Sebastián Lelio, director de “Una mujer fantástica”
En estos momentos Sebastián Lelio es, sin duda, uno de los cineastas chilenos con más proyección internacional, así como también lo son el productor Juan de Dios Larraín y el productor‒director Pablo Larraín que, con su compañía Fabula, han levantado “Una mujer fantástica”, en coproducción con Alemania (Komplizen), EE.UU. (Participant Media) y España (Setembro Cine). La francesa Funny Balloons administra las ventas internacionales y hasta la fecha ya tiene distribución en EE.UU. (Sony Pictures Classics), España (Beta Pictures), Suecia, (Edge Entertainment), Suiza (Pathe Films AG), Brasil (Imovision), Japón (New Select), Polonia (Gutek Film) y Benelux (September Film Distribution). En Berlín la película se hizo con el Oso de Plata al mejor guion (Lelio y Gonzalo Maza), así como con el premio del Jurado Ecuménico y el Teddy al mejor film de temática LGTB.
Lelio nos ofrece en el film la segunda entrega de una auténtica trilogía, alrededor de caracteres femeninos fuertes y en lidia con sus emociones y entornos hostiles. Marina (gloriosamente interpretada por Daniela Vega) es una mujer transexual, enamorada de Orlando (Francisco Reyes), un hombre mucho mayor que ella, que una noche muere inesperadamente, después de la celebración del cumpleaños de Marina. La película es la reivindicación serena pero dolorosa de esta mujer por su dignidad y su derecho al luto.
La próxima película de Lelio es “Disobedience” (interpretada por Rachel Weisz, Rachel McAdams y Alessandro Nivola). Basada en la novela de Naomi Alderman del mismo título, está finalizando su rodaje.
El 6 de abril, “Una mujer fantástica” llega a los cines chilenos con distribución de Fabula. El siguiente estreno: Francia, en julio.
Después de “Una mujer fantástica” y con “Disobedience” parece que esté culminando una trilogía sobre mujeres de carácter fuerte afirmándose en entornos complicados…
¡Es verdad! Me preguntan mucho sobre estas cosas, por mi fascinación hacia las mujeres, por qué entiendo a las mujeres (lo que es una completa ilusión) … en realidad este conocimiento viene de un lugar profundamente intuitivo, no premeditad. Admiro a las mujeres intensamente, pienso que ellas tienen la capacidad de salvar al mundo y si no fuera por ellas estaríamos perdidos. Y creo también que la feminidad está amenazada, arrinconada, en peligro… y lleva así desde hace siglos.
La transexualidad es un tema repentinamente candente en estos momentos. ¿Por qué?
El debate se ha hecho más público recientemente, y está ocurriendo globalmente sobre todo debido a internet. Se trata de algo que explotó en la cultura popular hace muy poco en realidad (…) Cuando empezamos a escribir el guion no estaba tan presente en la calle como lo está ahora. Ahora está en todas partes. Creo que un par de portadas de revistas resultaron un detonante, pero internet fue la herramienta esencial para hacernos saber que el tema estaba ahí. Antes de esto, la comunicación era muy difícil, pero de repente… “hey no somos freaks, somos gente normal; cuenten algo sobre nosotros”. Yo me sentí enseguida fascinado sobre el tema, pero lo cierto es que fue Daniela quien me ha educado sobre él.
¿Cómo se construye una película alrededor de un personaje?
Mi fascinación por las películas construidas alrededor de un personaje es enorme. La gente habla de los personajes de una película como si fueran algo diferente de la misma película, como si fueran realmente seres humanos. Ya me pasó con “Gloria”. Y sabes que es un artificio, sabes que no es algo distinto de la película, sólo existe en su interior, como también el vestuario, la música... Es pura ilusión. En esta ocasión traté de ir un poco más lejos, porque creo que la identidad de los personajes y la identidad de la película están íntimamente unidos. La identidad de Marina no puede encerrarse en una frase, ella está mutando todo el tiempo, como lo hace la película en sus diferentes tonalidades y géneros. Me gusta explicar “Una mujer fantástica” como una película trans‒género: romántica y a la vez un estudio de personaje, una película sobre humillación y venganza…
Y también un melodrama
Claro, es también un melodrama, pero contenido, eso sí: he querido huir de ese territorio cinematográfico del realismo social, he querido celebrar cierto esplendor estético.
El público, la sociedad en general ¿no está mostrando un conservadurismo creciente en todos los aspectos? ¿Expresa la película estas reflexiones?
Creo que la película es relevante en el sentido de que habla de cosas que están ocurriendo ahora. ¿Vamos a crear un mundo inclusivo, que abrace las diferentes complejidades o queremos crear un mundo de etiquetas, pequeñas cajas, límites y ridículos nombres para las cosas? Esto es lo que me interesa del tema de la transexualidad y esta es la razón por la que la película tiene una aspiración expansiva, que no quiere ser reduccionista. El reduccionismo es tóxico. El reduccionismo de cualquier tipo.
¿Qué ha hecho especial el trabajo con los hermanos Larraín?
Somos amigos desde hace tiempo y siempre habíamos estado intercambiando guiones e ideas. Sólo tengo una profunda admiración por Juan como productor y Pablo como director. Es fantástico estar rodeado de personas poderosamente creativas y audaces como ellas.
He querido huir del territorio cinematográfico del realismo social, he querido celebrar cierto esplendor estético.
¿Cómo encontró y escogió a Daniela Vega?
Todo fue muy rápido. Tras unas sugerencias durante el proceso de investigación insistiéndome en que conociera a Daniela, la llamé y quedé cautivado enseguida. Sin embargo, Daniela empezó siendo una consultora de guion. Así empezó: ayudándome ella a mí. Yo no había tenido antes una amiga transexual. Y de repente dije: “deberías interpretar el papel”.
Daniela ha declarado: “Marina está preparada para el mundo, pero el mundo no está preparado para ella”. ¿Cree que público internacional está preparado para “Una mujer fantástica”?
¿Cómo saberlo? He hecho una película con la voluntad de conectar, de viajar por el mundo, de conmover al público. He tratado de hacer una película generosa en este sentido, el que va de la pantalla al espectador. Es difícil que una película de habla hispana tenga una potente distribución internacional…
Pese a la globalidad que ha adquirido el debate sobre la transexualidad, será interesante observar el comportamiento de la película en los diferentes territorios.
Eso va a ser fascinante. Las ventas están yendo muy bien y esto es muy esperanzador.
¿Qué referencias de cineastas le han resultado estimulantes, inspiradoras para crear el universo de “Una mujer fantástica”?
Es un film abierto a múltiples direcciones desde Buster Keaton a Busby Berkeley, pero también Louis Malle, siempre John Cassavetes….
En un momento clave de la película, Daniela, fingiendo ser un hombre, abre la consigna del gimnasio de Orlando. No hay nada. ¿Qué es lo que encuentra en realidad?
Es como el monolito de “2001, una odisea del espacio”. Nadie sabe lo que significa. Tengo mis teorías, eso sí… quizá es una pregunta: ¿qué es lo que hacemos con el vacío, con la ausencia de significado? ¿cómo lo gestionamos? ¿qué es lo que ponemos en ese espacio. ¿Qué hacemos ahora? Una pregunta al estilo de Marx y Engels.
Foto portada: © Gerhard Kassner / Berlinale.