• Nelson Carro, director de Difusión y Programación de Cineteca Nacional México

    Nelson Carro.

  • Nelson Carro, director de Difusión y Programación de Cineteca Nacional México

    Vista exterior de la Cineteca Nacional.

  • Nelson Carro, director de Difusión y Programación de Cineteca Nacional México

    Imagen de la Videoteca Digital Carlos Monsiváis.

  • Nelson Carro, director de Difusión y Programación de Cineteca Nacional México

    Cineteca Nacional.

Nelson Carro, director de Difusión y Programación de Cineteca Nacional México

Tanto para la ciudadanía cinéfila como para el sector mexicano y latinoamericano, la Cineteca Nacional de México es un faro en el océano de la exhibición de películas, sobre todo en lo que se refiere al estreno de obras mexicanas y de otros países de la región. En 2022 acogió 164 estrenos, 39 de los cuales fueron mexicanos y 31, iberoamericanos, incluyendo grandes producciones como “Argentina 1985” o “Pinocho”, pero también de películas más pequeñas como la uruguaya “El filmador” o la argentina “Las cercanas”.  

En estos días, la Cineteca exhibe la guatemalteca “El silencio del topo”, la chilena “1976” y la mexicana “Ruido”, entre otros títulos, y todas permanecen en cartel al menos durante ocho semanas en funciones diarias. “A todas las películas les damos la misma posibilidad de enfrentarse al público”, cuenta a LatAm cinema Nelson Carro, director de Difusión y Programación de Cineteca Nacional México, que explica que lo pueden hacer porque las películas más taquilleras les permiten financiar las más pequeñas, pero las oportunidades son las mismas para todas. De esta manera, la Cineteca Nacional consigue ser sostenible financieramente: su dependencia de fondos gubernamentales asciende apenas al 30%, mientras que el 70% restante se financia con ingresos propios de taquilla, estacionamiento, restaurantes y alquiler de espacios comerciales. 

El actual director de Difusión y Programación está vinculado a la institución desde 2007. Uruguayo afincado en México desde 1976, su trayectoria profesional ha estado ligada a la exhibición y difusión desde finales de los '60, tras pasar por el Cine Universitario del Uruguay, la Cinemateca Uruguaya y la Filmoteca de la UNAM. LatAm cinema conversó con él sobre los criterios de programación, la forma de trabajo con las películas y las perspectivas actuales, entre otros temas. 

¿Nos puedes contar cuáles son las líneas de programación de la Cineteca y qué espacio encuentra el cine latinoamericano en ellas? 

Tenemos tres líneas de programación. Por un lado, retrospectivas de cineastas, ciclos, etc; otra línea tiene que ver con que somos sede de la mayor parte de festivales que se hacen en México, en los que solamente prestamos el espacio y no intervenimos en su programación. Y la tercera línea es un complejo de salas de estreno con un criterio, digamos, de salas de arte, en las que exhibimos una gama muy amplia de películas, desde grandes producciones como la de Spielberg, a películas pequeñísimas mexicanas y latinoamericanas. De las 180 películas que estrenamos este año, tenemos un porcentaje alto de películas latinoamericanas. Programamos desde un cine considerando más exitoso en términos comerciales, como puede ser “Argentina 1985”, hasta películas muy pequeñas, como por ejemplo la uruguaya “El filmador” de Aldo Garay, que acaba de estar ocho semanas en cartel. En la Cineteca programamos ambas películas con funciones diarias durante ocho semanas. 

¿Cómo manejan los criterios de permanencia? 

En general, mantenemos prácticamente todas las películas ocho semanas con funciones diarias, tanto a las grandes como las pequeñas, porque creemos que el público tarda en enterarse. La gente tiene muchas cosas que hacer además de ir al cine, y cuando se dispone a ir a ver la película que le interesaba, se da cuenta que la película ya no está más. Y más en una ciudad como México. Y por ejemplo, “El filmador” llevó a mil espectadores; “Las cercanas” de María Álvarez estuvo nueve semanas e hizo 1100; y la película colombiana “Amor rebelde” lleva 1500 espectadores y todavía está en cartel, prácticamente en la octava semana. En el otro extremo tenemos “Pinocho” de Guillermo del Toro, que lleva 95000 espectadores sólo en la Cineteca. Ese es un poco el panorama, vamos desde los 1000 espectadores a un caso excepcional de 100 mil. A todas las películas les damos la misma posibilidad de enfrentarse al público, y podemos hacerlo porque tenemos salas muy grandes, de 400 espectadores, salas medianas de 200 y unas pequeñitas de 50. Entonces, “Pinocho”, “Bardo” o “Aftersun” nos permiten financiar, de alguna manera, las películas pequeñas. Evidentemente, si sólo exhibiéramos las películas pequeñas, no tendríamos forma de mantener el aparato de la Cineteca.

¿Cómo trabajan la gestión y los acuerdos de exhibición con las películas de la región? ¿Cómo están comprando películas, directamente con las productoras?

Trabajamos con todas las distribuidoras nacionales, y hace un tiempo empezamos a trabajar con distribuidoras pequeñas o directamente con productoras, sobre todo argentinas o uruguayas, por lo que el acercamiento era más fácil. Últimamente estamos trabajando también con las grandes compañías europeas y con las plataformas, por ejemplo con MUBI estamos trabajando mucho. Prácticamente trabajamos con todo el que acepte nuestras condiciones. 

¿Cuáles son esas condiciones? 

Generalmente vamos a porcentaje, no estamos comprando películas. Nuestra idea es que si un productor o un distribuidor internacional no consiguió vender su película a un distribuidor para México, le ofrecemos la posibilidad de exhibirla a cambio de un porcentaje de los ingresos, que en general es del 40%. O sea que el dueño de la película se lleva 1 dólar aproximadamente por cada espectador. Por ejemplo, en el caso de una película como “Los reyes del mundo”, que hizo 2500 espectadores, al distribuidor le toca más o menos la misma cantidad de dólares. Lo que nos está pasando en este momento es que estamos teniendo sobreoferta, porque hay más películas que salas, y las salas comerciales están cerradas a todo el cine que no sea la gran producción hollywoodiense. Entonces, le damos el espacio a todo el cine latinoamericano, pero tambiéna las películas francesas, por ejemplo, porque tampoco tienen una buena salida en las otras salas. 

Teniendo en cuenta esa sobreoferta, ¿tienen alguna política de estrenos en cuanto a fechas? Es decir, ¿privilegian las películas más nuevas? 

En general, consideramos que todas las películas que no se han visto son estrenos, sobre todo con el tema de la pandemia, porque todavía hay películas de 2020 que no han salido. Pongamos el ejemplo de enero, un mes en el que están todas las películas nominadas a los Óscar, de las cuales hay una buena parte que nos interesan. Este mes hemos estrenado entre tres y cuatro películas semanales, incluyendo “Todo saldrá bien”, “Alcarrás”, “Rimini”, “Decision to Leave”, “Los Fabelman”, “Sexo desafortunado o porno loco” o “Lo que arde”. También hemos estrenado la chilena “1976” y acabamos de estrenar “El suplente” de Diego Lerman. 

A todas las películas les damos la misma posibilidad de enfrentarse al público, y podemos hacerlo porque tenemos salas muy grandes, salas medianas y unas pequeñitas.

Según tengo entendido, últimamente también han tenido experiencias de trabajo como distribuidora. 

Sí, lo hemos hecho dentro de México y con ciclos de cine, pero con películas individuales es más difícil. Tenemos unas 30 instituciones culturales aliadas entre las que hacemos circular algunas películas, pero sobre todo los ciclos, como por ejemplo cuando tenemos la Muestra Internacional de Cine. Esas películas las manejamos con una tarifa fija, a un precio accesible, pero que también le signifique algo a su distribuidor. Hace poco hicimos un paquete de clásicos con Fellini o Godard que está recorriendo el país y está funcionando muy bien. 

La Cineteca propone una experiencia desde el momento en que accedes al espacio, ¿en qué medida el trabajo de programación tiene en cuenta esa experiencia ?

Yo siempre he sostenido que en Cineteca la experiencia va incluso más allá de las películas, porque hay un espacio que está abierto desde las 11 de la mañana para que la gente pueda ir a tirarse en el jardín, tenemos tres o cuatro restaurantes, heladería, una terraza que tiene música en vivo el fin de semana… Entonces creo que hay toda una experiencia alrededor del cine a la que nosotros buscamos integrar la exhibición cinematográfica, ¿no? Por ejemplo, con las exposiciones, ahora tuvimos una muestra de esculturas de Pinocchio que fue muy exitosa. Por otro lado todo, y a diferencia de otras salas, incluso las películas exitosas están en una sola función. Entonces hay gente que viene porque sabe que la oferta es enorme y que, a la hora que llegue, seguro encuentra algo que le interesa. 

¿Qué tan diversos son los públicos de la Cineteca en cuanto a franja etaria, sector demográfico, etc. ? 

Mira, es muy diverso. Llega prácticamente de toda la ciudad y la mayor parte del público es muy joven, sobre todo comparado con otros países. Aproximadamente la mitad tiene menos de 25. También hay un público mayor que es realmente muy cinéfilo. 

En relación al trabajo de programación y difusión, ¿qué conclusiones has sacado en estos últimos años desde tu trabajo como programador? 

Todavía no me queda muy claro cómo, pero el panorama ha cambiado. Eso es bastante claro. Hay un público, creo que el de más edad, que está yendo menos al cine. Y ahora hay un público joven que empezó a ir. La recuperación va lenta: por ejemplo, en 2019 hicimos 1.300.000 espectadores  y en 2022 fueron 800.000. Es una caída importante. En realidad, no ha habido cambios notables en la programación o los criterios de programación, sino, más bien, que todo está más bajo que antes de la pandemia. Aunque sí es verdad que las matinés infantiles cayeron muchísimo, por ejemplo. 

¿Y en lo que refiere al trabajo de gestión de películas?

Para nosotros, el acceso a las películas ha sido más sencillo luego de la pandemia. Por un lado, porque buena parte de las salas comerciales, y creo que eso ha pasado en todo el mundo, se enfocaron más en lo comercial y dejaron muy poco espacio para el resto. Por otro lado, la relación entre las salas comerciales y las plataformas ha sido bastante complicada por los tiempos de las ventanas, todo eso tiene que evolucionar porque la realidad es completamente diferente y hay que lograr acuerdos que todavía no se han logrado. En general, nosotros trabajamos muy bien con las plataformas. Tenemos las películas que salen de plataforma dos o tres semanas antes, e incluso las seguimos exhibiendo después que salen en plataforma porque a nosotros eso no nos afecta, o al menos no demasiado. Y, por otro lado, la situación se ha vuelto más complicada para las distribuidoras internacionales, porque las películas más pequeñas de su catálogo lo tienen más difícil para ser adquiridas por distribuidores locales. Y tenemos una gran ventaja, y es que nos llegan prácticamente todas las películas que llegan a México: ya sea que la compre un distribuidor, la traiga un festival o si la traemos nosotros. 

¿En qué momento dirías que está México en lo relativo a las políticas públicas para el fomento de la exhibición? ¿Cuáles son las principales necesidades, desde tu punto de vista?

Me parece que, en términos de difusión y exhibición de cine, el panorama pinta bien y sobre todo comparado con lo que pasa en otros países. Creo que no nos podemos quejar, las limitaciones están como siempre, a veces nos quejamos por el presupuesto, pero en general yo te diría que todo está funcionando relativamente bien. Además, este año sumaremos dos complejos nuevos: la Cineteca de las artes, que tendrá 12 salas de arte, y la Cineteca Chapultepec, un proyecto totalmente nuevo que se está haciendo desde cero. Así, llegaríamos a fin de año con 30 salas y 6000 butacas. La programación en Chapultepec será casi un espejo de la Cineteca, habrá que ver cómo funciona pero la idea es que sea un reflejo para personas de otras zonas geográficas; y en la de la Cineteca de las Artes, que está a 10 cuadras de la Cineteca y a 50 metros del lugar original de la Cineteca, el criterio será trabajar ciertas películas de calidad, atractivas para el público.