• Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga

  • Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga

Coincidiendo con su vigésimo aniversario, el Festival de Cine de Málaga amplía su horizonte allende los mares y extiende su etiqueta de “festival de cine español” para ser el certamen de “cine en español”. Con esta declaración de intenciones, la producción del continente abandona Territorio Latinoamericano, sección que la celebraba en ediciones previas, para ser bienvenida en todas las categorías, incluyendo en la Sección Oficial y el área de mercado. A escasas semanas de subirse el telón de la edición 2017 (del 17 al 26 de marzo), LatAm cinema entrevista a Juan Antonio Vigar, director del festival, un evento que se proyecta como una nueva vitrina para el cine latinoamericano en Europa.

Si bien siempre ha sido un festival icono para el cine latinoamericano en España, en esta edición hay una apuesta clara de brindar mayor visibilidad a la producción regional. Además de su inclusión en la Sección Oficial, ¿qué otros espacios propone el Festival de Málaga para el cine latinoamericano en su vigésimo aniversario?

Sí, efectivamente. Desde que el Festival de Málaga fue creado en 1998, hemos prestado una atención especial al cine latino mediante una de nuestras secciones más queridas y prestigiosas, Territorio Latinoamericano. Una programación donde siempre hemos contado con películas de gran calidad e importantes invitados, dentro de una selección amplia y diversa que ha dado a conocer el excelente trabajo que desarrollan todas las cinematografías latinoamericanas. Pero transcurridos ya veinte años, somos conscientes de que la utilidad del Festival y su posición relevante como escaparate europeo para el cine iberoamericano nos deben llevar a reformularnos como proyecto para así seguir avanzando. Por eso, en esta 20 edición –un número redondo, referencial- el Festival de Málaga se proyecta aún más hacia lo iberoamericano incluyendo las películas que hasta ahora formaban nuestra sección Territorio Latinoamericano en la Sección Oficial a competición.

Y lo hacemos, sencillamente, para situarnos en la realidad actual y desde la absoluta certeza de que, en estos momentos, ‘lo español’ en el audiovisual hay que entenderlo como un espacio de confluencia cultural, no solo en cuanto a geografía –películas realizadas en la península ibérica en todas sus lenguas oficiales- y producción –películas producidas o coproducidas por empresas españolas sea cual sea su idioma de rodaje-, sino también en lo relativo al idioma, acogiendo las películas de otras cinematografías habladas en español; la de todos los países de Iberoamérica y aquellos otros que cuentan con una amplísima comunidad latina. Por lo tanto y para el Festival de Málaga, ‘en español’ es geografía, producción y, especialmente, idioma. Es decir, una suma que multiplica y una inclusión que une.

¿Qué actividades dedicadas a la industria -y especialmente a la latinoamericana- se llevarán a cabo en la 20ª edición?

El Festival de Málaga ha tenido a lo largo de su historia una importante Área de Industria. Desde 2001 y durante nueve años han sido diversos los mercados que cubrieron en Málaga la comercialización de distintos contenidos audiovisuales. Por ello, la recuperación en 2017 de los Spanish Screenings-Málaga de Cine es un hecho muy importante tanto para nuestra industria como para Málaga y su Festival, que alcanza con ello a convertirse en el auténtico referente en esta materia. Ahora, desde la organización de FAPAE y con la colaboración de importantes instituciones como ICEX, ICAA, EGEDA, Junta de Andalucía… Málaga vuelve a reunir la promoción junto a la venta internacional del cine español.

Así, durante tres días -20, 21 y 22 de marzo- se ofrecerá a los compradores presentes una selección de largometrajes producidos en los meses previos a la celebración de nuestro evento. Confiamos en que este mercado será útil, productivo y eficiente para el sector, y soñamos con unos buenos resultados que garanticen su continuidad y futuro en Málaga, en el que necesariamente deberá tener presencia el cine iberoamericano. Por lo tanto, nuestro objetivo es trabajar desde este momento para que, en años próximos y siguiendo la misma filosofía del Festival, nuestro mercado incluya producciones latinoamericanas.

Mientras esto sucede, seguimos trabajando con los Foros bilaterales de Coproducción. Este año nuestro país invitado será Uruguay, una cinematografía con una importante producción y una alta calidad en sus películas. Ya hemos realizado una convocatoria conjunta con el ICAU –a quienes quiero agradecer su amplia colaboración con Málaga-, de la que se han seleccionado cuatro proyectos, cuyos responsables participarán en nuestro festival -mediante los correspondientes pitchings- en un encuentro con productores españoles para alcanzar acuerdos que den impulso y futuro a estos proyectos. Son todos sumamente interesantes y darán forma a un Foro que, estoy seguro, será muy útil para ellos. Nuestra idea es seguir en el futuro con estos Foros bilaterales, para los que ya tenemos comprometida la participación de otros países iberoamericanos.

Este abrazo más estrecho al cine iberoamericano nos llevará a ganar en utilidad, interés y dimensión pública y mediática.

¿Qué perfil de películas latinoamericanas busca el certamen?

Nuestro objetivo siempre fue convertir al Festival de Málaga en una muestra, en una síntesis de lo más interesante de la producción latinoamericana. Durante estos meses hemos visto en torno a 150 películas iberoamericanas en nuestro proceso de selección. Ello nos ha permitido constatar que tenemos un cine diverso en historias, muy bien estructurado en lo argumental, con unas narrativas indagadoras, excelentemente interpretado y de enorme interés para el público español y europeo. Nos ha resultado muy difícil seleccionar la decena aproximada de películas que participarán en nuestra Sección Oficial y que sentimos cómo, en el camino de la selección, nos hemos visto forzados a descartar magníficas películas. Pero nuestro objetivo es dar cabida al mayor número posible de cinematografías iberoamericanas, desde la variedad de miradas y riqueza argumental que debe conformar la programación de todo festival. Así se podrá entender que en nuestra competencia de este año se incluyan películas que van desde la dureza argumental y visual de ‘La mujer del animal’, del colombiano Víctor Gaviria, al thriller intimista de ‘Nieve negra’, del argentino Martín Hodara, pasando por la indagación en el género negro del director uruguayo Israel Adrián Caetano en ‘El otro hermano’, una coproducción entre Argentina, Uruguay, España y Francia. Calidad y diversidad, ese podría ser el resumen de nuestros intereses en programación.

El certamen logró aumentar el número de espectadores en un 6% en 2016. ¿Qué objetivos se proponen para esta edición? ¿Qué estrategias desarrollan para acercar nuevos públicos?

Celebradas ya 19 ediciones, coincido con usted en que los resultados hablan de consolidación y prestigio. Por citar algunos datos, nuestra pasada edición contó con más de 137.000 espectadores y participantes en sus distintas actividades. Los acreditados superaron los 2.200, de los cuales casi 900 fueron profesionales de prensa, incluyendo 23 medios internacionales. Y nuestro objetivo para esta 20 edición es seguir manteniendo esta tendencia de crecimiento en público y participantes, así como alcanzar –si cabe- un mayor prestigio y consideración por parte del sector. Solo que, ahora, nuestro trabajo es más amplio e ilusionante, porque abarcamos todo el ámbito iberoamericano, lo que nos ha hecho reformular nuestros objetivos y cambiar nuestras estrategias. Así, durante Ventana Sur, en Argentina, y en el pasado European Film Market, en la Berlinale, he mantenido contactos con todos los institutos latinoamericanos de cine para darle solidez al proyecto y expresarles nuestro deseo de ser útiles y, espero, que necesarios, para sus planes de promoción en España y Europa. Estoy seguro de que, con su ayuda, tendremos un mayor número de opciones de selección de películas y ganaremos en interés para los espectadores. Este abrazo más estrecho al cine iberoamericano nos llevará a ganar en utilidad, interés y dimensión pública y mediática. Y en esa dirección seguimos trabajando.

Con esta apertura hacia el cine iberoamericano, ¿prevén el desarrollo de acciones en conjunto con otros certámenes españoles que también lo promueven, como el cercano Festival Iberoamericano de Huelva o el Festival de San Sebastián?

Contrariamente a lo que algunos puedan pensar, la relación entre los festivales en España es absolutamente cordial y basada en la colaboración y el encuentro. En lo personal, mantengo una amistad cercana con los directores de San Sebastián y Huelva, que consideran a Málaga como un festival complementario para sus intereses. Nuestra posición en el año –en la primavera, en marzo o abril- nos sitúa en ese terreno de complementariedad con los festivales que se celebran en el otoño, como es el caso de Donostia y Huelva. Todos somos conscientes de que hablamos de una veintena de cinematografías, cuya producción no solo nos abastece sobradamente, sino que necesita de distintas ventanas, en distintos momentos temporales, durante todo el año, para alcanzar promoción y difusión en España y Europa. Así estamos trabajando, lejos de antagonismos o competencias. Y además, especialmente con Huelva, al estar ambas provincias en la comunidad de Andalucía, trabajaremos en el futuro en acciones conjuntas de colaboración que permitan que el cine iberoamericano gane peso y prestigio en una de las mayores zonas geográficas de España. Así está hablado y espero que pronto podamos materializar algún acuerdo concreto en este sentido. Todos los festivales que tenemos un mismo objetivo –en este caso, el cine iberoamericano- somos conscientes de que sumando esfuerzos, multiplicamos en utilidad. Y fundamentalmente hemos nacido para ello.