El Festival de Cinema Latino-americano de São Paulo finalizó su décima edición con la tradicional entrega de premios, corolario de ocho días de exhibiciones y actividades especiales que expresaron los principales intereses del certamen: la coproducción latinoamericana y los nuevos realizadores. Alrededor de 20.000 personas siguieron las alternativas de esta nueva edición, donde se otorgaron tres galardones.
Ya sin el premio Itamaraty que distinguía a la coproducción sudamericana, la sección central Contemporáneos se encargó de destacar a la mejor coproducción latinoamericana del festival: “Que viva la música”, coproducción colombo-mexicana, donde el caleño Carlos Moreno adapta la novela homónima de Andrés Caicedo. El premio del público recayó en “Trago comigo”, de la brasileña Tata Amaral, historia sobre un director de teatro que por medio de una pieza revela un pasado ligado a la dictadura militar que deseaba olvidar.
En la Competencia de Escuelas de Cine, que reunió cortometrajes de estudiantes de escuelas afiliadas a Ciba-Cilect, se premió a “400 maletas”, de la mexicana Fernanda Valadez, del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). El jurado concedió una mención a “El enemigo”, corto del brasileño Aldemar Matías, de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños (EICTV).
Tanto las secciones como las actividades especiales profundizaron los dos rasgos distintivos del festival, el interés por destacar y alentar la coproducción entre países latinoamericanos, un crecimiento que el festival ha acompañado en esta década, y descubrir el cine que vendrá exhibiendo los trabajos de los estudiantes de las escuelas latinoamericanas.
Precisamente, en el marco del festival se realizó un encuentro entre autoridades de quince escuelas de cine latinoamericanas como parte del Seminario Internacional, Caminos del Audiovisual Latinoamericano del siglo XXI. Asimismo, el seminario amplió el debate en torno a la coproducción latinoamericana y analizó las estéticas y lenguajes del cine de la región en la era digital, complementando su preocupación por reflexionar en torno a la producción y difusión del cine latinoamericano.