José Luis Rebordinos, director del Festival de Cine de San Sebastián

La relación del cine latinoamericano con el Festival de San Sebastián – Donostia Zinemaldia en euskera- sigue ganando vigor. Tras haber lanzado con éxito iniciativas como el Foro de Coproducción Europa-América Latina, el certamen donostiarra es visto desde el otro lado del Atlántico como una plataforma ideal para impulsar proyectos en todas las fases de la cadena de valor: desde la preproducción (Foro de Coproducción), pasando por la postproducción (Cine en Construcción) y la exhibición (secciones oficiales y, en particular, Horizontes Latinos). A la cabeza del eficaz equipo que organiza este festival clase A está José Luis Rebordinos, un insider del certamen que llegó a la dirección en 2011 tras quince años en el Comité de Selección.

Acaba de cumplir cinco años al frente del festival, ¿cuáles son los principales cambios que ha implementado desde que asumió al frente del certamen? ¿Qué objetivos le quedan por cumplir?

Fundamentalmente estas cuatro ediciones se han caracterizado por un fuerte impulso a las actividades industriales (Cine en Construcción, puesta en marcha de un Foro de Coproducción entre Europa y América Latina, videoteca online, etc.), una mayor presencia del cine español y latinoamericano y la creación de nuevos públicos (Savage Cinema y Culinary Zinema). Creo que los próximos años debemos consolidar el modelo de festival que hemos puesto en marcha y trabajar para intentar que haya una mayor presencia de medios de comunicación internacionales en el festival.

¿Cuál es su balance de la participación latinoamericana en la próxima edición del festival?

Hay una presencia muy importante. En la sección oficial estarán “Eva no duerme” (Francia, Argentina,España), de Pablo Agüero; “Truman” (España, Argentina), de Cesc Gay; “El apóstata” (España, Uruguay, Francia), de Federico Veiroj; y “El rey de La Habana” (España, República Dominicana). En Nuev@sDirector@s competirán “Paula” (Argentina, España) de Eugenio Canevari y “Vida sexual de las plantas” (Chile), de Sebastián Brahm, en Perlas “El Clan”, de Pablo Trapero (Argentina – España). En Horizontes Latinos y Zabaltegi se podrán ver algunas de las mejores películas latinoamericanas del año, muchas de ellas ya estrenadas con gran éxito en festivales como Berlín, Cannes o Venecia.

La sección de industria ha crecido notoriamente en los últimos años. ¿Qué pasos tienen previsto dar para reforzar este espacio en los próximos años?

De momento, hemos aumentado de manera espectacular la presencia de miembros de la industria internacional en nuestro festival. Y ahora nos toca consolidar esta nueva situación, cuidando la selección del Foro de Coproducción y de Cine en Construcción.

La clave ha sido creer de verdad que el cine latinoamericano y el español tienen mucho en común; creer que el español, la lengua que compartimos, puede ser un buen instrumento para crear un mercado único, mucho mayor del que tenemos.

Durante su gestión, el festival ha pasado a ser un referente para el cine latinoamericano. ¿Cuáles han sido las claves para lograr este posicionamiento? ¿Se siente acompañado por la industria cinematográfica española en esta política?

Pienso que la clave ha sido creer de verdad que el cine latinoamericano y el español tienen mucho en común; creer que el español, la lengua que compartimos, puede ser un buen instrumento para crear un mercado único, mucho mayor del que tenemos. Y la industria española nos ha apoyado desde el primer momento en nuestro intento de convertirnos en una puerta para la entrada del cine latinoamericano en Europa. Ahora es importante, también, que este camino sea de ida y vuelta.

Los festivales parecen apostar, cada vez más, por apadrinar proyectos que se encuentran en sus primeras etapas de desarrollopara asegurarse, luego, su estreno mundial. ¿Cómo ven esta tendencia desde la dirección del festival?

Es lógico. Cada vez hay más festivales y es muy difícil tener películas en estreno mundial o en exclusividad. Apostar por películas desde su fase de proyecto ayuda a estas a poder realizarse y permite a los festivales mostrar de una manera clara su personalidad y cuál es el tipo de cine que apoya.