Jacobine van der Vloed, coordinadora de CineMart y del Rotterdam Lab

El Festival de Cine de Rotterdam ha construido en torno a si diversas plataformas para desarrollar e impulsar internacionalmente proyectos de nuevos realizadores provenientes de países en desarrollo. Desde el mercado CineMart y el Fondo Hubert Bals hasta el Rotterdam Lab y el recién creado Boost!, iniciativa lanzada en forma conjunta con el Bingerlab dirigida a tutelar proyectos desde su escritura hasta su distribución internacional. Para conocer más acerca de estas iniciativas, LatAm cinema entrevistó a Jacobine van der Vloed, coordinadora Senior de CineMart y del Rotterdam Lab.

Explícanos, por favor, las principales características de los programas impulsados por el Festival de Rotterdam.
El Binger Filmlab es una plataforma de formación con sede en Ámsterdam que hace dos rondas anuales de selección de proyectos: una en marzo, en la que se eligen tres proyectos, y otra en agosto, en la que se eligen otros dos. Los ganadores consiguen una financiación de hasta 10 mil euros para el desarrollo de sus proyectos, además de formación on demand sobre edición de guiones. Finalmente, la capacitación se completa en Ámsterdam, donde los realizadores presentan sus proyectos en Boost!, una sección de CineMart destinada a obras que están en una fase menos avanzada de escritura, porque para presentar los proyectos en CineMart el guión tiene que estar más avanzado. En Boost!, los realizadores mantienen reuniones individuales cada 25 minutos, lo que les da la chance de hablar sobre el proyecto una y otra vez, y recibir comentarios. Como proceso de aprendizaje creemos que es muy enriquecedor, y si bien es improbable que los realizadores cierren un acuerdo de forma inmediata, esto no es, en absoluto, lo habitual, sí que reciben un panorama sobre cómo funciona el mercado y cuáles serían las posibilidades de coproducción con otros países. En el Binger, en Ámsterdam, los realizadores también reciben formación de pitching y capacitación en general. La idea es guiar determinados proyectos en su primera fase de desarrollo.

¿ Cuál es la dinámica de trabajo?
Las primeras sesiones de prácticas son on line, a través de Skype. Después los realizadores viajan a Ámsterdam para conocer a sus tutores de guión, pero por lo general no asisten al Binger durante periodos largos, ellos saben que cuentan con nosotros para lo que necesiten, pero no se pasan tres meses en Ámsterdam, quizá están un par de semanas y después trabajamos otro par de meses en forma virtual.

¿Cómo ves el cine latinoamericano en este momento?
Es una pregunta difícil, porque la variedad es enorme, pero, por ejemplo, estuve en el Festival de Cartagena y me llamó la atención el buen nivel del cine colombiano. El año pasado recibimos un par de proyectos muy lindos de Brasil, ahora tenemos proyectos de Bolivia… Es curioso, porque hasta hace un tiempo todo era Argentina, pero ahora hay otros países, incluso Venezuela está empezando a hacerse notar. De hecho, creo que Argentina no está pasando por su mejor momento, es un país muy grande y hay muchísimos realizadores, la competencia es enorme y no es fácil conseguir dinero del INCAA, muchas películas salen adelante sin apoyo público, lo que hasta cierto punto hace que la gente se vuelva más creativa, pero es difícil. Lo que está claro es que en el continente ya no son solamente Argentina y Brasil, y México, hay otros países cuyo cine ha crecido mucho y eso está muy bien. Antes recibíamos montones de proyectos de Argentina, y seguimos recibiendo, pero también de otros países. Por otro lado, también se está dando que cineastas, por ejemplo, de Bolivia, estudian, digamos, en Buenos Aires, y después vuelven a su país de origen a hacer cine.

¿Cuáles son los requisitos para presentarse al fondo? ¿qué criterios tienen en cuenta a la hora de elegir los proyectos?
Las pautas para presentarse al fondo son muy simples, basta con pertenecer a uno de los países incluidos en la convocatoria, no hay muchas más pautas. Ahora, en cuanto a los criterios de selección, eso es mucho más complicado, nos interesan los proyectos que muestran el país, no tiene por qué ser político ni enmarcarse dentro de determinadas pautas, pero tiene que tener cierta sensibilidad, y también un determinado gusto que esté en sintonía con la línea editorial del Festival de Rotterdam.
Solemos elegir los proyectos que nos parece que van a beneficiarse más del programa Boost!, cuyo objetivo es, en definitiva, impulsar el proyecto, porque está claro que no todos los proyectos lo necesitan, pero algunos sí, así que les preguntamos con antelación si están interesados y hacemos la selección final entre los proyectos que efectivamente estén interesados en recibir esta capacitación.
Con esta apoyo desde la primera fase del proyecto queda clara nuestra intención de ayudar a los realizadores desde el principio. Esa ha sido siempre la idea de Cinemart, nuestro objetivo no es sólo exhibir las películas en los festivales. Y si bien somos conscientes de que 10 mil euros no es una cifra enorme, muchas veces funciona como trampolín y abre la puerta para que otras fuentes de financiación participen en el proyecto. Es en este sentido que decimos que es un impulso.

¿Qué le aconsejarías a los directores latinoamericanos para que sus proyectos tengan más proyección internacional?
Les diría que estudien muy bien los tiempos del proyecto y que no se apresuren en presentarlo, sobre todo en el caso de CineMart. Es una pena cuando se presentan los proyectos en una fase muy preliminar, porque una vez que el proyecto está presentado, está en el mercado y no se puede volver a enviar, a menos que se hagan cambios muy grandes. Con la cantidad de proyectos que recibimos sería imposible. Con el fondo la situación es distinta, pero también les aconsejo que piensen muy bien qué es lo que están mandado. Les aconsejo especialmente que manden una buena traducción, y sé que puede parecer tonto, pero hemos visto muchas malas traducciones. Y les digo lo mismo sobre la presentación general, no tiene por qué ser muy elaborada, pero es muy importante que piensen en lo que están mandando, yo sé que no es fácil escribir una buena sinopsis o un buen tratamiento, pero en esta etapa también tienen que pensar como realizadores. Para los realizadores es muy difícil distanciarse del proyecto, pero es importante que se pregunten si una persona que nunca escuchó la historia sería capaz de entenderla. Ese es mi consejo para los realizadores, que procuren distanciarse un poco de su proyecto.

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“Para los realizadores es muy difícil distanciarse del proyecto, pero es importante que se pregunten si una persona que nunca escuchó la historia sería capaz de entenderla.”