México y España intercambian sus papeles en producción cinematográfica

El Festival de Málaga. Cine Español en su afán por internacionalizar su propuesta ha celebrado, el pasado 24 de abril, un encuentro cinematográfico entre España y México con el fin de analizar las posibilidades de coproducción entre ambos países y su problemática.

En el encuentro, que contó con la moderación de Carmelo Romero, ex-director del certamen malagueño y actual miembro del comité de dirección, varios productores y creadores mexicanos describieron el panorama actual de la producción cinematográfica en su país: “tras la crisis del cine mexicano en los 90, ahora la situación invita a ser optimistas”, reconoció Iván Trujillo, director del Festival Internacional de Cine de Guadalajara. En 2012 México produjo 112 títulos, una cifra que contrasta con la decena de títulos que veían la luz hace solo tres décadas. De esos más de cien títulos 23 fueron coproducciones internacionales.

Según datos ofrecidos por Trujillo, el pasado año pasaron por las 6.000 salas mexicanas un total 228 millones de espectadores y tan solo un 10,9 por ciento eligieron cine nacional, mientras que las majors de Hollywood controlan casi el 90 por ciento del mercado.

En este caldo de cultivo, el cine español ha dejado de ser el mejor socio coproductor para México, con tan solo cuatro títulos coproducidos en 2012. Hasta hace poco el 17 por ciento de las coproducciones internacionales mexicanas contaban con empresas españolas, ahora ese lugar lo ocupan las compañías del norte, las estadounidenses. En 2012, México coprodujo con Estados Unidos un total de 7 títulos. Pero parece que esta es una situación transitoria y quizá en 2013 España recupere su posición. Según adelantó Romero, en lo que va de 2013 hay ya 7 producciones finalizadas entre España y México y varias más en camino.

Actualmente, el país azteca cuenta con tres fondos para financiar el cine. En opinión de la productora Inna Payán, de Animal de Luz Films, la iniciativa de financiación más destacada es EFICINE 226, un estímulo fiscal que permite a las empresas mexicanas dedicar el 10 por ciento de sus impuestos a la producción cinematográfica.

Este fondo cuenta con 500 millones de pesos de presupuesto (unos 22 millones de euros) pero la demanda es tan elevada que se necesitarían al menos 1.500 millones. En opinión del productor Hugo Rodríguez, de Alebrije Producciones, “el fondo EFICINE 226 es el más indicado para acometer coproducciones internacionales, porque también es el más permisivo”. Pero no todo son ventajas, EFICINE también tiene puntos negros. Para el director mexicano Carlos Bolado, que presenta en Málaga “Colosio, el asesinato”, el gran peligro de este fondo es la dependencia que genera con las grandes empresas “en muchos casos las empresas que se acogen a esta desgravación fiscal quieren tener voz en la temática y en las historias hasta el punto de pedir que se eliminen cosas de la película. Con estas ingerencias nuestro cine pierde su identidad”. Bolado es un defensor de las coproducciones internacionales: “Yo siempre las he buscado, solo por hecho de poder saltar fronteras”.

Pero si hay que sacar a la luz los problemas del cine mexicana, el fundamental, a juicio de Inna Payán son las dificultades de distribución: “los productores mexicanos tenemos un problema real de mercado, que está dominado por las majors. Muchas buenas películas mexicanas no funcionan en las salas de cine, incluso comedias o cine de género. Esta situación esta obligando a los propios productores a convertirse en distribuidores con el fin de poder estrenar sus películas en condiciones más o menos aceptables”.

Las dificultades de distribución tampoco son fáciles al otro lado del Atlántico. El productor español Gerardo Herrero (Tornasol Films), un habitual en las coproducciones con Latinoamérica, también puso el acento en los problemas de estrenar en salas comerciales: “En España, el mercado se está reduciendo mucho y los costes de lanzamiento de una película son muy elevados, lo que hace imposible recuperar la inversión en el mercado propio y no solo para los productores independientes, también para los grandes estudios. Cualquier estreno en España sale a pérdidas”.

La crisis económica que azota España está obligando a los productores españoles a replantearse su estatus. Ahora tiene la certeza de que sí quieren sacar adelante sus proyectos deben buscar financiación fuera y qué mejor fuente que países como México o Argentina. “Nosotros ahora estamos obligados a coproducir con Argentina y con Ricardo Darín como protagonista, si no es así no interesa”, comenta el máximo responsable de Tornasol Films, que hace unas semanas estrenó en España “Tesis sobre un homicidio”.

A pesar de todo, la producción cinematográfica en España se mueve todavía en cifras muy por encima de la centena. Según datos ofrecidos por Rosario Alburquerque, subdirectora general de promoción y relaciones internacionales del Instituto de Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), en 2012 se produjeron en España 182 largometrajes y un total de 56 fueron coproducciones con otros países, principalmente Argentina y Francia.

Las reglas del juego están cambiando para el cine español. Si hace un par de años eran los autores y productores latinoamericanos los que acudían a las fuentes de financiación españolas para sacar sus proyectos adelante, ahora los roles se han intercambia