Monika Wagenberg, directora del Festival de Cine de Cartagena de Indias
Con la proyección de “Chocó”, de Jhonny Hendrix Hinestroza, se inicia este jueves 23 de febrero el 52° Festival internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI), el certamen más antiguo de América Latina, que en 2011 se sometió a una reestructuración amplia con la llegada a la dirección de Monika Wagenberg, quien en este segundo año busca consolidar los lineamientos que comenzaron a trazarse en la pasada edición.
Wagenberg habló en exclusiva con LatAm Cinema sobre este FICCI 2012, que hasta el 29 de febrero presentará un total de 113 películas de 24 países en 204 funciones, con una feliz novedad: los 10 escenarios oficiales del festival tendrán entrada libre y gratuita. Además, habrá una destacada participación de más de 150 invitados internacionales, entre ellos, Isabella Rossellini, Álex de la Iglesia, Gael García Bernal y Claire Denis.
El año pasado asumiste la dirección de FICCI, cargando con el peso de ser responsable de la recuperación del festival. ¿Cuáles fueron tus objetivos iniciales y en qué medida se alcanzaron?
Nosotros queríamos de alguna manera capitalizar la trayectoria que tenía el festival, por ser justamente el más antiguo de Latinoamérica. Aunque suene redundante, porque es un festival de cine, queríamos darle prioridad al cine. El festival es muy privilegiado porque está en una ciudad como Cartagena y de alguna manera la fuerza del aspecto social del festival había cobrado más fuerza que todo lo que tenía que ver con el cine. Entonces, el enfoque del año pasado estaba relacionado con la calidad de las películas, con una reestructuración de las secciones y en mejorar las proyecciones. Uno de los logros del año pasado, que continúa ahora, fue que una de las salas del Centro Histórico, el Teatro Adolfo Mejía, se transformara en una sala de cine como tenía que ser: se le cambió la pantalla, se puso un proyector de 35mm y sonido surround. Esa parte de la infraestructura es el enfoque de este año. Y también el tema de la audiencia. En Cartagena, sobre todo en las proyecciones de documental y en algunos horarios particulares, se veían sillas vacías, entonces un objetivo -que empezó el año pasado- era que las salas estén llenas. Empezamos con la propuesta de que todas las proyecciones en el Centro Histórico por la tarde y los documentales fuesen gratuitos. Eso nos demostró que no es que hay falta de interés, sino tal vez falta de poder adquisitivo en algunos sectores de la comunidad. Ese fue un logro del año pasado: poder llenar salas. Otro de los objetivos fue reestructurar lo que tenía que ver con los medios, nuestro catálogo y las demás publicaciones, y lograr una cobertura excelente por parte de la prensa. Y finalmente instauramos lo que se conoce como el Salón FICCI, que tiene que ver con todas las actividades paralelas a las proyecciones, donde los invitados internacionales participan con clases magistrales, paneles, conversatorios…
En la edición 2011 como bien comentaste se reestructuró la programación, ¿por qué fue eso? ¿Considerabas que faltaba un perfil que definiera al festival?
Sentía que no había un perfil claro. El año anterior a que yo llegara uno veía películas como “El secreto de sus ojos” y “Gigante” en una misma sección, lo cual también dificultaba al jurado para tomar decisiones. No había un perfil totalmente claro. A partir de esta reestructuración de las secciones, lo que nosotros quisimos, además de darle un perfil, era aprovechar lo que está pasando en el cine latinoamericano. En los años 90 se inicia en Argentina lo que fue el Nuevo Cine Argentino, que realmente se dispersó por el resto del continente y de alguna manera conformó este renacimiento del cine latinoamericano. Este es un renacimiento que está liderado por cineastas, no necesariamente jóvenes de edad, pero sí nuevos. Entonces nuestra competencia hoy en día es de primeras, segundas o terceras películas de esos cineastas nuevos, precisamente porque estamos apoyando ese renacer. Por otro lado, siempre ha habido un espacio importante para el cine colombiano en el festival, pero se creó esta nueva sección Colombia 100%, que está totalmente renovada y fortalecida. El objetivo el año pasado era que a mediano plazo todas las películas colombianas fuesen estrenos nacionales, queríamos darle la confianza a los productores nacionales de que Cartagena era la mejor plataforma de lanzamiento nacional e internacional. Puedo decir que uno de los grandes logros es que no sólo todas las películas de Colombia 100%, que este año suman 13, son una cantidad récord, sino que son de calidad. Nos dimos el gusto de escoger, es una sección totalmente curada, donde no solamente son estrenos nacionales, sino que la gran mayoría son mundiales. Eso que fue un objetivo a mediano plazo se logró este año. Sentimos que los productores colombianos han respondido a esa misión que se propuso el festival de darle un lugar muy especial al cine colombiano. El cine colombiano es nuestro gran invitado de honor.
De alguna manera el festival y el cine colombiano se retroalimentan porque ustedes le dan un espacio de preponderancia dentro del festival, pero el cine colombiano es una de las cinematografías que más se ha afianzado y crecido en América Latina, fuera de las tres cinematografías históricas que son Argentina, Brasil y México…
Es interesante compararlo con lo que ha pasado en Argentina. Cinco años después de la instauración de la ley de cine en Argentina, en el ’99, comienza a despegar. “Mundo grúa” pone otra vez en el mapa internacional a Argentina. Pasa un poco parecido en Colombia. Diez años después, en el 2003, 2004, se instaura una nueva ley, y cinco años más tarde comienza a verse cine colombiano en los festivales más importantes. Ese año “Perro come perro” va a Sundance, y a partir de ahí Colombia empieza a estar en los festivales prestigiosos. Y también empiezas a ver que ganan premios. Colombia está viviendo un momento histórico en cuanto al cine que se está produciendo. Pasamos de tener una producción errática a una producción constante; una producción de 12 a 14 películas. Y la calidad ha mejorado indudablemente. Definitivamente fue para mí uno de los atractivos para tomar el trabajo. La posibilidad de que Cartagena se diferenciara y aprovechara su potencial como festival, era montándose en la ola del cine colombiano.
¿Qué puntos podrías destacar de esta edición 2012?
Así como la palabra clave del año pasado fue cine, este año es infraestructura. Si bien el cine nunca lo hemos dejado, sentimos que esa parte la tenemos bajo control, toda la parte de reestructuración de las secciones, la curaduría. Pero el enfoque ahora es en la infraestructura. El esfuerzo que hicimos el año pasado con el Adolfo Mejía, ahora lo tuvimos con todos los teatros, entonces el centro de convenciones también viene renovado. Tenemos una sala nueva en el Centro Histórico, en el Palacio de la Inquisición. Tenemos Cine bajo las estrellas, proyecciones al aire libre con gran calidad. Y este año más del 50% son proyecciones digitales. Además de ese compromiso con la infraestructura física, lo hemos hecho con la parte de la infraestructura humana. Consolidamos un equipo de gente talentosa y profesional, y sobre todo enamorada del festival. Y sintiendo que estamos trayendo las mejores películas, que las proyectamos de la mejor manera posible, hemos decidido –y esto sí es un logro histórico- abrirle las puertas a la comunidad toda, por lo que el festival será totalmente gratis.
La programación de este año es realmente sólida. ¿Cuáles fueron los parámetros de selección?
Cada sección tiene un perfil muy claro. La competencia de ficción son primeras, segundas y terceras películas; la sección de documental es un programa conformado por directores consagrados con emergentes, en gemas –que va a presentar lo mejor de la cinematografía mundial- tenemos los nuevos trabajos de los grandes maestros del cine y las diez películas más destacadas del año, películas que ganaron en Venecia, Berlín o Cannes, y la sección nueva de Cine bajo las estrellas, donde mostramos películas más accesibles, más comerciales, como “Un cuento chino” o “Juan de los muertos”. En la parte de la curaduría, con Orlando Mora coincidimos bastante. Nos gustan las películas que de alguna manera toman algún tipo de riesgo, ya sea de la manera en que se hacen o lo que están contando. A mí me interesan las películas que asumen una audiencia inteligente, una audiencia pensante, que no espera que uno digiera todo sin pasar por el cerebro. Yo pienso que uno como curador también depende mucho de la cosecha de ese año. Este año hay una cosecha de cine bastante contundente.
Este año hay visitas internacionales destacadas como por ejemplo Isabella Rossellini o Claire Denis. ¿Qué tan complejo es para el festival poder contar con estas figuras relevantes?
Colombia fue un país que tuvo muy mala prensa durante muchos años y eso está cambiando. Hay interés por venir a Colombia y mucho interés por venir a Cartagena. Y por otro lado, a nivel industria, hay mucha sed por lo que está pasando con el cine colombiano. Eso ayuda mucho. Y por otro lado, es una cuestión de trabajo, de relaciones públicas y de contactos.
Siendo una reconocida promotora y distribuidora de cine latinoamericano a través de Cinema Tropical, ¿cómo analizas la actualidad del cine latinoamericano?
En un momento pensamos que era un renacimiento, pero hoy en día cuando miramos en retrospectiva nos damos cuenta que es una verdadera explosión de talento que continua. Hay operas primas que nos sorprenden de directores jóvenes o con miradas frescas; miradas únicas y muy autorales que nos sorprenden año a año. Y no solamente de los países tradicionales como tú decías, sino que se van uniendo países que no estaban en el mapa de la geografía cinematográfica. Entonces la conclusión que uno puede sacar es que esto que está sucediendo en el cine latinoamericano no es una etapa pasajera.