Una discusión fortuita fue el disparador para la historia de “Schopsui”, el cuarto largometraje de Edgardo Viereck (“Desde el corazón”), que acaba de llegar a salas chilenas para hablar de discriminación, tolerancia e integración en una sociedad que se pretende cosmopolita.
En un local de comida china ubicado en el sector de Patronato (Santiago), un trío de hombres celebra el primer sueldo de uno de ellos. Un incidente menor tensará la jornada, provocando una serie de hechos que mostrarán los efectos de la tolerancia frente a la discriminación.
La idea de hacer esta película "surge de un incidente que me toca presenciar hace años, en un local de comida china de barrio”, explica el director, relatando: “Unos tipos se pusieron pesados porque el dueño les había dado mal el vuelto, cosa que nunca se aclaró porque además el señor era un oriental que no abría la boca, tampoco supimos si no quería o no podía hablar castellano, o simplemente era mudo. La cosa fue subiendo de tono hasta que alguien intervino y calmó los ánimos, pero era evidente que ahí había una tensión latente a punto de estallar”.
Viereck tomó "la situación como base” para comenzar a fabular una historia que escribió con la clara idea de “mantener el espíritu de lo que la situación real me transmitió en términos de la sensación de vivir en un país donde los extranjeros no están del todo integrados y falta mucho para que podamos ser realmente un país cosmopolita o multicultural".
CGC