Del 11 al 18 de octubre se desarrolla la primera edición del Festival Internacional de Cine de las Alturas, certamen que convierte a la ciudad de San Salvador de Jujuy, ubicada en el extremo norte argentino, en el punto de encuentro y difusión de la producción hecha en el bloque andino.
“Este festival tiene un objetivo concreto. No se trata de sumar un festival más al calendario, ni hacer un festival de exhibición de glamour. Jujuy es nuestra puerta de entrada a Latinoamérica. Por eso la elegimos para comunicarnos con todas las cinematografías de los países que conforman la columna vertebral de Los Andes. Queremos un festival con lo mejor del cine andino, con películas que reflejen las historias de estos pueblos”, cuenta a LatAm cinema Daniel Desaloms, co-director artístico del festival junto a Marcelo Pont.
Contando con Pastora Campos y Ernesto Flomenbaum como programadores -experimentado tándem que es responsable de la competencia latinoamericana de Mar del Plata-, y el reconocido cineasta jujeño Miguel Pereira como asesor general, el festival encara su primera edición con dos competencias oficiales más muestras paralelas, que reúnen 80 títulos provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Paralelamente, se realizan charlas y clases magistrales.
La Competencia de Ficción cuenta con 14 títulos producidos en los últimos dos años, que fusiona obras con poco recorrido hasta películas avaladas por festivales como Cannes o San Sebastián. La selección cuenta con “A estas alturas de la vida” de Alex Cisneros y Miguel Calisto (Ecuador); “Algunos días sin música” de Matías Rojo (Argentina), “Brecha en el silencio” de Luis y Andrés Rodríguez (Venezuela), “Carne de perro” de Fernando Guzzoni (Chile), “Chocó” de Jhonny Hendrix (Colombia), “Deshora” de Bárbara Sarasola-Day (Argentina), “Errata” de Iván Vescovo (Argentina), “La educación gastronómica” de Marcos Rodríguez (Argentina), “La sirga” de William Vega (Colombia), “Lima 13” de Fabrizio Aguilar (Perú), “Los dueños” de Agustín Toscano y Ezequiel Radusky (Argentina), “Pelo malo” de Mariana Rondón (Venezuela), “Polvareda” de Juan Schmidt (Argentina) e “Yvy Maraey, tierra sin mal” de Juan Carlos Valdivia (Bolivia).
En tanto que la Competencia Documental presenta 12 obras: los argentinos “Amancio Williams” de Gerardo Panero, “Eloy Luzco, retrato de un arriero” de Blas Moreau, “En la Puna” de Lucas Riselli, “Escuela de sordos” de Ada Frontini, “Humano, Sudamérica renace” de Alan Stivelman, “Margarita no es una flor” de Cecilia Fiel y “Seré millones” de Fernando Kirchman; los chilenos “El vals de los inútiles” de Edison Cajas, “Pena de muerte” de Tevo Díaz y “Rosita, la favorita del III Reich” de Pablo Berthelon; el colombiano “El viaje del acordeón” de Rey Sagbini y Andrew Tucker, y el venezolano “Tiempos de dictadura” de Carlos Oteyza.
En las secciones paralelas sobresale la exhibición de la venezolana “Azul y no tan rosa”, de Miguel Ferrari, un éxito singular que este año obtuvo el Goya, y la muestra BAFICI Itinerante, que acerca algunas de las películas de la más reciente edición del festival porteño, que es uno de los grandes aliados del festival y que presenta títulos que de otro modo no tendrían cabida en la cartelera de la provincia.
“Jujuy como el resto de las provincias está dentro del esquema de mercado de las grandes superproducciones norteamericanas. Hay una enorme cantidad de películas a la cual la gente del NOA (Noroeste argentino) no tiene acceso, ni tiene la menor oportunidad de verlo”, apunta Desaloms, subrayando otro de los objetivos del certamen.
Otra de las premisas es que “el festival se transforme en un punto de encuentro de la región”; por ello, cada año se invitará a una provincia del NOA a mostrar su producción. En esta edición, la provincia de Salta enseña las obras de los realizadores nucleados en la Plataforma Audiovisual Salta.
Organizado por la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, a tres días de su inicio el festival ya congregó a 4.000 personas. Una respuesta que supera las expectativas: “Yo estoy asombrado por la respuesta del público. El objetivo de este festival es que fuera mucho público. Si la gente no va al cine, no sirve. Y hasta ahora, las cifras son maravillosas”.
Desde San Salvador de Jujuy, por Cynthia García Calvo.