José Iñesta, director de El Festival - Pixelatl
“La industria no se crea con largometrajes”. Así de contundente se muestra José Iñesta, director del Festival Pixelatl, desde donde promueve la animación mexicana en la esfera internacional. Desde su primera edición en 2012, el certamen ha potenciado el desarrollo y exportación de propiedades intelectuales mexicanas y se ha convertido en un espacio obligado para artistas y productoras nacionales y regionales. En paralelo, Iñesta ha activado misiones a festivales y mercados como el MIFA de Annecy, donde en 2015 México fue protagonista en la sección Focus. LatAm cinema analiza el panorama de la animación mexicana con uno de sus mayores impulsores.
El Festival es uno de los espacios en México dedicados a la industria nacional de animación, con lo que año a año ve la progresión de la actividad. ¿Cómo evalúas el crecimiento del sector en los últimos años?
El sector definitivamente ha crecido… En el 2014 fue el primer año que tuvimos más de 5 estrenos en pantalla de propiedades mexicanas. Sin embargo, la industria no se crea con largometrajes. Lo que ocurre con los largos es que los animadores y artistas van brincando de un largo a otro conforme se van desarrollando, pocos están trabajando de planta en ese estudio. De hecho, hay estudios que se crean únicamente para hacer el largo y obtener el beneficio fiscal de la excepción 189. Terminado el contenido, el estudio desaparece y los artistas tienen que buscar otras oportunidades de trabajo en otro estudio u otro largometraje. Este fenómeno, aunque le da oportunidad al artista en términos de flexibilidad, no permite consolidar una industria sólida de creación de propiedades intelectuales, pues para este modelo se requieren estudios que estén produciendo continuamente episodios y contenidos. Así que a pesar de que cada vez tenemos más talento en México y más producciones de cine, seguimos sin ingresar al ámbito de las series y de la propiedad intelectual. Aunque vale la pena decirlo, El Festival Pixelatl se ha encargado de encauzar a los creadores y estudios hacia esa dirección, y ya se ven resultados desde el 2014 con varias propiedades corriendo en canales como Cartoon Network o Discovery Kids y algunos buy-outs por empresas canadienses y europeas.
En estos días, “La leyenda del Chupacabras” se mantiene en el top ten de las películas más vistas. ¿Consideras que este fenómeno puede acortar la distancia entre el público mexicano y las producciones nacionales independientes que estrenen en futuro?
Hay que entender el cine mexicano para poder entender el éxito de Chupacabras y en general del contenido animado. Las películas animadas mexicanas pensadas comercialmente, generalmente obtienen los más altos rankings de taquilla, debido a que el fenómeno de ir al cine es un fenómeno familiar. Familias completas ven al cine como su actividad de esparcimiento. Mientras que en otros países son individuos o parejas los que atienden primordialmente el cine, en México son familias. Eso hace que una película animada enfocada para niños sea éxito taquillero. De hecho, 5 de las 30 películas mexicanas más taquilleras son de animación. Si consideramos que se producen en México alrededor de 180 películas al año y sólo 1 ó 2 animadas, en términos relativos podríamos decir que la animación es el género que más ingresos genera en los cines. Es decir, el 1% de la producción de cine en México es de animación y es el 17% de los ingresos en las taquillas… Este fenómeno no aplica sólo al cine hecho en México, entre las películas más taquilleras en México año con año destacan las películas animadas, como “Frozen”, “Mi villano favorito”, “La Era del Hielo”, “Río”, “Minions”, “Hotel Transilvania”, etc. De hecho, de 2012 a 2015 casi todos los años hay 3 películas animadas en el top 10 de las películas más vistas en cines.
En México, hay apoyos para cine en general, para series en general, pero no para animación en general a pesar de ser una industria probada y casi garantizada a tener éxito.
La animación no cuenta con fondos de apoyo a la producción y desarrollo específicos, más allá de las líneas de incentivos. Teniendo en cuenta además el recorte reciente al apoyo cinematográfico, por el que se entiende que no será en el corto plazo cuando haya una nueva línea, ¿qué esquema le queda a la animación mexicana independiente en cuanto a la financiación?
Aquí se encuentra el reto más grande que se enfrenta la animación. Es una industria probada, que genera empleos de alto valor agregado, que emplea a artistas de todo tipo (ilustradores, modeladores, músicos, escritores, guionistas, actores de voz, etc.) durante un período más largo de tiempo (porque lleva más tiempo para llevarse a cabo), y que además, genera ingresos en taquilla. Desde mi punto de vista, se tendrían que aumentar los apoyos a este sector. No es posible que la animación compita por los mismos incentivos y términos que el cine de ficción o documental. Si como país, tenemos recursos limitados, para mí es claro donde se deben de invertir. Considero que la animación es la mejor apuesta, pero nuestras autoridades tienen otros criterios que desconozco y la animación ha sufrido por eso.
Pero esta es una realidad que ya habíamos contemplado cuando creamos el modelo Ideatoon, que está orientado a crear propiedades intelectuales que se puedan comercializar en el mundo, y se parece al esquema americano, en el que no hay incentivos y tienes que apostar al mercado (canales, distribuidores, inversionistas) para desarrollar una IP. Por eso el festival ha cobrado relevancia, pues los productores y canales que participan viendo los proyectos, son tomadores de decisiones que pueden dar luz verde para desarrollar un proyecto. Hasta ahora, no hemos podido co-producir con los estudios y se han realizado varias opciones y buy-outs, pero hacia allá vamos. En México tenemos el talento, sólo nos falta que los estudios e inversionistas apuesten por nuestros contenidos.
¿Qué desafíos presenta la animación mexicana a día de hoy a nivel nacional e internacional?
La animación mexicana enfrenta los retos que la industria en todas partes del mundo, primeramente el reto de conseguir un mayor número de escritores orientados a series animadas. Es impresionante ver cómo grandes propiedades tienen más de diez escritores trabajando para ellas, mientras que en México, el director o el creador de la serie es el guionista y animador. Necesitamos crear profesiones de acuerdo a cada talento del pipeline. El trabajo en equipo siempre es un reto en México pues como sociedad, sólo conocemos los esquemas de monopolios en las industrias (TV, Cine, Telefonía, etc.) y para tener una industria saludable necesitamos muchos actores y estudios produciendo. Así que ese es otro de los retos que tenemos que enfrentar. Aprender a trabajar con competencia y de forma colaborativa.
Y otro reto que hay que mencionar es la falta de capital para producir. La animación no puede competir de la misma manera que el cine de ficción o documental por la naturaleza diferente de producción. En México, hay apoyos para cine en general, para series en general, pero no para animación en general a pesar de ser una industria probada y casi garantizada a tener éxito. Así que por eso es otro reto que tenemos que enfrentar.
Una oportunidad que veo venir es el largometraje "Coco" de Pixar. Es la primera vez que un gran estudio apuesta por contenido mexicano. Hasta el momento, las propiedades con temas latinos no han sido finalistas de nuestra convocatoria Ideatoon pues los canales prefieren contenidos que puedan mostrar en todo el mundo y consideran que el contenido mexicano no le va a interesar a niños en otros lados. Si Coco es un éxito en taquilla, entonces tendremos el camino listo para empezar a exportar nuestros contenidos y la oportunidad será inimaginable, podremos crear series de lucha libre, de piñatas, de Frida, de aztecas, de mayas, etc y serán bien recibidas… Si falla, dudo mucho que podamos contar las historias que son más cercanas a nosotros y tendremos que seguir pensando en contenido universal.