• “Mariposas negras”: tres migraciones climáticas en un documental 2D hispano-panameño

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“Mariposas negras”: tres migraciones climáticas en un documental 2D hispano-panameño

“Mariposas negras” es el nuevo documental del cineasta canario David Baute, en el que incursiona en la animación 2D. Fiel a su filmografía comprometida, en esta película sigue a tres mujeres de lugares muy distintos del planeta para denunciar un tema que está impactando en la vida de miles de personas: las migraciones forzadas por el calentamiento global. 

Tras su estreno internacional en el Festival de Annecy, el filme ha pasado por Sitges, IDFA, DocsMX, IFFI Goa, Mar del Plata y La Habana, entre otros festivales. La película es una producción de las españolas Ikiru Films, Tinglado Film, Anangu Grup y la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals en coproducción con el estudio peruano de animación Tunche Films desde su nueva división en Panamá, donde se trabajaron varios de los procesos visuales y de animación, además de parte de la producción sonora y postproducción, incluyendo una canción original de Rubén Blades. La agencia canadiense-española Pink Parrot Media está a cargo de las ventas internacionales. 

El jueves 5 de diciembre llegó a salas españolas de la mano de la distribuidora Sideral y espera su estreno en Panamá en 2025. A pocos días de su estreno, LatAm cinema conversó con su director, David Baute, y su productor, Edmon Roch.

¿De dónde surge la motivación para hacer esta película?

D.B.: Desde joven he estado vinculado a colectivos medioambientales y desde 2009 dirijo el Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias, por lo que este binomio de cine y medioambiente forma parte de mi vida. Como documentalista, y desde nuestra productora Tinglado Film, siempre nos hemos acercado al cine de lo real vinculado a cuestiones sociales y medioambientales. Mi curiosidad por los desplazamientos climáticos comenzó hace 15 años, al leer un estudio de un científico norteamericano sobre cómo algunos animales estaban cambiando sus rutas de desplazamientos hacia lugares más lejanos y, en concreto, hablaba de las mariposas. De ahí que me pregunté qué estaría ocurriendo con el ser humano, ya que estaría inmerso en el mismo proceso, y esto me llevó a distintos fenómenos que estaban sucediendo en el planeta que generaban grandes desplazamientos: desertificación, subida del nivel del mar, aumentos de frecuencia de los huracanes… 

El film está basado en tres historias reales. ¿Cómo trabajaron la investigación del proyecto y de las historias?

D.B.: Tras establecer los lugares donde se generaban estos desplazamientos migratorios como consecuencia del clima, comenzamos a rodar, a modo documental, en tres regiones: Ghoramara, una isla en India que estaba despareciendo por la subida del nivel del mar; Turkana al norte de Kenia, donde la desertificación estaba haciendo inhabitable una región de pastoreo ancestral; y las Antillas Menores en el Caribe, donde, debido al calentamiento del mar, los huracanes habían aumentado su poder de destrucción. Este proceso se alargó durante ocho años, contábamos con productores locales que nos iban informando y viajamos con cierta frecuencia para continuar el seguimiento del cambio que el calentamiento global estaba generando en estas comunidades.

¿Y cómo fue la investigación para el trabajo de desarrollo visual? 

D.B.: La parte visual fue un proceso muy bonito, soy documentalista y nunca me había acercado al campo de la animación,  pero por suerte tuve en el equipo unos aliados que me fueron introduciendo en todos los procesos, por lo que fue un aprendizaje maravilloso. Yo aportaba todo el material fotografiado y filmado durante muchos años y ellos lo llevaban al lienzo, a los fondos y a los personajes. Creo que la película consigue captar esa veracidad del documental, y la utilización de la herramienta de la animación le da otra dimensión. Ocurrió lo mismo en el plano sonoro, que se trabajó a partir de todo el material rodado.

“Mi curiosidad por los desplazamientos climáticos comenzó al leer un estudio sobre cómo algunos animales estaban cambiando sus rutas de desplazamientos hacia lugares más lejanos. De ahí que me pregunté qué estaría ocurriendo con el ser humano, que supuestamente estaría inmerso en el mismo proceso”.

Es tu primer trabajo como director de animación tras varias experiencias con el documental en imagen real, ¿qué balance haces de esta experiencia? ¿Qué puntos de conexión encuentras, qué fortalezas y debilidades en relación al documental en imagen real?

D.B.: Para mí sigue siendo un documental, que utiliza la animación para contar la totalidad del viaje de nuestras tres protagonistas. Al final, es cine, sea ficción, no ficción, cada vez los géneros se hibridan más, quizás lo complejo está en el proceso de trabajo. En una película de animación, el montaje debe estar desde el inicio para que diseñadores y animadores puedan trabajar, y apenas se puede variar ya que son procesos muy laboriosos y costosos; en el mundo documental, en cambio, rodamos horas y horas, y hacemos el montaje posteriormente. Eso es lo más complejo de comprender y de asimilar. 

¿Cómo trabajaron el esquema de coproducción? Particularmente, ¿cuál fue la participación de la peruana Tunche Films, que en este caso actúa desde Panamá?

E.R.: Desde Tinglado y desde Ikiru teníamos muy claro que la ambición de la película nos obligaba a encontrar los mejores aliados para avanzar. En España enseguida se sumó Anangu Grup, que ya había sido nuestro socio natural en otras películas de animación como la saga de Tadeo Jones o Atrapa la Bandera y estaba muy sensibilizado con el tema que tratábamos, así como Mogambo, y poco a poco fueron entrando televisiones: Television Canaria, 3CAT, RTVE y administraciones públicas: ICAA, ICEC, Cabildo de Tenerife, Gobierno de Canarias. Pero la película necesitaba más y lo más orgánico era encontrar un coproductor iberoamericano que aportara financiación y producción. Buscamos en distintos países hasta dar con Tunche Films, que acababa de abrir una nueva empresa en Panamá además de la que tenía asentada en Perú, y que estaba buscando un proyecto internacional que pudiera ser la primera gran coproducción de una película de animación con Panamá. Nosotros tuvimos la suerte de ser los elegidos. En Panamá se trabajaron distintos procesos visuales y de animación de toda una serie de secuencias que se produjeron desde Tunche Films, y también varios procesos de la producción sonora y postproducción de la película, con la aportación de la canción original de Rubén Blades.

¿En qué laboratorios participó durante su desarrollo? ¿Cuáles destacarías en términos de aportación a la película?

E.R.: Una película tan singular como “Mariposas negras” necesita de un largo desarrollo. De los ocho años y medio que se tardó en hacer la película desde que David me la contó por primera vez, más de la mitad fueron en desarrollo y en intentar armar la financiación del proyecto. Con cada laboratorio, cada nuevo taller, cada ayuda, la película iba ganando en personalidad y consistencia, se iba asentando en su camino e íbamos corrigiendo cosas. Se consiguió la colaboración de National Geographic, estuvimos en Annecy, MIFA, Impact Day, MIA-Market Animación, Ventana Sur y Animac, siempre buscando nuevos avances, tanto en la historia como en la financiación, packaging y estrategia de mercado. Todos y cada uno de ellos aportaron aspectos importantes.