Pablo Agüero, director de “Eva no duerme”, film premiado en Cine en Construcción 27

“Cada etapa es una lucha”, dice Pablo Agüero sobre su trabajo como director. Precisamente, el argentino radicado en Francia trabaja a contrarreloj para finalizar su tercer largometraje, “Eva no duerme”. Los premios recibidos en la última edición de Cine en Construcción- Toulouse facilitarán el proceso de posproducción, que el cineasta espera culminar en un mes. Después, el film iniciará su recorrido por el circuito festivalero internacional, siendo Cannes el certamen que más suena para su estreno.

El director de “Salamandra” y “77 Doronship” realiza ahora un largometraje histórico-político cuyo guion fue reconocido en Francia en 2012 con el Grand Prix. La trama se estructura en tres episodios consecutivos que narran las confrontaciones vividas en Argentina tras la muerte de Evita Perón a través de su cuerpo embalsamado.

Gael García Bernal está al frente del elenco interpretando al Almirante Massera, que relata los acontecimientos desde su voz en off. El argentino Daniel Fanego, el español Imanol Arias y el francés Denis Lavant completan el reparto de este film cuyo desarrollo se alargó durante seis años y fue filmado en plano secuencia.

Coproducida entre la francesa JBA Production, la argentina Haddock Films y la española Tornasol, el film cuenta con un presupuesto aproximado de cinco millones de dólares y sus derechos de ventas internacionales están en manos de la agencia y distribuidora francesa Pyramide, quien también está a cargo de su distribución en Francia. Argentina y México son los otros territorios donde la cinta ya tiene asegurada su comercialización.

LatAm cinema conversó con el director tras la ceremonia de premios de Cine en Construcción- 27 Toulouse.

“Eva no duerme” relata un acontecimiento histórico que sucede a lo largo de 25 años. ¿Cómo ha sido el proceso de investigación?
Mi primera tentación fue de hacer algo más grotesco, más burlesco, pero me fui dando cuenta de que, por un lado, era una redundancia agregar a lo delirante de la realidad delirio de mi propia imaginación, y por otro lado, era no asumir una responsabilidad histórica y política. Me fui sumergiendo cada vez más en la historia investigando mucho, desde mucha investigación bibliográfica, hasta reuniones con montoneros, viajar a Madrid a buscar a Isabel Perón y conocer a su brujo, o leer los documentos desclasificados de la CIA para entender realmente en un sentido amplio el fenómeno histórico. Paulatinamente, fui tomando conciencia del rol realmente revolucionario de ésta mujer en su época, de cómo estaba avanzada desde el punto de vista de la conciencia social, no desde la caridad sino desde su objetivo de generar la igualdad desde la redistribución de la riqueza, algo que sigue siendo polémico hoy en día. A pesar de sus contradicciones políticas, como tienen todos los políticos, fue una figura realmente revolucionaria. Me fui empapando de eso, y al mismo tiempo tratando de no ponerlo en un primer nivel de lectura en la película, dejando al espectador la ambigüedad necesaria para que pueda pensar por sí mismo y mostrando la ambigüedad de la violencia, de la guerrilla, haciendo hablar a los militares, jugando con las obviedades del discurso.

¿Qué distancia tomaste con la realidad para asumir la responsabilidad histórica?
Es un tema muy complejo, el peronismo no es ninguna corriente política, ni de izquierdas, ni de derechas, ni de centro, ni progresista, ni conservador, ni reaccionario. Es todo eso y lo contrario a la vez. Yo tomé como tema la existencia del proletariado, su irrupción en la escena política y la reivindicación de derechos, que en Argentina se produce de manera masiva a través del peronismo, sin que necesariamente yo diga que el peronismo tiene la representación del proletariado pero históricamente, fuera del partido político, se produce en ese momento, y es algo que para mí es universal y de actualidad. Las revoluciones árabes salieron a la calle de la misma forma que en Argentina se salió en 1946, y en ambos casos es una lucha contra un capitalismo aplastador e impuesto.

En este sentido, y teniendo en cuenta que el casting está encabezado por actores internacionales que no están tan vinculados a la historia argentina, ¿Cómo ha sido el trabajo actoral?
Muy diferente con cada uno. Para el caso de Imanol Arias hay un libro escrito por Pedro Ara, el embalsamador, que es increíble. Se lo envié e investigamos mucho el personaje real y el background particular que puede tener un actor español. Gael es alguien que tiene mucha conciencia política, que tiene un compromiso con las películas que hace, el trabajo tiene más que ver con discusiones sobre el contenido político de la política. Denis es un actor más visceral, no necesita una explicación, sin embargo es muy político a su manera, su revolución es más poética, se compromete no tanto desde lo intelectual sino más desde lo visceral. Con los argentinos fue más complejo, está más trabajado y escrito con sangre porque ellos lo vivieron, Daniel Fanego está actuando el personaje de su mayor enemigo, y Sofía Brito, que hace de guerrillera, nació en México en el exilio.

La película tiene cierta cuota de imágenes de archivo, ¿cómo fue el acceso a los materiales?
Son imágenes que están bastante disponibles, accesibles y baratas, es increíble que no hayan sido explotadas. En este caso, lo complejo fue darles una dramaturgia e interpretarlas.

Tras recibir los incentivos para postproducción, ¿Cuáles serán los próximos pasos de la película?
Lo que viene siempre es difícil. Me sucedió con todos mis proyectos, aunque tuve reconocimiento, premios, etc., todas las etapas son complicadas. Ésta película ganó el Premio al mejor guion en Francia y fue premiada en el Festival de Amiens, sin embargo el financiamiento fue dificilísimo. Lo mismo que me pasó con mi primera película tras ganar el Premio de Jurado en Cannes con mi corto. Ahora vamos a apostar a los grandes festivales que es lo que puede servir de plataforma para esta clase de películas a través del reconocimiento artístico, el cual tiene que ser lo suficientemente grande como para que realmente se convierta en noticia y ayude a la distribución. Por suerte, tenemos un excelente distribuidor que apostó a la película, y esa fue una de las razones que me llevaron a hacerla a pesar de las condiciones dificilísimas, el saber que atrás había alguien que la iba a defender también.

El director argentino radicado en Francia conversa sobre su próximo largometraje, “Eva no duerme”.