Los productores: Ignacio Cucucovich, Mother Superior
En 2024 compitieron en la Semana de la Crítica con “Simón de la montaña”, con el que ganaron el Grand Prix, ¿cuál ha sido el valor “real” del premio y del paso por Cannes?
Muchísimo. En una película de este tipo, Cannes resulta crucial. Con Luxbox, nuestro agente de ventas, conseguimos un buen alcance en diversos territorios y también recibimos otros galardones en certámenes como el Festival de Lima, el Festival de Nouveau Cinema de Montréal y el Munich Film Festival, entre otros. En estos momentos, la película está en cartel en Francia y en Mexico, y estamos esperando confirmar la salida en España. Además, estuvo en Netflix Latinoamérica mucho tiempo, y en excelentes posiciones en los rankings de películas más vistas.
Hace 15 años arrancaste con “La casa muda”, que llamó poderosamente la atención, precisamente en Cannes. ¿Qué identidad como productora ha ido construyendo Mother Superior?
Nuestra productora se orienta más bien hacia lo fantástico, hacia el cine de género y, más concretamente, el terror. Excepcionalmente, se nos cruzan otras cosas por el camino y tratamos de prestarles una atención exquisita, pero creo que nos hemos transformado en un faro dentro del género en toda Latinoamérica.
Y ahora, con un pie en España a partir de “Lobo feroz”, el remake de una película israelí, “Big Bad Wolves”.
Después de hacer “Virus 32” y “La casa muda” de Gustavo Hernández, vino “Lobo feroz” (2023), también de Gustavo, que filmamos en España y vendió excelentemente FilmSharks. Ese mismo año se me ocurrió adaptar el mito de El hombre de saco (“El hombre del saco” de Ángel Gómez Hernández), sobre una historia que, al parecer, nació en Andalucía, pero que también está presente en toda Latinoamérica. En Uruguay lo conocemos como “el viejo de la bolsa”. Cuando les conté esto a nuestros amigos de Bowfinger y Esto también pasará (las dos productoras españolas), fliparon con que un uruguayo que vive a 10 mil km les viniera con la idea de algo que había nacido en España.
Más recientemente, produjeron “El convento”, que también han filmado en España, ¿verdad?
Sí, seguimos en la misma línea. “El convento” es una película de terror que llevaba mucho tiempo persiguiendo y que ya hemos empezado a vender en Cannes, también con FilmSharks. Se rodó en Navarra, con dos directores noveles muy interesantes, Ángel Manuel Chivite y Luis Galindo, que tenían un teaser de venta excelente. Como productora, estamos explorando diferentes escenarios para desarrollar proyectos en España.
¿Ofrecía Navarra algún atractivo adicional especial para el rodaje?
En el caso concreto de “El convento”, se trata de una película desarrollada e impulsada gracias a los incentivos de Navarra. La experiencia fue tan buena que descubrimos un camino muy interesante dentro de las oportunidades que ofrece la industria española. Lo cierto es que se nos han acercado personas interesadas en discutir proyectos para desarrollar y filmar allí. “El convento” tendrá además una fuerte impronta latinoamericana, por ejemplo con la participación de la uruguaya Alfonsina Carrocio, que estuvo espléndida en “La sociedad de la nieve”.
“El cine de género latinoamericano tiene muchísimo por explorar todavía. Hay gente muy talentosa, capaz de captar y plasmar una cultura vasta e increíble, algo esencial a la hora de contar historias”.
¿Con cuántos títulos trabajan al año?
Pues intentamos tener entre seis o siete proyectos en diferentes etapas de producción. Ahora mismo, por ejemplo, estamos terminando “Las 7 balas” de Sebastián Pérez, “The Channeling” de Maximiliano Contenti, “El convento”, “Caminando con el diablo” de Rubén Pérez Barrena y “El susurro” de Ana Claro Guanco. Todas ellas tienen previsto estrenarse este año. Además tenemos “Frondoso Edén del Corazón” de Juma Fodde, que ya está lista para hacer el lanzamiento y un cortometraje llamado “99 fantasmas”.
Tenemos cuatro películas en desarrollo: “El impuro” y “No mires” de Gustavo Hernández Ibañez, “BOY” y “Amalia y el diablo” de Rodrigo Spagnuolo, y, por último, un filme que nos tiene muy entusiasmados en preproducción del que no podemos adelantar datos, salvo que se filmará en Madrid.
Acaban de rodar el “El susurro”, una coproducción con los responsables de “Cuando acecha la maldad”.
Efectivamente. Es una película de vampiros. Nos hemos asociado con el equipo estupendo de Machaco y Aramos Cine, los productores de “Cuando acecha la maldad” de Demián Rugna, ganadora del premio más importante del Festival de Sitges. En “El susurro”, así como en “7 balas”, también nos hemos asociado con la española Non Stop en una alianza muy prometedora.
¿Existe algo que caracterice al cine de género latinoamericano actual?
Diría que hay muchísimo por explorar todavía. Hay gente muy talentosa, capaz de captar y plasmar una cultura vasta e increíble, algo esencial a la hora de contar historias. Muchas de ellas, de forma natural, derivan hacia el género. En nuestro continente hay una enorme mezcla de elementos, leyendas y culturas milenarias que se cruzan y se funden. El resultado es maravilloso: captar esa esencia y descubrir todos esos matices y misterios...
Si en algo coinciden los agentes de ventas internacionales es que el género siempre vende.
La demanda es incesante. Se vende siempre en todo el mundo. El público de género busca la buena película, sin importar de dónde venga y ni siquiera el casting. Nosotros hemos hecho películas con cast reconocido y desconocido, y ambas son igualmente exitosas si son buenas. La protagonista de “El susurro” se ganó el papel en un casting y está maravillosa.
Cada vez más, producir es coproducir. En este sentido, Mother Superior va fortaleciendo lazos con Argentina y España, ¿no?
Producir hoy es mucho más que salir a buscar un proyecto y rodarlo, significa negociar contratos y llegar a acuerdos coherentes con lo que implica una coproducción. En Uruguay hay muchísimo talento, como también en España. Por ahora, tenemos precios más competitivos, lo que nos permite mantener la calidad de los proyectos y entrar con porcentajes relevantes. Otro socio natural es Argentina, que se ha quedado en una especie de stand-by. Necesitamos que vuelva Argentina. ¡Es imperioso que vuelva a la producción! Son nuestros socios naturales. Es un país con una creatividad enorme y valores de producción altísimos. Pero lo cierto es que la industria ha sido muy golpeada. Los que pueden, se están yendo. Los directores de arte, los fotógrafos se han quedado sin trabajo... Y ahora, incluso los servicios son caros.