Rough Cut Lab DocMontevideo: la mirada externa del montajista en el cine documental
El Rough Cut Lab de DocMontevideo es uno de los escasos rough cuts que existen actualmente en Latinoamérica. Especializado en el cine documental, este laboratorio para cortes avanzados de películas reúne desde 2014 a un grupo de montajistas y directores para reflexionar y discutir sobre el proceso de la edición de una obra. LatAm cinema conversó con algunos de los protagonistas de este lab sobre las dinámicas de estos espacios, el rol específico del montajista en el documental y la necesidad de una mirada externa en uno de los momentos más importantes de una obra.
“El editor es un obrero de la construcción que suda bajo el sol cargando piedras, pero también es un psicólogo o un diseñador o arquitecto”. Así define Claudio Hughes el rol del montajista en el cine documental. “Se trata del mejor aliado del director. Con él juegan interminables partidos de pimpón que lo ayudan a entender mejor lo que quiere contar y cómo. Porque si bien esta figura está al servicio de la película y del director, es la primera referencia estética de éste y con quien puede dejar fluir sus ideas libremente, las buenas y las malas, y así ir decantando la película, puliéndola y recreándola una y otra vez”.
Con este espíritu, DocMontevideo mantiene en su edición virtual el Rough Cut Lab (RCL), un espacio destinado al análisis de películas que ya tienen un corte final pero que aún no han sido finalizadas. El director de este encuentro, Luis González, coincide con la definición de Hughes y apunta que “en el documental el rol del editor es crucial, porque la película puede ser mil películas en la sala de montaje, muchísimo más que en la ficción. Podemos decir que es un filmmaker, un storyteller… es un constructor de esa historia”.
LatAm cinema conversó con Hughes y González días antes de que comenzara la nueva edición de DocMontevideo. Este año todas las actividades del evento son en línea y a lo largo del mes de julio, lo cual hizo que creciera el número de interesados en participar del RCL, un fenómeno que fue acompañado por la alta calidad de las películas postuladas. En consecuencia, la organización habilitó un segundo laboratorio a diferencia de años anteriores, cuando participaron filmes destacados como “Jonas y el circo sin carpa” de Paula Gomes o “Elecciones” de Alice Riff. En esta oportunidad los laboratorios estarán a cargo de Yaël Bitton y de Hughes. La primera inició su carrera como realizadora hace más de 20 años, dirigió “Not for Sale” y “Los 12 hijos del rabino” y actualmente es tutora y consultora de HEAD (Ginebra), Dok Incubator y Rough Cut Services, habiendo montado recientemente “Radio silencio” de Juliana Fanjul, “Los fantasmas del Caribe” de Felipe Monroy y “Desapariciones” de Anat Even y Machines de Rahul Jain. Su colega también ha trabajado como editor y consultor por más de 25 años, siendo tutor en IDFA, Guadalajara Talents, Dok Incubator, DPI (Corea) y Docs by the Sea (Indonesia) y desempeñándose como montajista en películas seleccionadas para Cannes, Locarno, Sundance, Toronto, Berlín e IDFA, por ejemplo con “A Family Affair” y “Stranded” (premio Joris Ivens a mejor documental).
Los RCL de DocMontevideo se caracterizan por tener una instancia inicial de exposición a cargo del tutor, que suele ser abierta a los demás acreditados del encuentro, una jornada de análisis con devoluciones al director y montajista del filme seleccionado, y finalmente un espacio abierto de diálogo con los demás editores que asisten en calidad de observadores.
Bitton defiende que la premisa básica en estas instancias de trabajo es la duda. En un live de Facebook que mantuvo con González, explicó semanas atrás que “después de todo, la edición como trabajo, funciona en base a la duda”. “No es un trabajo de certezas. Es un trabajo donde si no dudas, no puedes hacerlo. Es con la duda que llegas hasta el final. Y pienso que los editores siempre están dudando” sostuvo la experta.
Para esto, se vuelve imprescindible el diálogo con otros colegas, una de las bases fundacionales del RCL de DocMontevideo que nació en 2014 cuando Niels Pagh Andersen (montajista de “Pathfinder” o “The Act of Killing”, entre cientos) alentó en persona a los editores uruguayos a nuclearse para desarrollar su profesión en el país. En este sentido, Bitton asegura que trabajar con otras personas y tener lugares de consultoría es “la manera de llegar a un punto en la edición donde nunca pensabas que podrías ir. Porque cuando estás metido en tu historia, te habitúas a tu propia narración, y los ojos de otros que están vírgenes de tu construcción de la realidad te permiten ver de manera muy diferente el trabajo, y eso te posibilita hacer películas más fuertes y más complejas”.
Desembarcando virtualmente desde Francia en Uruguay, Hughes aclara que su propuesta de trabajo para este RCL dependerá de cada proyecto, ya que “no hay fórmulas en la edición, si no sería demasiado fácil”. Sin embargo, aclara que sí hay algunos pilares sobre los que se sostiene una película y que es conveniente analizar en estos laboratorios. “En primer lugar está el análisis de los personajes, los eventos y qué consecuencias tienen éstos en la historia, de qué se está hablando o cuáles son los temas, cuál es la historia”. En segunda instancia importa la indagación sobre “qué produce identificación y emoción y por qué, la gestión del tiempo y del ritmo, el principio, el final”, entre otros temas.
En la edición no hay fórmulas pero sí hay algunos pilares sobre los que se sostiene una película y que es conveniente analizar en un rough cut lab.
Por su parte, a pocos kilómetros de Hughes pero también mediada por las pantallas, Bitton trabajará inicialmente sobre uno de los dilemas que tienen quienes trabajan en documental: la distancia entre la película que se sueña y el material real con el que se cuenta. Para la reflexión sobre este intríngulis los labs que reúnen directores y editores “son un placer, porque hay mucho que compartir, que entender y mucho que aprender desde todas las partes”. “Siempre son una manera de reconfigurarnos en nuestros propios pensamientos y de encontrar distintas maneras de pensar o de preguntar… esa es la fuerza de espacios como éste. Por eso me alegra mucho ser parte de este DocMontevideo” expresó con ilusión.
Quienes están igualmente entusiasmados son los seleccionados para ambos laboratorios. “Participar en el RCL de DocMontevideo se convierte en una gran oportunidad de confrontar nuestros avances en montaje con otros profesionales en el campo, que nos permitan enriquecer el proceso, analizar posibilidades y continuar explorando narrativas de un documental que plantea una estructura polifónica y si se quiere, laberíntica”, señaló a LatAm cinema Mauricio Carmona (Policéfalo Films), productor de “Los días de La Estancia”, una película dirigida por Andrés Carmona que comenzó su rodaje en 2017 y que actualmente se encuentra en postproducción con el objetivo de ser finalizada en 2021. Se trata de una producción colombiana, montada por Isabel Otálvaro, que cuenta la historia de los habitantes de una casa condenada a desaparecer en una ciudad que ha sido inclemente con la memoria y en donde funciona un inquilinato habitado por hombres viejos y solitarios.
A los colombianos le acompañan el proyecto ecuatoriano “La Playa de Los Enchaquirados” dirigida y producida por Iván Mora, con la producción ejecutiva de Alfredo Mora e Isabel Carrasco (La República Invisible) y editada por Emmanuel Blanchard, y la coproducción hispano-argentina “Era actual” dirigida y producida por Carla Sanguinetti y Segundo Bercetche con las empresas Sonido Ambiente, Acéfala Films y Mapa Música. La primera retrata la vida de Vicky, un pescador de día y una dueña de un bar por las noches, quien le permitirá a los espectadores conocer una comunidad trans que forma parte de un pueblo de pescadores en Ecuador. Por su parte “Era actual” plantea “un documental experimental de auto-registro que indaga sobre el dinero, el arte e internet como nuevo paradigma” siguiendo a Siro, un músico de Buenos Aires sin éxito comercial que decide documentar su derrotero, desde la composición al diseño de la estrategia de promoción, pasando por la grabación de su disco en Madrid.
Finalmente la locataria “Delia” de María Victoria Pena producida por Eugenia Olascuaga (Monarca Films) y editada por Magdalena Schinca, vuelve al DocMontevideo, ya que fue uno de los proyectos que participó en su pitching de 2017. El documental tiene como protagonista a Delia, una mujer que escribía poemas cuando su esposo estaba preso durante la dictadura, unos textos que fueron su refugio para expresar lo que no podía compartir, y que ahora, en democracia y en libertad sigue escribiendo sobre nuevos encierros. Las uruguayas aseguran que es “muy valioso” un espacio como el que propone el RCL de DocMontevideo, por la visión “humana y profesional” que le suelen aportar a las películas tanto los tutores como los montajistas observadores nacionales y extranjeros. “Creemos que estar aquí ahora es una gran oportunidad para 'Delia', principalmente por la mirada que los asistentes nos pueden dar sobre el documental, porque no conocen la historia ni a la familia protagonista. Esto nos permitirá despejar ciertas dudas que tenemos cuando vemos el corte”.
En línea con este razonamiento, Hughes también destaca el impacto que tiene en un documental el hecho de pasar por un rough cut, especialmente por ser un corte avanzado en vez de un primer corte como exhiben los work in progress: “Cuanto más avanzado el trabajo de edición, mejor. Porque casi siempre cuando uno llega al ‘final’ del trabajo de edición, al pasar por un laboratorio de rough cut se da cuenta de que falta un poco más de tiempo y de trabajo para darle a la peli alas para que se convierta en algo más, en un documental más fuerte”. En este sentido, el RCL puede ser útil para “identificar lo esencial, lo conmovedor detrás del ruido producido por muchas cosas que en realidad no tienen la importancia que uno cree o no están tratadas de la mejor manera”. Aquí, la sutileza importa especialmente y “tal vez haya que ignorar u ocultar ciertas cosas. Algunos detalles pueden cambiar mucha cosa si están mejor dosificados o si encuentran el lugar en la estructura que les pueda dar valor”.
La dialéctica también promete ser enriquecedora para los tutores del RCL en una región en la que el documental destaca, según Bitton, por un nivel de creatividad "alto y único”. “Si bien no soy plenamente consciente de todo lo que se hace en el continente, a partir de mis interacciones con cineastas colombianos, mexicanos o brasileños, puedo decir que, la dialéctica política y la conciencia en la región son realmente comprometidas. Y que en términos de edición, la mayor parte de lo que he visto es atrevido y poco convencional, con un deseo de romper los límites tradicionales de la narración”, concluye.