Amir Labaki, director del festival É Tudo Verdade

A una edición de completar dos décadas de existencia, el festival de documentales más antiguo y respetado de América Latina, É Tudo Verdade, celebró una nueva edición en São Paulo y Río de Janeiro el pasado mes de abril-

El crítico de cine Amir Labaki, su fundador y curador, habló a LatAm cinema sobre la trayectoria del festival y la posición de vanguardia del documental en Brasil y en América Latina en los días de hoy.

¿Cómo crees que É Tudo Verdade ha alcanzado el lugar de referencia que ocupa hoy entre los festivales de documentales en Latinoamérica y en el mundo?
Por varios motivos. En primer lugar, creo que eso se debe a su carácter pionero en Brasil y en América Latina. Después, por el vigor histórico del documental brasileño y latinoamericano, base esencial para la construcción del festival. También por una selección muy rigurosa, en la que se exhibe sólo 5% del total de títulos inscritos, y por una dedicación a formar público a través de retrospectivas y debates.

¿Cuáles son las principales dificultades que el festival encuentra para seguir existiendo después de 19 años?
El festival es un evento felizmente regular y estable, ya casi cumpliendo dos décadas de existencia, lo que lo vuelve una de las raras excepciones en el panorama nacional y latinoamericano. Los acuerdos de patrocinio todavía son negociados y firmados año a año, pero tenemos el privilegio de mantener alrededor de seis patrocinadores tradicionales.

¿Qué lugar crees que los documentales tienen en el panorama cinematográfico latinoamericano de hoy?
En Brasil, el documental está en la cima de la producción audiovisual. Creo que el género vive un momento particularmente rico también en países como Chile, Colombia, Ecuador, México y Uruguay.

¿Para qué eventos de documentales de la región eventualmente miras -y los tienes como posibles referencias? ¿Estás pendiente también de los nuevos?
Antes de todo, no es posible acompañar lo que pasa en la región mirando sólo festivales de documentales. Pero a lo largo del año, los principales eventos regionales del género, para mí, son el festival de Guadalajara, el BAFICI, el Edoc, el Fidocs, la Muestra Internacional Documental de Bogotá, el Doc Buenos Aires, el DocsDF, los festivales de Mar del Plata y de la Habana y el Atlantidoc. Lo que hago es tratar de mantenerme informado, investigar el perfil de los nuevos, contactar conocidos que ya los hayan visitado. El circuito de festivales está en expansión planetaria y lo mismo es válido para eventos dedicados exclusiva o principalmente a documentales.

¿Qué más llama tu atención en la actual producción documental brasileña? Y de qué manera el público se relaciona con ella?
Me parece esencial, hoy, el hecho de que exista en el documental brasileño hoy un vector estético dominante, un dispositivo preferencial. En relación al público, él es heterogéneo y se encuentra disperso en las distintas ventanas de exhibición. Pero no queda duda de que es un espectador mucho mejor informado sobre el género y sobre cada nueva cosecha anual. El documental está más cerca de todos.

Camila Moraes.

“En Brasil, el documental está en la cima de la producción audiovisual”.