y doce meses en tener un guión que le satisfaga. Luego otro año para desarrollar la producción y concretarla (inversores, casting, director/a, localizaciones, equipo técnico, etc.).

¿Por cuánto tiempo mantiene la titularidad de los derechos un productor una vez estrenada la película antes de que la novela pueda ser adaptada de nuevo?

El productor tendrá derechos a explotar la película para siempre. A veces se le otorga un período de exclusividad (nunca menos de 5 años). Eso depende de cuánto paga por los derechos, de qué presupuesto tendrá la producción, y de los usos y costumbres de cada país. Un productor de Estados Unidos difícilmente acepte perder la exclusividad y la tiene de por vida, pero a cambio paga al autor cantidades considerables.

Algunas novelas han sido llevadas a la pantalla en los mismos períodos. ¿Se manejan contratos de “no exclusividad”?
En general no. Y si un agente vende la misma novela a dos productores sin que el primero haya estrenado la película, aunque el contrato lo permita, no me parece correcto.

¿Qué tarifas se manejan en la compra de derechos de los libros para su adaptación cinematográfica? ¿Y para televisión?

No hay tarifas fijas, hay unos porcentajes razonables dentro de los presupuestos de producción, con lo que siempre nos ponemos de acuerdo con los productores. Pero los agentes no nos ocupamos solo del dinero, sino de la garantía estética del proyecto, de la afinidad cultural, de que haya un presupuesto y una calidad que ayude al éxito de la película, a la presentación en festivales, etc.

Teniendo en cuenta que cada contrato tiene sus particularidades en función del libro, el autor, la productora y el tipo de proyecto, ¿Cuál es la franja porcentual media que la compra de los derechos supone en un presupuesto total de producción?

Entre un 3 y un 5% del presupuesto Bellowthe line (es decir sin incluir director ni actores), fijándose un importe mínimo y uno máximo. Pero además el autor percibirá bonus, o premios, si la película tiene mucho éxito de espectadores, si es nominada o gana un Oscar, cosas así que son una forma de participar, en una pequeña parte en el éxito económico que deseamos sea cada película para cada productor. Cuando una película es un gran éxito el productor está feliz de pagar estos premios al autor de la obra literaria.

Muchas de las películas latinoamericanas que se estrenan son adaptaciones de libros. ¿Qué retos enfrenta el mercado de la compraventa de derechos audiovisuales en la región?

Los productores siempre buscan contenidos, historias para contar en su lenguaje. Es evidente que se han ido convenciendo que las mejores historias, las más atractivas y exitosas, están en los libros, ya sea novelas o libros de no ficción. Los retos de la compra venta de derechos son únicamente los retos que enfrenta la industria cinematográfica, y estos son muy diferentes en cada país.

Representan, entre otros, a la argentina Claudia Piñeiro, cuyas novelas han sido llevadas a la pantalla en varias ocasiones con gran éxito. ¿Qué elementos debe tener un libro para ser llevado a la pantalla?

En el mundo del cine soy solo un espectador, no me animaría a opinar. La película será la obra de un director con su equipo, no es la obra del autor, por eso nadie rueda una novela completa, se basa en ella. Son lenguajes diferentes y tiempos diferentes. Lo que observo, y el caso de Claudia es clarísimo, es que cuanto mejor recepción y éxito tiene una novela, más probable éxito, o más posibilidades de éxito tiene una película. Los escritores, los buenos escritores, eso justamente es lo que saben hacer.

Además del espacio online, ¿cuál es el punto de encuentro entre un productor y la agencia? ¿Dónde se encuentran las obras para su adaptación? ¿Cuentan con un catálogo de clientes productores fijos a quienes les envían las novedades?

La práctica muestra que ningún camino es tan útil como el que inicia un productor cuando se entera y lee un gran libro. Nos ubica enseguida, vía el editor del libro, el autor, o Google. Cada vez que intentamos tomar la iniciativa y enviar informaciones a productores, no obtuvimos nada, o algunos nos decía “tengo tantas novelas esperando para leer…”. Cuando un productor lee algo que le entusiasma (el entusiasmo, eso es lo esencial), llegamos a un acuerdo rápidamente, no somos nada complicados y respondemos rápido.