• IFF Panamá: Historias reales alimentan las nuevas producciones del cine panameño

    “Yo no me llamo Rubén Blades” de Abner Benaim.

  • IFF Panamá: Historias reales alimentan las nuevas producciones del cine panameño

    “Panamá Al Brown: Cuando el puño se abre” de Carlos Aguilar Navarro.

  • IFF Panamá: Historias reales alimentan las nuevas producciones del cine panameño

    “Una noche de Calypso” de Fernando Muñoz.

IFF Panamá: Historias reales alimentan las nuevas producciones del cine panameño

La séptima edición de IFF Panamá confirma al certamen centroamericano como una vitrina imprescindible para el cine nacional. Con una producción en aumento pese a los vaivenes de los fondos públicos, este año la producción panameña ocupa una porción destacada de la programación, evidenciando la potencia de las historias reales como vehículo para la reflexión de la historia y la cultura nacional.

El reconocido Abner Benaim regresa al festival con uno de los títulos panameños más anticipados, “Yo no me llamo Rubén Blades”. La película encargada de clausurar el certamen es un acercamiento íntimo a una leyenda viva de la música latinoamericana, Rubén Blades. “Antes de ser amigo de él, soy fanático de él. La idea de hacer el documental nace de mi admiración hacia a él. De preguntarme quién es la persona detrás de este arte que ha hecho tanto impacto en Latinoamérica, en por lo menos tres generaciones. Esa curiosidad es la que me llevó a querer conocerlo como amigo, y a hacer este documental que registra esa amistad pero sin que yo sea protagonista, sino que aprovechando la relación de confianza”, explica en diálogo con LatAm cinema el realizador. La película es una coproducción entre Panamá, Argentina y Colombia de Apertura Films, Gema Films y Ciudad Lunar Producciones, que inició su camino internacional en el Festival South by Southwest. El 30 de agosto se estrenará en salas comerciales de Panamá, Centroamérica, Caribe y Colombia.  

“Una noche de Calypso”, del argentino Fernando Muñoz, es también un documental sobre música y legado, que está centrado en la mítica banda de calipso Grupo Amistad. “Conocí a Leslie, el cantante del Grupo Amistad, y me interesé por dejar un registro de esta música. Durante un año fui a ver a la banda todos los viernes, hasta lograr la confianza para generar el documental. Entonces surgió por guión hacer un recital para mostrarlos en el lugar que me interesaba, que es el escenario. Yo no quería hacer un seguimiento de ellos, quería mostrarlos ejerciendo su arte y al público respondiendo a ello; eso es el acto documental para mí en una película”, detalla el realizador sobre su ópera prima. Coproducción entre Panamá, Argentina y España de Enlaces, Manglar Films y Studio Corp, el año pasado participó de Primera Mirada, sección wip del festival, logrando el apoyo para su posproducción.

“Panamá Al Brown: Cuando el puño se abre” es un documental que narra la historia de un boxeador prácticamente ignorado. “En Panamá tenemos muchos héroes y heroínas que han sido olvidados por la historia”, asevera el realizador Carlos Aguilar Navarro, quien en un país con leyendas del pugilismo, se interesó por la particular vida de Alfonso Teófilo Brown, el primer campeón iberoamericano. Un hombre que abandonó el país para triunfar como boxeador, forjó amistad con Coco Chanel, Picasso y Dalí; fue pareja de Jean Cocteau; fue músico, hablaba seis idiomas, y murió solo y pobre.

“Creo que la gente que maneja la historia oficial no veía en este personaje un ‘buen ejemplo’. En el documental hablamos mucho del contexto histórico. Él nació en 1902, en ese momento la república no existía como tal, estaba pegada a Colombia. Su padre era un esclavo liberado de Estados Unidos y su madre una señora trabajadora martiniqueña. Hablaba español pero con acento marcado porque sus padres hablaban inglés y francés. Era negro. Era gay. Gran parte de eso creo que hace que él haya sido ocultado por la historia oficial. Pero lo que él haya decidido hacer con su vida, que esa es su libertad, no quita el mérito de haber logrado grandes proezas, tanto artísticas como boxísticas, que de alguna manera vienen a contribuir con la autoestima de un país, del reconocimiento de que es lo que somos”, reflexiona Aguilar. Sinapsis Producciones produce este documental que llegará a salas panameñas en mayo, en coincidencia con la celebración de la etnia negra.

La séptima edición de IFF Panamá confirma al certamen centroamericano como una vitrina imprescindible para el cine nacional.

Otro documental centrado en un deporte, que goza en este momento de una popularidad sin precedentes, es “La fuerza del balón”. La película de Alberto Serra está centrada en el lado más humano del fútbol, centrándose en historias personales de superación. “Este proyecto nace cuando Panamá queda eliminado de forma dramática en el mundial anterior. Panamá estuvo en siete mundiales juveniles, pero no llegaba a un mundial de mayores. El problema radica en que se pierden muchos jugadores en el paso a adultos porque no hay estructura y oportunidades. El documental se centra en historias de quienes salieron adelante, historias de superación, aunque también de otros que se perdieron por culpa del barrio”, cuenta el director. El documental ha tenido una serie de presentaciones especiales previo a su paso por el festival, siendo producido de forma independiente por la productora Windmill Productions. “Ahora que Panamá clasificó al mundial por primera vez, se me ha abierto una puerta en distribución. La gente quiere saber quién es Panamá”, agrega Serra, quien ante este novedoso escenario busca un camino internacional para el film.

Además de esta película, Serra también presenta una ficción, el drama “Sin voz”, que se adentra en el tema del abuso sexual. Basada en una historia real, la trama sigue a una joven con un embarazo no deseado, como producto de una violación. Sobre esta producción, que cuenta con la colaboración de la Fundación Ricky Martin, comenta: “Se trata de darle voz a un montón de niñas que son abusadas, tanto en Panamá como Latinoamérica, que no tienen cómo denunciarlo”.

“Diciembres” es también una ficción, que se nutre de un contexto histórico clave, la invasión militar de Estados Unidos a Panamá. La historia se narra una década después, cuando tres sobrevivientes son llevados a una reconciliación por aquellas personas que perdieron. “El tema de la invasión se ha ido olvidando. Y creo que en buena medida tiene que ver con que fuera gente de color, gente de clase obrera. Para mí era importante hablar de que la reversión, aunque era una celebración, también llevó mucho sufrimiento. Hay historias sugeridas más que profundizadas sobre estos temas, que sugerimos de forma poética”, cuenta el director y guionista Enrique Castro Ríos. Reflexionando sobre ese proceso, el realizador considera que aún hoy en día “la discriminación sigue muy fuerte y es frustrante ver que esa reversión no ha rendido frutos para el panameño promedio; Panamá está con unos índices de crecimiento muy altos, pero nada de eso está siendo traducido a una mejora en la calidad de la educación, de la salud, de la vida de las personas”.

La presencia panameña se completa con el documental “T’ach”, del colombiano Christian Escobar. Se trata de una película inspirada en el segundo libro del chef panameño Charlie Collins, que ofrece un viaje a la cocina autóctona y permite conocer el turismo gastronómico local.