Clara María Ochoa, productora de CMO Producciones

Producir bien para producir siempre. Así es como ve su trabajo Clara María Ochoa, responsable de algunas de las películas más taquilleras del cine colombiano actual. Nacida en Cali, Ochoa comenzó trabajando en la televisión hasta que en la década de los años 80 salta al mundo del cine para producir largometrajes, su verdadera pasión. En 1998, funda su propia productora, CMO Producciones, entrando con fuerza en el negocio del cine. El resultado de su esfuerzo son largometrajes como “Soñar no cuesta nada” o “Rosario Tijeras”, películas que superaron la barrera del millón de espectadores en Colombia. Su próximo estreno será una nueva adaptación del Nóbel colombiano Gabriel García Márquez: “Del amor y otros demonios”, una película con la que aspira marcar un antes y un después en el cine colombiano.

Por Camila Moraes – La Latina.

Tu nombre está detrás de las películas colombianas más exitosas de los últimos años. ¿A qué se debe este logro?

Esos éxitos surgieron a punta de mucho trabajo y persistencia. En nuestra productora buscamos ser muy organizados, sobre todo en lo que respecta al dinero, y producir en forma constante. Además, creo haber desarrollado un sexto sentido para elegir tópicos y temáticas que agraden al público colombiano.

¿Cuál es la fórmula para realizar una película de éxito en Colombia?

La fórmula no existe. Para mí, es algo realmente instintivo. En relación a los temas, lo que queremos hacer es un tipo de cine en el que lo artístico se pueda combinar con lo comercial, para poder entretener y cuestionar al mismo tiempo.

¿En qué medida ha influido la ley nacional de cine, creada en 2003, en el actual boom que vive el cine colombiano?

La ley ha logrado básicamente que inversionistas privados se animaran a apoyar a las películas colombianas lo que, en mi opinión, es fundamental para el desarrollo de la industria. Lo importante ahora es hacer películas que conquisten el público para que estos inversionistas no sólo se queden sino también que vuelvan a invertir en cine. Es necesario lograr una producción permanente para poder hacer proyectos más arriesgados.

¿Estás de acuerdo en que Colombia vive un boom cinematográfico o crees que esta es una visión un tanto optimista?

Espero que no sea solamente un boom. De todas maneras, sí creo que hay un aumento de la producción y, mejor que eso, una preferencia creciente del público colombiano por las películas nacionales. Por otra parte, creo que va a haber un proceso natural de ajuste en el que van a sobrevivir los que hayan logrado diseñar una productora que tenga como objetivo desarrollar la industria.

¿Qué importancias tienen las coproducciones para el cine colombiano y, en general, para el cine latinoamericano?

Las coproducciones son importantes principalmente en la formación de un público latinoamericano. Es necesario que el cine latinoamericano empiece a abrirse a través de proyectos realizados entre los países, así el público va aceptando las películas como suyas, a la medida que se crean también más vías de distribución y exhibición en estos países. En el caso de España, Argentina es quien mejor ha sabido aprovechar los estímulos españoles, ocupando la mayor parte de este espacio. Pero esta realidad ya está cambiando.

¿Cuáles son los próximos proyectos de CMO?

Después de lanzar nuestra próxima película, “Del amor y otros demonios”, lanzaremos “Espérame en el cielo, capitán”, que es una coproducción con Puerto Rico y Brasil. Y hay otros proyectos más todavía en desarrollo, muchos de ellos son coproducciones.

Hablando de “Del amor y otros demonios”, por lo general las adaptaciones cinematográficas de las obras de Gabriel García Márquez han sido duramente criticadas, como es el caso reciente de”El amor en los tiempos del cólera”. ¿Qué te ha estimulado a trabajar en una nueva adaptación del Nobel colombiano y que esperas de la película?

“Del amor y otros demonios” es un libro muy cinematográfico. Ahí no hay realismo mágico, que es lo difícil de adaptar. Lo que hicimos fue una película auténtica, autóctona, sin pretensión. Para personajes españoles, elegimos actores españoles y, para personajes colombianos, actores colombianos. No hubo concesiones artísticas. Y a Gabriel García Márquez le gustó mucho el guión así que pongo fe que esa película sea la “Amores perros” o la “Ciudad de Dios” colombiana.

“Las coproducciones son importantes en la formación de un público latinoamericano”