“Un mundo secreto”, retrato de una generación en crisis

Festivales - Brasil

Antecedida por un buen recorrido por festivales –Berlín, Cartagena, Guadalajara y Bafici, entre otros-, se presenta en el 7° Festival de Cine Latinoamericano de São Paulo la opera prima del mexicano Gabriel Mariño, “Un mundo secreto”, una película rodada de forma totalmente independiente que busca reflexionar sobre la adolescencia mexicana.

Todo comenzó con la idea de mostrar a un “personaje que estuviera incómodo en su piel”, recuerda Mariño. En “Un mundo secreto” esa premisa toma cuerpo en María (Lucía Uribe), una solitaria adolescente de 18 años, que vive en Ciudad de México con su madre, y mantiene fútiles encuentros sexuales con compañeros (casi) indiscriminados; buscando llenar su vacío existencial, se embarca en un viaje que la llevará desde la urbe hasta los océanos de La Paz.

“La adolescencia es siempre compleja, y se vuelve más complicada por el contexto”, afirma Mariño, realizador y también autor del guión, reflexionando: “México está pasando por una crisis muy fuerte. Las personas más afectadas de esta crisis son los jóvenes porque el tejido social mexicano está tan deteriorado que no soporta los sueños y los deseos de estos jóvenes. Uno a los 17 años se quiere comer al mundo. Pero hoy en día no hay herramientas como para que estos chicos puedan cumplir esos sueños. Entonces yo quería hablar de estos jóvenes que traen un poco el corazón roto y que además no nos damos cuenta que son los que van a heredar este país que está en crisis, que son la fuerza que va a mover este país”.

Egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, Mariño forma parte de una generación de realizadores mexicanos que busca hacer un cine con un sello muy personal, que ha encontrado viabilizar sus proyectos gracias a la proliferación de laboratorios y fondos internacionales de ayuda.

Convencido de que “la opera prima es un poco tu declaración de principios”, trabajó durante tres años en su desarrollo. “Con un primer tratamiento empecé a mandar a talleres, foros de coproducción y fondos de desarrollo. Fue muy importante ahí acercarme a Argentina porque yo veía que producían películas muy interesantes con muchísimo menos, y que funcionaban en los festivales y los circuitos de cine independiente”, cuenta, recordando como un paso importante su participación en el Taller Colón de la Fundación TyPA porque le dio herramientas para comprender cómo “hacer una película personal, sin comprometer tu visión, y al mismo tiempo generar fondos”.

Ante la falta de apoyo de Imcine –que se sumó en la etapa de posproducción luego de que el film fuera elegido en Cine en Construcción de San Sebastián-, la realización de “Un mundo secreto” fue posible tras la obtención del fondo suizo Visions Sud Est, que terminó de completar los recursos financieros necesarios para asumir el rodaje.

“Lo que me deja como reflexión personal es la satisfacción de saber que hay maneras de producir cine en México sin Imcine”, dice Mariño, entendiendo que el gestor del cine en México “está haciendo una labor muy fuerte para ponerse al día con lo que está sucediendo con el cine mexicano; tiene una voluntad de estar cambiando y transformándose”.

La odisea de concretar su primera película le lleva a una reflexión final: “Hay que creer en tu proyecto, creer en tu idea, ser muy terco, no darte por vencido. Hay que tener confianza en ti mismo y tu proyecto, y saber que en algún punto va a llegar, si es sincero, si viene del corazón, si lo haces con trabajo y de forma prolija”.

“Un mundo secreto”-distribuida internacionalmente por Shoreline Entertainment- se estrenará en México en los primeros meses del próximo año, de la mano de la Cineteca Nacional. Mientras sigue viajando por festivales, Mariño comienza a esbozar su próximo proyecto: la historia de un sicario que comienza a sentir culpa por sus actos.

Desde São Paulo, por Cynthia García Calvo.