El Festival de San Sebastián presentó esta semana su diagnóstico ambiental, ratificándose en el compromiso de seguir adoptando medidas para reducir la huella de carbono derivada del evento y de la actividad de la entidad durante el resto del año.
Realizado por una empresa externa al certamen, el estudio ha determinado que la celebración del Festival tiene un impacto ambiental elevado, que en su mayor parte ( un 75% de las emisiones) obedece a los viajes internacionales realizados por las personas acreditadas de todo el mundo. “Al ser un factor externo en el que la organización del certamen no tiene mucha capacidad de actuación, el estudio considera más viable activar la vía de la compensación de emisiones. Mientras estudia propuestas en ese sentido, el Festival seguirá fomentando el uso de coches eléctricos en su flota de vehículos”, explicó la organización del certamen.
Según el estudio, durante los nueve días del Festival, se generan 4.852 kilogramos de residuos, de los cuales el 9% se reutiliza y el 76% se recicla. “Este apartado es, junto con la movilidad, el mayor desafío ambiental a afrontar, y pasa por la eliminación de productos de un solo uso, la priorización de materiales reutilizables, la recogida selectiva y la sensibilización de los asistentes, entre otras medidas. Para su próxima edición, el Festival tiene previsto utilizar moqueta fabricada con materiales reciclados para las alfombras rojas y acreditaciones biodegradables, además de potenciar la separación y el reciclaje en las sedes del certamen y suprimir los vasos de un solo uso y las bolsas de plástico de la tienda", explica el estudio.
En lo referido a las publicaciones, el Festival ha apostado por eliminar algunas de las impresas o reducir la tirada, al tiempo que potenciará el uso y consulta de sus versiones digitales. Además, el certamen ya ha comenzado a incluir la variable verde en algunas contrataciones: como primeras medidas, cuando la situación sanitaria permita celebrar fiestas y eventos, se priorizarán el catering de kilómetro cero y los envases reciclables.
En cuanto al impacto generado por la energía empleada en las proyecciones, la climatización de las salas y el gasto por alojamientos, la mayor parte del consumo se produce por terceros, es decir, en los espacios alquilados para celebrar el evento y en los hoteles, lo cual reduce la capacidad de incidir en las cifras de emisiones.
“El Festival es consciente de que ha de incorporar la variable medioambiental en su actividad dada su condición de cita internacional. En ese sentido, promoverá también la realización de programas públicos que sirvan para concienciar al sector en la materia. En esta edición, por ejemplo, organizará una mesa redonda sobre la distribución cinematográfica y los retos que deben asumirse para que ésta sea más sostenible. Además, Greenpace concede desde hace años el Premio Lurra a la película del Festival que mejor refleja los valores de paz y defensa del medio ambiente”, concluye el informe presentado por el certamen donostiarra, que en su su última edición recibió unos 178.000 espectadores y 4.300 personas acreditadas. El Festival fue valorado como el tercer acontecimiento cultural más importante de España en 2020, según el análisis del panorama cultural de España del Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea.