El cine latinoamericano. Por Anne Marie de la Fuente.

En este artículo, cedido por DR Global Film Festival, la Redactora Jefa para Latinoamérica de la revista Variety hace un recorrido por las medidas que están implementando diversos países latinoamericanos para competir con los estrenos de Hollywood.

En América Latina la promoción de películas ha sido un reto más grande que la producción. Muchas de las películas locales no han sido capaces de competir con los estrenos de Hollywood. En reacción a este desafío, muchos países están implementando medidas para fomentar las películas locales. Las reforzadas leyes de cine en América Latina han logrado gran éxito en lo que respecta a promover la cinematografía local, particularmente en Brasil, Argentina, Chile, Colombia, y Venezuela.

Veamos algunos ejemplos:

El Instituto de Cine en Argentina (INCAA) obliga a los expositores a presentar cuatrimestralmente una determinada cantidad de películas argentinas de acuerdo al número de pantallas de los cines. Según los requisitos del INCAA, un cine con ocho salas tendrá que estrenar ocho películas argentinas cada cuatro meses. Además, el instituto requiere que los exhibidores proyecten las películas argentinas durante un periodo de al menos dos semanas.

Rain Networks de Brasil y CNAC de Venezuela están revolucionando la distribución a través de la transmisión de películas en formato digital vía satélite. Rain Networks transmite películas digitales a más de 106 salas de cine en Brasil, 14 en los Estados Unidos, y una en Gran Bretaña. En Venezuela, CNAC transmite películas digitales a 24 cines.

Las películas locales que han impactado a nivel nacional se han convertido en taquilleras. Muchos de los cineastas y distribuidoras más importantes de Hollywood han notado el potencial de estas películas locales y están comenzando a involucrarse en su producción y distribución.

En Brasil, a los distribuidores de Hollywood se les exige invertir en producciones locales. De este modo, las empresas de producción y distribución de Hollywood se benefician de participar en la cinematografía en América Latina y al mismo tiempo ayudan a avanzar la industria local.

Los productores latinos están descubriendo que el potencial de una película taquillera no depende solamente en la promoción y distribución, sino la habilidad de la película de conectar con su audiencia.

Durante los últimos años la asistencia a películas locales cayó de 22 millones de entradas vendidas en 2003 a 16 millones en 2004, y después a 11 millones en 2005. Los cineastas de la región están respondiendo a este reto a través de producir películas que se tratan de temas que provocan emoción de sus audiencias. La película mexicana, “El crimen de padre Amaro”, por Carlos Carrera, la venezolana, “Secuestro express”, por Jonathan Jakubowitz, y la colombiana, “Soñar no cuesta nada”, por Rodrigo Triana, han cautivado a sus audiencias por sus temas controversiales.

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En América Latina la promoción de películas ha sido un reto más grande que la producción.