Raquel Hallak, coordinadora de CineBH y de Brasil CineMundi
Entre el 24 y el 29 de septiembre se está llevando a cabo CineBH, el festival internacional de cine de Belo Horizonte, con 110 títulos que se exhiben en forma gratuita para el público de la ciudad. Repartidos en 10 categorías, los filmes proceden de la propia ciudad de Belo Horizonte, del estado de Minas Gerais, de 13 estados brasileños y de Latinoamérica. En paralelo, se lleva a cabo Brasil CineMundi, mercado de coproducción que construye puentes entre la producción local y los profesionales internacionales. LatAm cinema dialogó con Raquel Hallak - coordinadora de ambos eventos y CEO de la empresa que los organiza, Universo Produção - sobre la actualidad del cine de la región y la relevancia de CineBH en su desarrollo y difusión.
¿Cuáles han sido los principales logros y cambios en estos 18 años de CineBH?
Pensamos la Mostra CineBH hace 18 años con el objetivo de complementar nuestro programa, Cine Sem Fronteiras, que comenzó con Tiradentes, centrado en el cine brasileño contemporáneo. Tiradentes empieza en 1998, en 2006 nace la Mostra de Cinema de Ouro Preto, enfocada en hablar de preservación, historia y educación; y en el 2007 nace la Mostra CineBH como evento internacional para hablar del mercado audiovisual, ya que en ese momento las películas no llegaban al circuito comercial aquí en Minas ni circulaban en ciudades de Brasil por fuera de São Paulo o Rio.
Minas Gerais es un estado con 853 municipios, apenas unos 60 tienen salas de cine. En su día, Belo Horizonte tuvo 120 cines de barrio, era una ciudad planificada: cada barrio tenía cine, supermercado y colegio. Hoy en día, sólo hay seis cines de barrio. Queríamos entender qué había pasado. Incluso abrimos la Mostra recuperando un cine municipal de barrio, el Cine de Santa Tereza.
En estos 18 años de transformaciones, CineBH ha acompañado no sólo el diálogo con la ciudad, sino todos los movimientos que Belo Horizonte alberga en el área cultural. Por eso incluso tenemos una sección llamada “Ciudad y Movimiento”. Nos preguntamos cómo dialoga la realización de un evento en la capital con los movimientos sociales y culturales, entonces CineBH presenta una ciudad creativa que a su vez acerca al cine latinoamericano, que es nuestro enfoque principal desde 2022. En la tercera edición de la Mostra CineBH nació Brasil Cinemundi, la actividad de industria con espacios de formación, de coproducción, laboratorios. Es un espacio creado para que los proyectos se conviertan en películas y tengan circulación internacional.
¿Por qué en 2022 decidieron enfocarse exclusivamente en el cine latinoamericano?
La Mostra CineBH tiene lugar en el segundo semestre, en la parte del año en la que se concentra el mayor número de festivales de cine en Brasil. Es en este período que se llevan adelante los festivales de Río, São Paulo, Brasilia, Gramado y varios otros que se realizan en los últimos meses del año debido al modelo de financiamiento en Brasil, a través de leyes de incentivo.
Queríamos hacer algo que fuera diferente, que representara un hueco, porque nos estábamos disputando las mismas películas internacionales: las que habían ganado en grandes festivales. Estábamos compitiendo con Río y São Paulo, cuando en realidad nuestro trabajo siempre ha estado guiado por las diferencias. Entonces, ¿qué es lo más necesario debatir hoy y qué es lo que más falta, cuál es el vacío más grande en los circuitos de festivales? El cine latinoamericano. En la curaduría, junto con el equipo de Universo, empezamos a pensar en qué aspecto del cine internacional podíamos centrarnos para producir un efecto multiplicador, y el cine latinoamericano llegó de inmediato, como una opción conceptual pero además una cuestión necesaria y de emergencia. Para que te hagas una idea, en 2023 sólo se estrenaron seis películas latinoamericanas en Brasil. Así que no sólo las películas brasileñas tienen dificultades para entrar en su propio país, el cine latinoamericano también. Y son países con los que compartimos los mismos problemas sociales, las mismas dificultades regulatorias y los mismos problemas políticos que inspiraron el tema de esta edición: Estados del cine latinoamericano. Nos propusimos crear un espacio de reflexión y exhibición, de diálogo, para conocernos mejor, para revelar talentos de países que tienen un vínculo con Brasil.
“Vemos en la historia del cine latinoamericano una inconstancia, una fragilidad en las políticas públicas de sus países”.
¿Cómo abordan la temática de esta edición?
Según las políticas públicas de un país, el cine puede tener un buen desempeño o puede hundirse. Vemos en la historia del cine latinoamericano una inconstancia, una fragilidad en las políticas públicas de sus países. Lo que está pasando ahora en Argentina es lo que pasó en Brasil durante seis años. La cuestión principal es entender cuáles son estas regulaciones, qué políticas públicas determinan la historia y el momento del cine en un país. Para ello, organizamos tres debates: uno centrado en las mujeres, otro centrado en las coproducciones y el tercero sobre los Estados y sus acciones. En paralelo llevamos adelante una encuesta sobre 19 países que muestra la situación actual en cada uno de ellos respecto a sus políticas públicas.
Una de las muestras de CineBH exhibe filmes que participaron en versiones anteriores de Brasil CineMundi, como “Bacurau”, “Corpo elétrico” o “Levante”. ¿De qué otras formas dialogan el festival y el mercado de coproducción?
Ambos se centran en el mercado desde ángulos diferentes. Mostra CineBH se centra en el cine latinoamericano y Brasil CineMundi en la internacionalización del cine brasileño. Son complementarios. La metodología de CineBH es similar a lo que hacemos en Tiradentes: exhibición, reflexión y formación. Brasil CineMundi es una apuesta por nuevos talentos y por proyectos que están en desarrollo y buscan coproducciones. Para lograr esto traemos productores latinoamericanos interesados en coproducir con Brasil.
¿Cuáles son los planes para las próximas ediciones de CineBH y en qué aspectos crees que podría crecer o mejorar?
Estamos más que convencidos de que ningún ámbito de la cultura, y mucho menos el audiovisual, puede vivir sin políticas públicas. En Brasil no faltan recursos para el desarrollo. A través de CONDECINE, contamos con una agencia y una normativa que garantizan recursos para invertir en el área cinematográfica. Pero tenemos algunos problemas. En primer lugar, el encuentro de las películas con el público. Existen problemáticas relacionadas con la distribución, con cómo los gobiernos municipales, estatales y el gobierno federal pueden desarrollar en conjunto una campaña para que al público le empiece a gustar lo que se produce en su país ya que consumimos siempre contenido estadounidense, incluso en TikTok y otras redes sociales. Para ello trabajamos en las escuelas pensando en el futuro cercano, esperando que en 2025 o 2026 tengamos regulaciones de VOD. Esto es fundamental para garantizar los derechos de autor, la cuota de cine brasileño y la transparencia de los datos.
Para crecer en el futuro, también es necesario seguir apostando a generar conexiones. Creo que es fundamental, y no es sólo una cuestión brasileña sino global, facilitar espacios para la coproducción. Hay muy poca regulación y demasiada burocracia. Y la coproducción es una salida para toda la cinematografía, entonces trabajamos para que estos intercambios puedan ser menos rígidos.