• Directores argentinos y brasileños unen fuerzas en Rotterdam

    “Los territorios” de Iván Granovsky

  • Directores argentinos y brasileños unen fuerzas en Rotterdam

    “Otra madre” de Mariano Luque

  • Directores argentinos y brasileños unen fuerzas en Rotterdam

    “Corpo Elétrico” de Marcelo Caetano

  • Directores argentinos y brasileños unen fuerzas en Rotterdam

    “Pela janela” de Caroline Leone

  • Directores argentinos y brasileños unen fuerzas en Rotterdam

    “António Um Dois Três” de Leonardo Mouramateus

Directores argentinos y brasileños unen fuerzas en Rotterdam

Entre el 25 de enero y el 5 de febrero próximos se llevará a cabo la 46ª edición del Festival Internacional de Cine de Rotterdam (IFFR), con la participación de 32 películas producidas total o parcialmente por países latinoamericanos. Argentina y Brasil lideran esta selección, con once y diez películas respectivamente (seguidas por México con seis y Chile con tres). LatAm Cinema dialogó con cinco realizadores de ambos países que exhibirán su trabajo en Bright Future (categoría destinada a talentos emergentes del panorama mundial) sobre la situación actual de la cinematografía regional, el futuro y los beneficios de la coproducción.

Iván Granovsky es un productor y realizador argentino, también fundador y director de LoboLab, los encuentros de coproducción del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. En Rotterdam estrenará “Los territorios”, una coproducción entre Argentina, Brasil y Palestina que muestra el viaje de un joven que decide jugar a ser periodista a partir del ataque a Charlie Hebdo. Granovsky define su cine como “geopolítico”: “Viajar y filmar. Como hice en 'Los territorios', usar elementos de la realidad geopolítica y manipularlos en favor de la ficción. Tal vez la mayor característica que se exploró en el film, y que espero que se siga explorando en los próximos, es el cambio de rumbo. Que la narrativa esté construida hacia un lugar, y vire”.

Con respecto a la situación actual de la producción audiovisual en su país, el director destaca el espíritu arriesgado de sus compatriotas: “Creo que el cine argentino está en un momento de mucha valentía. Los directores jóvenes argentinos están cada vez más punks. Y por suerte hay productores dementes que siguen a esos punks. Es una cinematografía cada vez más heterogénea. Nos estamos yendo a los bordes. Y hay que seguir así, y también pasarse de esos bordes.”

El director cordobés Mariano Luque coincide en que actualmente en Argentina hay propuestas variadas a nivel ideológico y estético y una enorme cantidad de estrenos cada año, tanto proyectos apoyados por el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) como películas independientes. Su filme en Bright Future, “Otra madre”, es un delicado retrato de las distintas facetas de la maternidad. Luque está interesado en un cine de personajes, sensible, preocupado por lo humano, con temáticas relacionadas con las injusticias naturalizadas. Al momento de opinar sobre el devenir de la producción cinematográfica en su país, Luque expresa preocupación: “La coyuntura política actual, con un gobierno neoliberal que favorece de forma obscena a las corporaciones y a los sectores más pudientes, exige en cierta forma proteger el rol del INCAA en su sentido inclusivo. Las exigencias para proteger el Instituto deben encaminarse a ampliar el acceso y las posibilidades de quienes hacen cine, priorizando su rol de ampliar la diversidad cultural y creativa. Si sus políticas se inclinan en pura sintonía con las reglas del mercado, el Estado deja de ser tal y se convierte en una empresa que favorece solo a las grandes productoras y el impacto cultural de esto puede resultar terrible.”  

Las coproducciones tienen una función muy interesante que es justamente el intercambio con artistas y técnicos de otros países.

Los tres directores brasileños consultados por LatAm Cinema concuerdan en valorar el fructífero presente de la cinematografía en su país pero a la vez manifiestan inquietud ante cambios recientes en materia de políticas de Estado y crítica desde varios sectores.

Marcelo Caetano estará presente en Rotterdam con “Corpo Elétrico”, película con personajes que forman parte de la clase obrera gay de San Pablo. Caetano se propone desdibujar los límites entre personas socialmente distantes con el objetivo de resistir la intolerancia y la violencia generadas por  prejuicios. Cuenta que el filme consiguió financiamiento relativamente rápido gracias a políticas estatales que fomentan la innovación, el riesgo y la búsqueda de nuevos temas y lenguajes, pero denuncia que actualmente esta búsqueda de nuevas voces está en peligro: “Ellas comienzan a ser atacadas por parte de la prensa y por los sectores más conservadores de nuestra sociedad que están cada vez más anti-intelectualistas. Critican de forma agresiva la participación de artistas en la discusión política y cultural, pero el debate es una de nuestras funciones primordiales. Nuestra presencia en festivales internacionales en el comienzo del año es esencial para tener argumentos para luchar contra el desmantelamiento de estas políticas”.

Leonardo Mouramateus agrega que es momento de luchar para que los avances logrados en los últimos años no hayan sido en vano, pero opina que el apoyo de fondos públicos no es la única opción para seguir produciendo: “Creo que el cine brasileño no es uniforme, y las políticas públicas, sobre todo ahora en peligro de extinción bajo la presión de un gobierno bastante claro en sus objetivos, sólo debe ser una alternativa a la creación y producción de películas. La película no se limita a festivales de cine, y no se limita a un único modo de producción”. Su ópera prima, “António Um Dois Três”, es una coproducción entre Brasil y Portugal que narra en tres actos posibles vidas del veinteañero António en Lisboa. Mouramateus se basó en “Noches blancas” de Dostoievski para su obra, aunque agrega que recibe inspiración de varias fuentes para sus creaciones: “Me gustan las películas de Eustache, de Lubitsch, de Hirszman, de Mizoguchi y del Grupo Diagonale. La música, las cosas que la gente habla en la calle, las noticias bizarras del día a día, lo banal de lo cotidiano que está lleno de coincidencias: esas son cosas que me inspiran”.  

Caroline Leone está interesada en el cine humanista/realista, con personajes femeninos fuertes, narrativas mínimas e íntimas en una concepción poética y documental de la cinematografía. Su película, “Pela janela”, es una coproducción entre Brasil y Argentina que sigue el viaje desde San Pablo a Buenos Aires de Rosária y su hermano José. Leone también cree que, si bien el momento actual del cine brasileño está lleno de películas variadas y de calidad que conquistan festivales y suman público nacional e internacional, el futuro no augura lo mismo: “Desafortunadamente vivimos en un período políticamente oscuro, que ya ha comenzado a impactar fuertemente en las herramientas de incentivo y consolidación de la industria implantadas por los gobiernos anteriores”.

Leone además opina sobre la experiencia de haber producido con el país vecino, hecho que se dio naturalmente debido a exigencias del guión: “Tuvimos una experiencia fantástica en coproducción con Argentina. El viaje desde San Pablo a Buenos Aires fue una experiencia de mucho aprendizaje y unión para todos nosotros”. Marcelo Caetano no coprodujo con otros países en “Corpo Elétrico” pero también destacó el enriquecimiento que deriva de estos acuerdos: “Creo que las coproducciones tienen una función muy interesante que es justamente el intercambio con artistas y técnicos de otros países. Ahora tengo un nuevo proyecto de largo en desarrollo para presentar en Rotterdam. Deseo coproducir con Europa y América Latina y diversificar los colaboradores. El proyecto se titula "Baby" y es un zoom in sobre un personaje secundario del primer largo”. Iván Granovsky también concede un balance positivo a la colaboración entre ambos países: “En un film tan megalómano pero de pequeña estructura como “Los territorios”, los que te salvan son tus socios productores. Por suerte apareció Punta Colorada de Cinema (Michael Wahrmann, Julia Alves y Silvia Cruz) que protegieron, salvaron y mejoraron el filme. Entendieron la escala, las necesidades, y activaron. Este film es tan mío como de ellos. No es sólo una coproducción. Es una alianza”.