Rodrigo Sebastián González, productor de “Las niñas bien”
La década de los ochenta marcó un parteaguas en la economía mexicana con una crisis que llevó a la ruina a familias adineradas y encumbró a otra clase. La manera de relatar este fenómeno también vio un rumbo diferente con la llegada de “Las niñas bien”, libro en el que la escritora Guadalupe Loaeza describía con sarcasmo y humor a las mujeres que observaba en el vaivén de su círculo social. Llevar a la pantalla una prosa celebrada por unos y tachada de frívola por otros, que además delineaba a diferentes personajes a través de varios libros, sólo pudo hacerse hasta ahora, a través de un equipo en el que cada pieza ha sido clave para su éxito.
Desde la hábil y elegante dirección de Alejandra Márquez Abella, hasta las actuaciones de Cassandra Ciangherotti, Johanna Murillo, Paulina Gaitán e Ilse Salas, han sido aplaudidas desde el estreno del filme en Toronto.
Más discreta, pero no menos importante, ha sido la base que llevó el proyecto a buen puerto: la productora Woo Films. El año pasado llegaron con esta cinta a festivales como los de Roma y Marrakech; con “Cómprame un revólver” llegaron a Cannes y con la serie “La casa de las flores” crearon uno de los productos estrella de Netflix en México. LatAm cinema conversó con el productor Rodrigo Sebastián González sobre “Las niñas bien”, que se estrena en México el 22 de marzo.
¿Qué fue lo que te llevó al camino de la producción y cómo empezaste en ese ámbito?
Tuve la suerte de conocer a Rafael Ley, mi socio en Woo Films y a María José Córdova y ellos me invitaron a este mundo hace 13 años, mismos en los que Rafael siempre creyó. Yo tenía siempre muchas dudas, por los cambios de tendencias, las plataformas, el cambio en el entretenimiento. Yo venía de trabajar en mercadotecnia en Blockbuster y ver la decadencia de esa forma de consumir cine. Después el ímpetu de Rafa fue lo que me hizo tomármelo en serio y empezamos a desarrollar la primera película, que fue “El lenguaje de los machetes”, de Kyzza Terrazas, en el 2011; luego “No quiero dormir sola”, de Natalia Beristáin; de ahí desarrollamos la segunda película de Kyzza, “Bayoneta”; la siguiente de Natalia, que fue “Los adioses”, y ganó en Premio del Público en Morelia. Julio Hernández Cordón había hecho películas con presupuestos muy limitados, con los que logró grandes cosas, entonces dijimos ‘A ver, Julio, ¿qué pasa si te damos el músculo de una productora y sumamos tu talento?’ y de ahí salió “Cómprame un revólver”, que nos llevó a Cannes. A veces, cuando las partes se juntan, pueden pasar cosas maravillosas.
¿Cómo llegaste a "Las niñas bien"?
Fue un accidente: un amigo me pidió escuchar a su mamá para una historia de cine. Yo no sabía que su mamá era la escritora Guadalupe Loaeza. Por mera cortesía a mi amigo, porque no quería ir, fui y me encontré con la sorpresa de que era ella y que quería hacer una película seria. En ese momento estábamos desarrollando “Los adioses”, sobre la escritora Rosario Castellanos, y Guadalupe había recibido la medalla que lleva su nombre, entonces había mucha afinidad y una suerte de tiempos que permitió que confiara en nosotros, que dejara en nuestras manos todas las obras que ha escrito desde los 80, que son más de 30. La experiencia de Rafa y Majo de ver con qué directora podíamos hacer esta historia seria y alejarnos de lo que la gente esperaba, fue lo que nos permitió desarrollarla. Un poco de manera accidentada y dejándote querer y dejándote llevar en el mundo del cine, es lo que nos ha permitido ir avanzando cada año. Ahora pareciera que traemos muchas películas, que sí lo son para una casa productora pequeña. Sin embargo, el retraso de varios años y el no querer sacar una película hasta estar seguros de que es momento, fue lo que hizo que se juntaran ahorita.
La película se vendió recientemente a Francia, en China, ha tenido muy buena aceptación en festivales, estrenó en Toronto, fue a Roma, Chicago, Marrakech, Macao y es una película que sorprendentemente también es relevante en países que nunca nos imaginamos.
¿Consideran seguir trabajando a este ritmo?
Queremos desarrollar una película por año. Todo lo hacemos por EFICINE, concursamos en la convocatoria, tratamos de cuidar nuestros procesos para hacer historias y proyectos dignos de producirse. Y en todas nuestras películas hemos intentado meterle el ADN de Woo Films, que vaya más allá de la taquilla y te lleves algo a casa, lograr la reflexión.
Tienen los derechos de las obras de Guadalupe, ¿están pensando en llevar al cine otra de ellas?
Sí, tenemos todos los derechos de la obra de Guadalupe, estamos desarrollando varios proyectos para ver en dónde caben. No nos da miedo explorar diferentes formatos, actualmente estamos en una etapa de análisis para ver cómo nos va con esta película y ver dónde cabe más. Guadalupe está conmovida con la película y es la primera en ver qué es lo que sigue. Algo interesante es que está escribiendo el libro de la película, nunca había pasado. Nosotros le compramos los derechos para hacerla, nos basamos en sus personajes y ahora ella dice que entendimos cosas que ella no había hecho en el resumen de todos sus libros.
¿Cuándo se publicará ese libro?
El libro va a salir justo después del estreno de la película.
¿Qué significa que estén con Claro Video? ¿Van directamente a esa plataforma después del cine?
Clarovideo fue nuestro contribuyente principal para lograr el financiamiento de la película a través de EFICINE y tenemos un contrato de que la película tendrá un tiempo en su plataforma después de estrenarla, no en exclusiva, pero gracias a ellos logramos hacerla.
¿Cinépolis Distribución ya ha confirmado otros territorios para esta película?
Ya está vendida en todo el mundo. Cinépolis Distribución está en toda América, Pantelion Films está en Estados Unidos en conjunto con Cinépolis Distribución, y Luxbox Films está en el resto del mundo. La película se vendió recientemente a Francia, en China, ha tenido muy buena aceptación en festivales, estrenó en Toronto, fue a Roma, Chicago, Marrakech, Macao y es una película que sorprendentemente también es relevante en países que nunca nos imaginamos. Pensamos que iba a ser muy local y resulta que es algo que pasa en todo el mundo.