Annabelle Aramburu, coordinadora de MAFIZ (Málaga Festival Industry Zone)
Annabelle Aramburu ha disfrutado de un mirador excepcional sobre cuestiones vinculadas al talento y el mercado del audiovisual español y latinoamericano de los últimos 25 años. Tras haber sido la responsable de eventos como Spain TV Expo (EE.UU.), Foro de Coproducción Iberoamericano de Huelva, Madrid de Cine, Festival de Cine Histórico de la Laguna, Lanzarote Screenings y MIDIA (todos en España) y coordinadora de la Incubadora de proyectos documentales organizado por el INCAA (Argentina), actualmente es la coordinadora de MAFIZ, el área de industria del Festival de Málaga.
Con una larga experiencia sobre cómo se articula y financia el talento detrás de una película, y cómo, una vez terminadas, las producciones entran en la red de la distribución y ventas internacionales, Aramburu conversó con LatAm cinema sobre la última edición del MAFIZ y las relación entre España y Latinoamérica.
¿Cuáles crees que son los hitos recientes en la relación entre España y Latinoamérica en términos estrictos de industria?
Todo cambia a raíz de Ibermedia. En el momento en que aparece, se empiezan a favorecer las coproducciones entre España y Latinoamérica; pero para quienes lo necesiten. La coproducción siempre existió: las grandes productoras españolas siempre habían coproducido con Argentina, por ejemplo. Pero son los que están en el medio, y son los pequeños los que más necesitan de estos apoyos. ¿Qué ha pasado desde entonces? Los latinoamericanos se han hecho mucho más fuertes. Pongamos un ejemplo como Perú, que antes producía una o dos películas al año; ahora hace 20. Existen productoras potentes como Tondero que el año pasado tuvo una coproducción con España en la sección oficial de Málaga (“La casa del caracol” de Macarena Astorga). Argentina sigue fuerte, y Chile, que ha estado “calladita” estos últimos años, con el cambio de gobierno podrían empezar a repensarse y a reforzarse. Y México ni te cuento. Es a raíz de ese fortalecimiento de la industria latinoamericana que Málaga ve la necesidad de pasar de ser un festival de cine español a cine “en español”, porque estas películas robustecen el festival y el mercado.
Hay un fenómeno curioso: las plataformas de streaming han conseguido hacer que las diferentes variantes del español viajen mejor por todos los territorios de habla hispana...
Veo que en España las nuevas generaciones consumen las series latinoamericanas con una naturalidad enorme. La generación de los millenials y los cenntenials no tiene esos tabúes que bloqueaban a las generaciones anteriores. Son personas que consumen mucho contenido en redes como Twitch y lo ven con argentinos, españoles, mexicanos sin problema alguno. ¿Te acuerdas cuando hace algunos años una película chilena (“Rara” de Pepa San Martín) ganó en San Sebastián? Pues ni siquiera con el premio en Donosti se pudo distribuir en España. Ahora las nuevas generaciones ya no tienen estas barreras idiomáticas. Están absolutamente globalizadas.
¿Qué otros cambios aprecias que se están produciendo?
También han cambiado las audiencias. Antes todo era más pequeño y centrado en un número apenas variable de compañías productoras. Ahora hay muchas compañías y también productoras mujeres. En el MAFIZ tenemos un 48% de asistentes mujeres y un 52% de hombres. El empoderamiento de la mujer es imparable.
Una de las actividades de MAFIZ, los Spanish Screenings, fue relanzada este año, culminado así un largo proceso. ¿Podrías sintetizar un poco la historia de esta plataforma de venta y promoción del cine español?
En el primer Spanish Screenings en Lanzarote, en el año 2000, vinieron sólo 30 compradores. En 2002 empezó Mercadoc, el primer mercado de documentales iberoamericanos en el mundo. Cuando aún no estaba de moda el cine latinoamericano, nosotros empezamos con este mercado y con los pitches. Luego Mercadoc sumó unos screenings. No era el volumen de compradores de ahora, pero eran los Spanish Screenings de entonces. Lo hicimos mirando mucho la experiencia de la francesa UniFrance y creando una agenda para los compradores. Más tarde, hacia 2006, el evento se desplazó a Madrid, donde alcanzó unos 200 compradores. Tras la crisis del 2011, Málaga tuvo que cancelar los mercados y hubo un año en que tampoco se celebró en Madrid. Más tarde, en 2015, FAPAE decide apostar de nuevo por los Spanish Screenings en Madrid. En 2016 vinimos a Málaga y así llegamos hasta esta edición XXL, tras el relanzamiento del evento a principios de año, en la que tuvimos más de 200 compradores.
Enmarcados en el plan estratégico del gobierno español para canalizar los fondos destinados por Europa a reparar los daños del Covid-19, los Spanish Screenings 2022 han estado realmente hipervitaminados.
Piensa que el audiovisual cambió. Ya no podemos hablar de cine sino de audiovisual en español. Ya estábamos abiertos a incluir series y otro tipo de formatos y potenciar las producciones regionales, dar más visibilidad a las comunidades autónomas españolas que apoyan al cine, producciones que muchas veces no cuentan con un agente de ventas. Ahora, con el nuevo impulso, cuyo nombre oficial es Spanish Screenings XXL, hemos podido crear otras áreas, por ejemplo la dedicada a las adaptaciones literarias (Book Showcase), a la música para cine (Spain Scorecom), los remakes (el Remake Day), algo que se vende muchísimo. También hemos hecho un mini-foro de coproducción iberoamericano con verdaderas joyas, y tuvimos 160 películas españolas participando en diferentes secciones: en cines, en plataformas, el Neo Screenings, el Next from Spain... secciones muy interesantes para el comprador y los festivales de cine.
Queremos hacer un semillero con esta iniciativa y visibilizar todo el talento que hay detrás de un proyecto con visión de audiencia y habilidad para manejar los contenidos.
¿Cuál es el mejor momento de llamar a la puerta de un agente de ventas?
Lo ideal para los productores es el inicio pero todo depende. Almodóvar, por ejemplo, ¿cómo vendía sus películas?, sobre guion. Pero si hablamos de nuestro cine independiente, del talento emergente... si tenemos suerte, en un work in progress puede entrar ya un agente de ventas. Muy idealmente decimos “tienes que tener tu plan de distribución en el inicio, tu sales agent en el inicio...” pero claro, no todos pueden hacer esto. Fíjate en el caso de “Ane”, de David Pérez Sañudo, una película pequeña y fantástica que ganó tres Goyas y que ahora todos conocemos. Latido la vio en un work in progress y la adquirió. Pero no hubiera sido probable venderla en proyecto.
¿Es posible que en algunos casos sea incluso aconsejable esperar que la película sea presentada en un festival para negociar un mejor contrato con el agente de ventas?
Salir al mercado con una productora de cierta fuerza hace todo más fácil. Pero en nuestra industria, no todas las películas vienen con esa fuerza desde el inicio. Por eso son tan importantes los mercados de financiación, para que esas productoras de fuerza vean proyectos, se embarquen y hagan que las películas crezcan, fomentando así el nuevo talento.
En Málaga hemos apostado mucho por los fondos europeos, por los productores afines a dichos fondos y por los distribuidores europeos, para que conozcan esas películas desde su inicio. Ahora hemos hecho un acuerdo con la ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid), que va a acoger unos proyectos de Latinoamérica para “incubarlos”. Uno de los objetivos del MAFF es hacer acuerdos de colaboración para que los proyectos tengan la oportunidad de crecer en otros laboratorios. Por eso tenemos acuerdos con SANFIC en Chile, DokLeipzig en Alemania, BoliviaLab en Bolivia, Abycine en Albacete, entre otros.
¿Qué nuevas vías y desafíos presenta el futuro del audiovisual de España y América Latina?
Me emociona detectar una energía enorme. Desde el MAFIZ vamos a centrarnos también en las nuevas audiencias, en creadores digitales, es decir, en ver realmente qué están haciendo y consumiendo los millenials y cenntenials, y empezar a construir un semillero de talento. Hemos estrenado un nuevo evento: Hack MAFIZ Málaga con el que llevábamos trabajando un año y medio. Hicimos una convocatoria a través de YouTube e Instagram y se presentaron 1400 jóvenes de toda Iberoamérica. De esos 1400 hicimos una selección de 200 y con ellos empezamos a trabajar para conocer su nivel de emprendimiento, de audiencias, de solidez narrativa. Empezamos a plantearles desafíos prácticos. Por ejemplo, les pedimos que nos hicieran su autorretrato en un minuto, en formato vertical o que nos vendieran un tomate. Luego propiciamos encuentros reales con empresas para explorar así sus aptitudes a la hora de vender una idea.
¿Cómo se ha desarrollado esta iniciativa?
Al final seleccionamos 20 participantes de toda Iberoamérica y han estado aquí haciendo un ejercicio a partir de la pregunta ¿qué queréis contar de Málaga? Dijeron que querían contar sobre fenómenos paranormales con personajes históricos de la zona, cosa que han hecho en grupos de cinco. En paralelo hemos invitado a las plataformas (YouTube, Movistar, Twitch, Google, TikTok) que se nutren de estos contenidos. Queremos hacer un semillero con esta iniciativa y visibilizar todo el talento que hay detrás de un proyecto con visión de audiencia y habilidad para manejar los contenidos. Para mí realmente esto es futuro y nos lleva a plantearnos varias preguntas. ¿Hasta cuándo va a pervivir el modelo tradicional, que necesita ayudas oficiales para vivir? ¿Cómo vamos a encontrar y ayudar al nuevo talento que se va a perder en esa transición? El futuro del festival es esta gente, ellos son los que probablemente nos marquen y construyan las audiencias del mañana.