Cine en Colombia 2011: Un balance que invita a soñar
Cine en Colombia 2011: Un balance que invita a soñar
Es común hablar del “milagro del cine colombiano” para designar lo que se reconoce como el desarrollo de una industria no tradicional y en tiempo record en este país de profundas paradojas y que se ubica hoy, según algunos indicadores, como la cuarta mayor industria cinematográfica en América Latina.
Para iniciar este siglo se estrenaron 4 largometrajes nacionales; apenas si se destinaban escasos recursos del presupuesto público para este campo cultural; existía menos de una tercera parte de pantallas que hoy y solo 17,2 millones de personas fueron a cine entre una población que ya superaba los 40 millones de habitantes.
En vuelco notable, entre 2004 y 2011 se estrenaron 86 largometrajes y muchos cortometrajes nacionales en cines. Varios participaron en selecciones oficiales de Cannes, San Sebastián, Toronto y Berlín (casi todas operas primas), al paso que una novel actriz colombiana estuvo a punto de recibir el premio Oscar de la Academia.
El 2011 que recién terminó llevó algo más de 38 millones de espectadores a cines. La mayor asistencia en cerca de dos décadas, lo que proviene, entre otras razones, de la existencia actual de 643 pantallas en el país, de la circunstancia de que en precios constantes la boleta tuvo el valor mas bajo de este siglo y de la expectativa generada por filmes en los formatos digitales.
En el mismo período se estrenaron 18 largometrajes locales, record histórico desde que “El drama del 15 de octubre” se vio en pantalla grande en 1915. “Todos tus muertos” fue premiada en Sundance, “Porfirio” en Grecia e India y “El páramo” en Sitges, si bien cada obra nacional tiene amores y desprecios del público.
Lo mas importante: en 2011 las películas nacionales llevaron 2,99 millones de personas que reportaron el 8,3% del total de la audiencia en el país, en competencia con cerca de 200 títulos extranjeros. El gusto de los colombianos por su cine ya había representado en 2006 la mas alta cifra de la historia con un 13,9% del numero total de espectadores de cine ; entre 2005 a 2008 esa presencia no descendió ningún año del 10%, si bien en 2009 y 2010 decreció sostenidamente al 4,5%, entre otras razones, por la irrupción de la novedad de películas en 3D.
Al margen de estadísticas, estos logros en tiempos de video casero, de televisión en la mayoría de hogares, con Internet para descargar películas y piratería intensa, más que un “milagro” es resultado de acciones que interpretan los efectos sociales, culturales y económicos del universo audiovisual.
En esa dirección, la ley 814 de 2003 (Ley de Cine) junto con otros instrumentos como la Ley de Cultura, algunos mecanismos financieros y estrategias interministeriales consignadas en los llamados Documentos CONPES de Cine y el de Industrias Culturales, interpretó que la cinematografía debería ser mirada intersectorialmente, con perspectivas de transformación tecnológica, de mejoramiento de infraestructuras, de formación para el trabajo técnico y artístico, de apertura de mercados o de integración mediante coproducciones.
Hacia allá la Ley de Cine ha destinado 76,390 millones de pesos (42,5 millones de dólares a tasa actual, a los que se sumarán unos 10 millones de dólares en 2012) de una contribución pagada por exhibidores, distribuidores y productores nacionales, sin costo al público. El incremento de pantallas en más de un 100% en estos años gracias a incentivos a las reinversiones de sus dueños, potencia el recaudo de la contribución pues ésta proviene mayoritariamente de los exhibidores de películas extranjeras.
Con un incentivo que permite deducir en renta el 125% de cada unidad monetaria invertida en cine colombiano, la ley ha movilizado la inversión privada por monto similar a la contribución.
Recibimos el 2012 con la perspectiva de 24 estrenos nacionales y de apoyar más la tecnología digital; con el funcionamiento del primer laboratorio de revelado y con la posibilidad de otra ley complementaria, en trámite, que devolvería hasta un 40% de lo que gasten, a nacionales y extranjeros que filmen en el país utilizando recursos y trabajo local.
Es el reto de los ministerios de Cultura y el de Industria, así como la gente del cine sentada en el Consejo Nacional de Cine y en Proimágenes Colombia, entidad que administra parte de los recursos comentados. Todos con la convicción de que los milagros del cine llevan a una sociedad mejor.
Por Claudia Triana de Vargas, directora del Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica “Proimágenes Colombia”.