Kleber Mendonça Filho, director de “Retratos fantasmas”
Una película sobre los espacios y su relación con ellos es lo que Kleber Mendonça Filho propone en “Retratos fantasmas”, su más reciente largometraje, que tuvo su estreno mundial en las sesiones especiales del Festival de Cannes y representa a Brasil en la carrera por los Oscar a la mejor película internacional.
Al igual que en filmes anteriores de Kleber Mendonça, “Retratos fantasmas” tiene a Recife como escenario indiscutible en el que el director y guionista explora su relación con las salas de cine, hoy en estado de abandono. Grabaciones personales con imágenes de archivo componen este ensayo cinematográfico, que, con aire nostálgico, une pasado y presente para hablar sobre el tiempo y los cambios. Una producción de CinemaScópio Produções y Vitrine Filmes.
Tus películas siempre documentan la ciudad, sus procesos y sus cambios. ¿Por qué decidiste realizar esta película con características más cercanas al documental?
En primer lugar, no sabía exactamente qué sería el film. Tenía un deseo muy grande de analizar imágenes de archivo. Pasé años revisando material, me encantó redescubrir estas cintas de distintos formatos y las fotografías. Esas imágenes hablaban mucho de la ciudad, de los cines, de mí y de mis amigos. Y pensé que podría hacer un ejercicio de montaje, un poco como quien descubre cartas escritas y esas cartas hablan del tiempo, y a partir de eso se puede editar un libro. La idea fue un poco parecida. De a poco se fue transformando en un montaje más complejo. Yo no creo que documental sea una palabra adecuada para el film. Me gusta mucho cuando alguien me dice que no le parece un documental, sino otra cosa, tal vez un documental de ficción. Yo soy un enamorado del cine y las películas de ficción brasileñas de los años 70 son para mí grandes documentales. Es una idea que vengo desarrollando hace tiempo y decidí insertarla en la película.
Este montaje, como te gusta definirlo, tiene un carácter autobiográfico muy profundo. ¿Qué encontraste en este formato que la ficción no te permitía?
Las películas como esta -un ensayo, un montaje, un documental- muestran de forma más explícita el aspecto personal del film. Pero mis películas siempre son muy personales. “O som ao redor” se rodó en el apartamento de mi familia, por ejemplo. En “Retratos fantasmas” me siento como un actor o una actriz que, después de hacer teatro por años, se siente totalmente cómodo al desnudarse en escena. Después de hacer varios filmes, uno se siente más abierto. Pero me gusta pensar que esta no es una película sobre mí, sino sobre los espacios y mi relación con ellos. Yo ocupé todos los espacios: la casa de mi familia, la calle, la sala de cine y la ciudad. Son espacios que conozco y hablo sobre mi relación con ellos.
“Durante la pandemia, los estudios americanos comenzaron a lanzar sus películas en streaming, y eso quebró el acuerdo que siempre había existido”.
Los espacios son personajes en tus películas y la sala de cine es vital en este film, ¿cómo ves actualmente la exhibición de cine como espacio?
La pandemia promovió la distancia del espacio público y hasta hoy, en Brasil, es bien gradual la asistencia a salas de cine. Y también la llegada de las plataformas de streaming que, para mí, no debería ser algo negativo: a mí me gusta mucho sumar experiencias y nuevas herramientas. Pero el streaming alteró la relación que las sociedades modernas teníamos con la sala de cine. Durante la pandemia, los estudios americanos comenzaron a lanzar sus películas en estas plataformas y eso quebró un acuerdo que siempre había existido. El acuerdo era que las películas, en primer lugar, pasaban por la salas, y en segundo lugar, se podían ver en casa. Ahora la industria está intentando volver atrás y que el cine vuelva a tener el primer lugar. Este año tuvimos el fenómeno de “Barbie” y “Oppenheimer” y creo que fue muy bueno para generar una incitación a volver al cine. Pero es poco. La película tiene que tener vida en el cine y vida en el streaming. Necesitamos fortalecer la sala de cine con más películas que despierten la atención del público. En Brasil he defendido mucho las salas de cine como política de Estado, porque no puede ser que las únicas salas sean las comerciales.
¿Actualmente estás trabajando en algún proyecto nuevo?
Sí, mi próximo proyecto se llama “O agente secreto”. Lo haré con Wagner Moura, que es un actor que adoro y una gran persona. Es una película que sucede en 1977 en Brasil. Es un thriller sobre Brasil, que tiene la lógica de Brasil.
¿Y cómo ves el futuro inmediato del cine brasileño?
Después de siete años en los que los gobiernos de Temer y Bolsonaro decidieron atacar la cultura y a los artistas, que es un comportamiento clásico de la extrema derecha, estamos retomando nuestra energía y nuestra capacidad de producir. Creo que con el nuevo gobierno, que respeta la cultura, estamos regresando a los proyectos. Necesitamos retomar la cuota de pantalla para proteger el cine brasileño. Yo espero que volvamos a tener una participación mayor, no solo en las salas, sino en el intercambio de ideas. El cine brasileño siempre fue parte de la conversación en Brasil.