• Cecilia Barrionuevo, directora artística del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

    Cecilia Barrionuevo (foto: Luciana Val).

Cecilia Barrionuevo, directora artística del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata sigue siendo el único de la región incluido en la categoría “Festivales competitivos” de la FIAPF, mejor conocidos como festivales "Clase A”. Creado como una muestra en 1945, desde entonces ha celebrado 36 ediciones, consolidándose como uno de los certámenes más longevos del continente. 

Una de las principales vitrinas para el cine del continente y del mundo, el festival de Mar del Plata recibe entre tres y cuatro mil películas por año y ofrece una selección en la que convergen nombres reconocidos y talento emergente. Además, el certamen ofrece diferentes actividades que promueven la reflexión y el intercambio sobre el cine y el lugar que éste ocupa en nuestras sociedades. Desde 2018 se organiza también el Foro de Cine y Perspectiva de Género, un espacio que se propone visualizar las desigualdades sexogénericas en el sector audiovisual. 

Cecilia Barrionuevo es la directora artística del festival desde ese mismo año. Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Magíster en Documental de Creación, Barrionuevo empezó a trabajar en el certamen como programadora en 2010. Durante estos años ha colaborado como programadora invitada en diversos festivales y museos, incluyendo DocumentaMadrid, La Casa Encendida (España) o UNIONDOCS - Center for Documentary Art (Estados Unidos). En la actualidad, coordina su cargo al frente del Festival de Mar del Plata con el de programadora de Neighboring Scenes: New Latin American Cinema en el Film at Lincoln Center de Nueva York, de asesora en el festival chileno Antofacine y de co-editora de la colección Las Naves Cine. 

LatAm cinema conversó con Cecilia Barrionuevo sobre los festivales, el trabajo de programación y las particularidades del Festival que dirige en la actualidad.  

¿Cómo ves los festivales latinoamericanos en este momento?

Creo que somos bastante afortunados con el nivel y la diversidad de certámenes de la región, con los que tenemos un diálogo fluido y ansias de colaboración mutua. Cada festival lo está haciendo lo mejor que puede según la ecuación que dan estas y otras variables, entre ellas las económicas, pero en general, el panorama actual de los festivales es muy complejo. Sobre todo porque en los últimos dos años muchos tuvieron que cancelarse, realizarse de manera on line o restringirse al público más local. Ahora, pareciera que poco a poco se va restituyendo cierta normalidad, y es fundamental, porque la experiencia que uno vive en los festivales sigue siendo única. Los dos últimos años nos demostraron que, aun en esta  realidad cambiante y desconocida, los festivales siguen generando espacios para que las películas se encuentren con el público. Quizás haya que ahondar en la diversidad de posibilidades artísticas y encontrar caminos para que los festivales, como agentes responsables de que el cine como forma de arte sobreviva, sigan facilitando el acceso a las películas y a quienes las hacen.

¿Cuáles son los principales desafíos en el trabajo de programación hoy en día?

Con el equipo intentamos que toda la programación del Festival esté atravesada por lazos invisibles que generen un equilibrio entre innovación y tradición. Nos interesa discutir sobre el futuro del mapa cinematográfico, entendiendo el futuro como un lugar que se construye socialmente mediante un pensamiento colectivo y crítico sobre el pasado y el presente. Con tesón, audacia y el acompañamiento a quienes hacen cine, y a quienes lo miran, aportamos nuestra propia impronta al Festival, procurando no ver las películas de manera individual sino en relación con todo el programa, como si fuese un organismo. Nos interesa el cine que crea, el cine que interpela y también el cine que divierte. Uno de los mayores retos es programar películas que desafíen a las y los espectadores, que logren abrirnos a otras realidades y que generen debates a través de los imaginarios del cine.

 ¿Cómo definirías la línea editorial del Festival de Mar del Plata?

El lineamiento general del Festival de Mar del Plata propone, por un lado, una mirada sobre el estado de situación del cine contemporáneo a través de sus competencias y secciones paralelas y, por el otro, una revisión del pasado del cine a través de las retrospectivas, focos y homenajes. La programación de las últimas ediciones ha apostado por la construcción de espacios de igualdad, por darle lugar a las voces nuevas (artistas cuyas obras amplían muchas veces los horizontes cinematográficos) y a la vez compartir las últimas obras de nombres consagrados. 

Con Fernando Juan Lima, Presidente del Festival, junto al equipo de programación (Marcelo Alderete, Francisco Pérez Laguna, Pablo Conde y Paola Buontempo), creemos que es fundamental diversificar las miradas sobre las posibilidades del cine contemporáneo, presentando cinematografías de distintos orígenes, la mayoría de ellas sin posibilidades de difusión comercial en las salas de nuestro país. El Festival es un lugar donde el público tiene acceso a gran diversidad de historias y formas narrativas a través de una línea editorial compleja, diversa, vibrante. Una de las principales fortalezas del Festival es la búsqueda de la coherencia en la totalidad de la programación, incluyendo películas, actividades y personas invitadas, así como la conformación de los jurados oficiales.

¿Cómo es el proceso de selección en las diferentes secciones del festival?

El equipo de programación trabaja todo el año y al momento de abrir inscripciones, que suele ser en mayo, se suma un equipo profesional de asistencia artística con quienes trabajamos ya desde hace muchas ediciones. Hemos logrado una buena sinergia y miramos cada película con cuidado y precisión. Cada año recibimos entre tres mil y cuatro mil títulos que quieren participar; es un número muy importante que refleja el gran interés que despierta el Festival en el mundo entero.

También encontramos películas en los festivales a los que asistimos. Muchas veces participamos en jurados y mesas redondas que compartimos con programadoras/es y críticas/os quienes también facilitan el descubrimiento de nuevas cinematografías; además, estamos en relación con agentes de venta, distribuidores, productoras, directoras/es del mundo entero. Con el equipo de programación miramos las películas y las discutimos mientras vamos dando forma al programa de una manera orgánica. Trabajamos de manera conjunta y transversal los cortos, largos, work in progress para conformar las diferentes competencias y secciones. En tal sentido, procuramos que haya una relación sistémica entre cada película y el sentido total del programa, incluyendo los paneles, encuentros, seminarios, master-classes. 

Los dos últimos años nos demostraron que, aun en esta realidad cambiante y desconocida, los festivales siguen generando espacios para que las películas se encuentren con el público.

¿Cómo se estructura hoy la programación del Festival?

En los últimos años organizamos el programa en siete competencias oficiales: Internacional, Latinoamericana y Argentina (ambas divididas en cortos y largometrajes), Estados Alterados y En Tránsito / Work in Progress (WiP) para Latinoamérica. Además, el programa ofrece secciones de panorama que ya son un clásico del Festival, incluyendo “Autores y Nuevos Autores”, que atienden a nombres y títulos que animan la cinefilia mundial; “Hora Cero”, mítica sección de cine de género de medianoche; “Mar de chicas y chicos”, sección dedicada a las y los espectadores más pequeñas/os; “Super8/16mm”, que da cuenta de la multiplicidad de abordajes dentro de los formatos de paso reducido; “BSO - Banda Sonora Original”, que incluye películas donde la música tiene una relevancia particular. Por otro lado, y como siempre hemos considerado que revisitar la historia del cine es fundamental, realizamos homenajes y retrospectivas buscando destacar la obra y personalidad de diferentes artistas que forman parte de la historia del cine internacional y argentino.

La programación también incluye funciones organizadas en el marco del Festival que buscan articular con diferentes instituciones educativas y culturales dedicadas al cine, así como acompañar y favorecer espacios de discusión, intercambio y reflexión.

 ¿Qué espacio dedica el festival al cine argentino y al latinoamericano?

Al ser el único festival de su tipo en la región, Mar del Plata es una plataforma de referencia para mostrar la producción argentina y latinoamericana. Por lo general, casi la mitad de la programación son películas de coproducción o producción argentina o latinoamericana. El Festival legitima las obras presentadas, colaborando así con su difusión nacional e internacional a través de la exhibición y premiación. Procuramos encontrar películas que reflejen la creatividad de los artistas, a la vez que nos interpelan y nos sitúan en el panorama cinematográfico mundial; películas que proponen inquietud y pluralidad de voces, que hablan de nosotras y nosotros para abrir discusiones y enriquecer las miradas. Las producciones argentinas y latinoamericanas más recientes ocupan un lugar central en nuestra programación, no sólo en las competencias, sino también en las secciones de panorama y en las retrospectivas (además de contar con competencias específicas para cine latinoamericano y argentino). Además, hace cuatro años abrimos la “Competencia de Work in Progress” a todo Latinoamérica con el objetivo de que el Festival se abra a las películas latinoamericanas que están entrando en su fase final y que aportan al lineamiento artístico de nuestro festival.

A nivel práctico, ¿qué implica para el certamen mantener la calificación de la FIAPF ?

Además de ser el único festival Competitivo de Latinoamérica reconocido por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Filmes (FIAPF), Mar del Plata ha conseguido reposicionarse internacionalmente en los últimos años, convirtiéndose en un referente y un destino deseado para la exhibición de películas. Actualmente, también integra el Board de la FIAPF.

Por otro lado, a la hora de elaborar el programa estamos atentos a las normativas de la Federación, que tiene protocolos de relacionamiento entre los festivales y con la industria a través de un reglamento que se refiere a la duración del evento, la selección de películas, las características de conformación de los jurados y del programa de películas en competencia, y cómo todo esto está presentado en el catálogo. También tenemos que tener en cuenta la definición de las grillas diarias de proyecciones, las medidas de seguridad contra la piratería, el cuidado en términos de su infraestructura, logística y servicios, instalaciones para la prensa, las salas de cine oficiales, las informaciones y publicaciones bilingües, y el acceso a la información, entre otros aspectos. Asimismo, la FIAPF aprueba las fechas del Festival y cada año, antes de abrir las inscripciones, presentamos el Reglamento del Festival ante la Federación.

¿Qué implicancias tiene para el equipo de programación el hecho de que el Festival sea de titularidad pública?

Todos los festivales del mundo tienen apoyo y participación de los Estados. En todos los países y en todas las instancias, el cine no podría existir sin algún tipo de apoyo y acompañamiento público.

El Festival de Mar del Plata es desde sus inicios un faro cultural y creativo, y se inscribe en una política pública que fomenta, promueve y da continuidad a la actividad cinematográfica en todas sus dimensiones, tanto para el cine de la región latinoamericana como para el mundo. El Festival está producido por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y cada año se trabaja en busca de apoyo y ayudas económicas de diferentes organismos, instituciones públicas y privadas.

El Festival se organiza bajo estas características de producción y tiene lugar en el mes de noviembre en la ciudad de Mar del Plata. A partir de esas premisas, desde el equipo de programación buscamos sostener y potenciar este evento acorde a la normativa de la FIAPF, entendiendo al Festival como un evento cultural fundamental, con historia y tradición, pero también con intención de pluralidad y federalidad. Esto lo logramos gracias al trabajo conjunto de muchas personas que aportan para resguardar la identidad del Festival, que esperemos continúe afianzándose, creciendo, formando parte de nuestras vidas.  Para seguir fortaleciendo el Festival y defender el lugar que ocupa en el ámbito cultural nacional e internacional, es importante respetar los criterios artísticos planteados por el equipo de programación, fortalecer los equipos, preservar su libertad de contenidos, contar con presupuesto, herramientas y recursos adecuados. Sólo así así el Festival podrá seguir consolidándose y creciendo año a año como parte del patrimonio cultural nacional.