• Mirador Público #1. Tímido camino hacia el cambio: políticas públicas para reducir la brecha de género

Mirador Público #1. Tímido camino hacia el cambio: políticas públicas para reducir la brecha de género

En gran medida, el fomento del cine y el audiovisual en cada territorio es responsabilidad de los Estados, son éstos los que deben generar las garantías y las herramientas para su desarrollo e impulso. Con Mirador Público, la nueva serie de especiales de LatAm cinema, nos proponemos investigar y analizar diferentes políticas públicas para el audiovisual en la región y en el mundo.

Diferentes investigaciones publicadas en los últimos años llegan a la misma conclusión: el sector audiovisual regional no es ajeno a la desigualdad de género. Si analizamos el número de películas dirigidas por mujeres en los totales de las estrenadas -la punta de un enorme iceberg-, en ningún territorio encontramos cifras cercanas al 50%. Datos parecidos aparecen cuando se estudia la participación de mujeres en las jefaturas de los departamentos, y los porcentajes son incluso menores cuando los análisis incluyen las disidencias de género.  

Los gobiernos regionales empiezan a asumir las responsabilidades asumidas en diferentes tratados internacionales para reducir esta brecha, aunque todavía están lejos de la transversalidad implementada por países como Suecia. Con este mismo horizonte, la CAACI (Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica) publicó recientemente un informe sobre los avances de los países en términos de políticas públicas para el audiovisual con perspectiva de género e incorpora una herramienta de medición que, sin dudas, ayudará a las instituciones a cumplir los compromisos asumidos. 

Rodaje de "Sandra", de Yennifer Uribe (Colombia).

Cada vez son más los países del continente que van concretando medidas afirmativas específicas en sus planes de fomento para reducir la brecha en el sector. En los últimos tres años, Argentina, Costa Rica, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay han dado algunos pasos en este sentido, aunque todavía son muy tímidos y en la mayoría de los casos no incorporan a las disidencias. También el Programa Ibermedia incluyó en su convocatoria de 2021 puntajes adicionales para proyectos encabezados por mujeres en dirección, guion y otros departamentos. A menudo, tanto cuando comienzan las discusiones para implementar este tipo de medidas como cuando se publican, surgen algunas voces desde sectores privilegiados expresando su malestar en tanto entienden que las medidas les perjudican al reducirse sus posibilidades de acceder a los fondos. Sin embargo, esas voces no tienen en cuenta su lugar de privilegio ni parecieran conocer la función de las políticas públicas ni las responsabilidades de los gobiernos.

Una de las políticas con mayor trayectoria es la implementada por México, que es también parece una de las más integrales en tanto incorpora diferentes tipos de acciones. Con la aprobación del FOCINE (Programa de fomento al cine mexicano) en 2019, las convocatorias anuales de apoyo a la producción del Estímulo Fiscal EFICINE / Producción prevén puntos adicionales en la evaluación a los proyectos dirigidos por mujeres. Esta medida proyecta un posible aumento de proyectos encabezados por directoras, lo cual es celebrable y se podrá evaluar en los próximos años. No obstante, no incorpora todavía ninguna evaluación positiva para reducir inequidades en las jefaturas de los demás departamentos, una medida que podría agregarse fácilmente teniendo en cuenta el sistema de puntaje del fondo. 

Otra de las medidas implementadas por IMCINE (Instituto Mexicano de Cinematografía) es la exigencia a todas las productoras que postulan a producción a EFICINE de una carta de compromiso para desarrollar una estrategia “que contemple medidas de equidad, respeto, y cero tolerancia a la violencia, acoso u hostigamiento”. El solo hecho del compromiso implica un paso hacia la problematización de las violencias en los espacios de trabajo. Además, las bases prevén que, en caso de incumplimiento, se eliminará el derecho de aplicación a fondos públicos y se deberá reintegrar el apoyo otorgado. En Perú, también desde 2021, los proyectos beneficiarios de los fondos de producción de largo y corto gestionados por DAFO (Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios) deberán recibir una capacitación en materia de acoso y hostigamiento antes de comenzar el rodaje y designar a una persona referente. A futuro, y también en otros países, sería deseable que este compromiso y formación se ampliara a todos los proyectos que reciben fondos, como los festivales; así como a los que obtienen exoneraciones de cualquier tipo, como los rodajes publicitarios e internacionales.

Una de las acciones quizás más invisibles y necesarias es la llevada adelante por el IMCINE en su Anuario Estadístico. La publicación comenzó a recoger en su edición 2020 información cuantitativa sobre la participación de las mujeres en el audiovisual y en 2021 dedicó un capítulo completo que, según la propia institución, “llegó para quedarse”. Los informes evidencian la escasa participación de mujeres tanto en el rol de dirección (20% en 2019) como en otros roles (30% guionistas, 16% cinefotógrafas). La publicación también incluye datos sobre número de trabajadoras en el sector (40%) aunque sin diferenciar las jerarquías.  

Rodaje de "Ceniza negra", de Sofía Quirós (Costa Rica).

Disidencias y organizaciones

La autoridad cinematográfica mexicana incorpora las disidencias en el concurso “Nárralo en primera persona” que convoca desde 2020 para impulsar guiones de corto escritos por mujeres y mujeres trans. Por su parte, en Costa Rica, el Centro de Cine incorporó el año pasado en su Fondo El Fauno dos medidas concretas que suponen una innovación en la región: las bases prevén una cuota anual de al menos el 50% de proyectos dirigidos por mujeres o personas que se identifiquen como mujeres; y todos los proyectos postulantes deberán cumplir con el requisito de que al menos el 50% de las personas responsables de departamentos sean mujeres o se identifiquen como tal. La Unión de Directoras de Cine de Costa Rica fue artífice de la promoción de la paridad en los fondos, también en los que otorga el Festival de Cine de Costa Rica a desarrollo y postproducción. 

Y es que como en cualquier otro sector, las reivindicaciones de organizaciones feministas favorecen que los gobiernos empiecen a cumplir los compromisos. En Uruguay, el Fondo de Fomento cinematográfico y audiovisual que gestiona el INCAU (Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay) incorpora una tímida medida en 2022 que fue solicitada por Mujeres Audiovisuales Uruguay (MAU) tras evidenciar la brecha en su publicación de 2020 “¿Quiénes cuentan las historias?”. Este año, al menos uno de los premios en la categoría de producción de largometraje (documental y ficción) deberá ser otorgado a una directora mujer. El plan no aclara si esta medida se extenderá a la categoría en desarrollo -cuyas bases se publicarán en junio-, aunque teniendo en cuenta la lógica de pirámide aplicada a los apoyos -privilegiar el fomento en la etapa de desarrollo- todo apunta a que así será. Sin embargo, vale la pena destacar que esta medida no implicó un aumento del fondo ni del número de premios, algo que sería deseable incorporar a futuro. 

Rodaje de "Mamá, mamá, mamá", de Sol Pichot Berruezo (Argentina).

En Argentina, el Frente Audiovisual Feminista instó en un manifiesto de 2020 -que recibió adhesiones de más de 30 organizaciones y 600 cineastas- a generar políticas de paridad de género, particularmente a implementar el cupo 50/50. El INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) publicó un informe en 2019 que arrojaba cifras parecidas al resto de la región e incluyó cupos de género en los comités de evaluación, además de incorporar puntaje adicional para la “participación de género” en el equipo creativo en varios de los concursos del 2020. No obstante, y tal y como sostiene el manifiesto, si bien se trata de un país “pionero en políticas públicas de género, la industria audiovisual revela un gran retraso en la sanción y aplicación de este tipo de políticas”. Se espera que con el nuevo proyecto de Ley se incorporen nuevas medidas para evitar el desfinanciamiento de los fondos de fomento a la cultura, incluyendo el cine, previsto para diciembre del 2022.

Por su parte, el Fondo Audiovisual de Chile que gestiona el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio también incluyó en varias de sus líneas de producción de largometraje que al menos un premio o el 50% de los fondos -según la categoría- sean destinados a un proyecto dirigido por una mujer. Según el estudio “Mujeres en el campo audiovisual: barreras y brechas de género en el sector artístico chileno” publicado por el propio Ministerio, solo el 11,8% de los largometrajes realizados entre 1915 y 2019 fueron dirigidos por una mujer. 

En Colombia, la brecha fue constatada por la investigación “La primera pero no la última” realizada por Killary Lab en 2021. Ese mismo año, el Fondo de Desarrollo Cinematográfico gestionado por Proimágenes incorporó la paridad de género y el fomento de la diversidad en la escala de puntuación de proyectos, otorgando en 2022 puntos adicionales tanto en el primer caso (participación de mujeres en cargos de dirección, dirección de fotografía, dirección de arte, sonidista, guionista), como en el segundo, que tiene en cuenta otras brechas (inclusión de diversos grupos poblacionales: étnicos, LGTBIQ+, etarios, personas con discapacidad, practicantes y nuevos profesionales y/o técnicos). 

Rodaje de "Sin señas particulares", de Fernanda Valadez (México).

Por último, vale la pena mencionar el caso de Brasil, que de forma pionera publicó un completo informe sobre la diversidad de género y raza en el sector cinematográfico en 2016. Las evidencias de desigualdad que arrojó este informe realizado por ANCINE (Agência Nacional do Cinema) implicaron medidas concretas de cuota en la convocatoria 2018 del Fondo Sectorial Audiovisual (FSA), que lamentablemente fueron eliminadas con el cambio de gobierno. 

Mientras tanto, no parece casualidad que casi todos los países que han implementado medidas afirmativas cuenten con información estadística, tanto generada por las propias autoridades -cumpliendo con sus responsabilidades- como en el caso de México o Brasil, como por organizaciones de la sociedad civil, como en Colombia o Uruguay. Parece entonces necesario el desarrollo de este tipo de análisis que sirvan como diagnóstico para cumplir con las obligaciones de construir sectores y sociedades más equitativas e incluyentes.

Si bien habrá que esperar algunos años para que se visualice el impacto concreto, y mientras se fortalece el instrumento de medición planteado por la CAACI, la única certeza es que estas acciones, aunque sean aisladas, generarán una transformación hacia un sector más equitativo. No obstante, en el corto plazo sería saludable que todas las autoridades cinematográficas implementaran planes integrales y transversales con presupuesto ejecutable.



Agradecimientos: Patricia Velásquez y Alina Hleap.

Fotos: Imágenes de películas cuyo equipo de rodaje estuvo encabezado en al menos el 50% por mujeres.

Acerca de la autora: Marta García es Licenciada en Comunicación Audiovisual, Magister en gestión cultural con especialización en relaciones culturales internacionales, migraciones y desarrollo local. Se desempeña en el sector cinematográfico desde 2008, habiendo trabajado en los ámbitos público y privado como programadora de festivales y espacios, periodista, analista y gestora cultural para la circulación de obras en territorio y a nivel internacional.