• Jaime Manrique, director de Bogoshorts

Jaime Manrique, director de Bogoshorts

Desde su sede central en Bogotá, cada diciembre Bogoshorts promueve el cortometraje en una decena de sedes. En 2016, más de 30 mil personas se acercaron a disfrutar de una extensa programación formada por casi medio millar de obras. Durante el año, un centenar de actividades locales e internacionales mantienen el Movimiento Bogoshorts. Su edición 2017, que se celebrará entre el 5 y el 12 de diciembre, ha abierto la convocatoria a obras para sus secciones competitivas, que este año suman una categoría de realidad virtual. LatAm cinema conversó sobre el certamen y sus públicos con Jaime Manrique, su director, quien sostiene convencido que el corto “es una oportunidad para abrir la cabeza para probar nuevos sabores”. 

¿Cuál diría que es el público objetivo de Bogoshorts?

Desde que en 2012 cambiamos de nombre de InVitro Visual a Bogoshorts, nuestra búsqueda con las audiencias es lograr conexiones en diversos niveles, proponernos como un festival multitarget y el crecimiento sustancial en el público demuestra que la estrategia ha sido funcional. Nuestra búsqueda fundamental es el diseño de una programación variada pero consistente, es no conformarnos con el público que ya nos sigue y es final, a ese lo cuidamos; pero buscamos ampliar el impacto del poder del corto.

De hecho, creemos en el corto como una herramienta ideal para lograr nuevas audiencias para un cine diferente. Cada vez más, la velocidad de nuestra sociedad hace que, para elegir en términos de consumo audiovisual, la gente tiene miedo de explorar y consume lo de siempre. El corto es una oportunidad para abrir la cabeza para probar nuevos sabores, para activar las papilas gustativas con otros ingredientes con menor nivel de riesgo en el tiempo y con la posibilidad de mucha satisfacción. Si eso funciona, tendremos más espectadores para los largos propios y diferentes, fuera del producto mad industrial.

¿Se desarrolla alguna actividad específica para atraer públicos nuevos? ¿Y para fidelizar a los que ya existen?

Para los nuevos públicos tenemos una estrategia de conectar otras artes y otras experiencias del entretenimiento y la cultura con el formato corto. Por ejemplo, hacemos exposiciones que conectan el corto con el diseño gráfico, la fotografía o la ilustración y de esta forma generamos un cross audience que lleva y trae conocimiento pero que sobretodo nos acerca a públicos que si no es por sus otras pasiones y prácticas nunca se hubiera acercado al corto.

Para el caso de mantener la fidelidad de nuestras audiencias, trabajamos muy duro en que cada vez la experiencia de asistir al festival sea única, sea memorable, sea algo que se quiere repetir. En la última edición por ejemplo nuestra campaña tuvo como centro que fuera un festival personalizarle, apropiable atravesó de poder intervenir las piezas e hicimos un póster que era una sure mándala y que la gente podía pintar, hacerlo propio en el catálogo y en varias piezas que pusimos en sus manos, este es solo un ejemplo de esa constante necesidad y obligación de pensar en el público.

¿Mantienen una estrategia de públicos durante el resto del año?

Esta es una de nuestras principales fortalezas, mientras en el festival llegamos más allá de los 30 mil asistentes, a lo largo del año tenemos el Movimiento Bogoshorts, la suma de acciones encadenadas para lograr que a ni local, nacional e internacional la gente se siga conectado con el corto y con el festival en particular. En 2016 sumanos cerca de 100 actividades a lo largo del año.

Pensamos en la audiencia desde todos los ángulos, pues somos también audiencia quienes hacemos el festival.

¿Qué herramientas utilizan para analizar los públicos asistentes?

Hacemos encuestas en todas nuestras actividades y nos tomamos muy en serio el feedback de las redes, que este momento llegan sumadas más de 100 mil personas activas.

¿En qué momento del año el festival empieza a pensar en la comunicación con el público?

El festival es en diciembre y en febrero del siguiente año comienzan las acciones de mercadeo y comunicación más concretas. Sin embargo, en enero ya comienza la actividad del movimiento, divulgando 12 meses antes las fechas y algunos contenidos posibles.

¿En qué medida se tiene en cuenta a los públicos en el momento de definir la programación?

Totalmente. Sin público no somos nada, no existimos. No programamos por nuestro gusto propio y ya, hay un comité curador al que hemos escogido desde la perspectiva de lograr que el público disfrute la competencia, pero que además se sienta descubriendo algo que lo podría hacer feliz a largo plazo. Pensamos en la audiencia desde todos los ángulos, pues somos también audiencia quienes hacemos el festival.