Eugenio del Bosque, director ejecutivo de Cine Las Americas

Cada mes de abril, Cine Las Americas convierte a la ciudad de Austin en puerta de entrada a los Estados Unidos para la cinematografía latinoamericana. Y es que este certamen, cuya edición 12 tendrá lugar del 22 al 30 de abril, se ha sabido ganar un hueco en la agenda de festivales gracias a una coherente línea editorial en la que se prioriza el cine como manifestación cultural. LatAm cinema habló con su director sobre la evolución del festival y la situación del cine hispano y del cine latino en Estados Unidos.

¿Cuáles serán las principales novedades para la próxima edición?

Acabamos de confirmar las fechas del evento que, tras un primer intento de modificación, han quedado del 22 al 30 de abril. En cuanto a las novedades de la programación, está ya confirmado que Chile será el país invitado. Este será el primer año que tendremos en el festival a un país invitado, una oportunidad que tendremos gracias al apoyo que está dando el gobierno chileno para promocionar el cine de su país, y que esperamos consolidar en futuras ocasiones con otros países.

¿Cómo define la línea editorial del festival?

Cine Las Américas se va adaptando a las distintas tendencias del cine latinoamericano. Básicamente somos un festival de cine latinoamericano, español e indígena, que buscamos diferenciarnos de los festivales latinos más tradicionales. Obviamente que no tenemos nada en contra de los festivales latinos, sin embargo creemos el cine latino puede insertarse en el contexto del cine mundial. Por eso queremos que se nos identifique como una manifestación cinematográfica más que como un evento dedicado a la cultura latina. En el festival prestamos especial atención a la excelencia artística de las obras que seleccionamos e intentamos no caer en esterotipos con respecto a “lo latino”, algo frecuente en Estados Unidos. La ciudad de Austin tiene un público muy particular, que sabe de cine, que está bien informado y en contacto con Latinoamérica. Pero mas allá de eso, estamos en Texas y en Estados Unidos, donde la cultura no suele ser permeable y llegan muy pocas cosas de fuera. Por eso, queremos establecer las conexiones culturales entre esos dos mundos a través del cine.

Aparte del cine hecho por o acerca de latinos, incluyen películas realizadas por grupos indígenas del continente americano.

Creemos que la cultura latina debe incluir al cine indígena. No es una sección más del programa sino que está integrado dentro de la programación. Históricamente siempre hubo intercambio entre los grupos latinos e indigenas, por eso quisimos abrir las puertas al cine nativo americano de los Estados Unidos y a la experiencia de lo que en Canadá denominan las “primeras naciones”. Es una línea temática muy interesante que creemos que tiene mucho que ver con Latinoamérica.

¿Cómo ve al llamado ‘cine hispano’ de Estados Unidos?

Lo veo con un gran futuro. Creo que tiene que encontrar una voz propia, algo que se está empezando a hacer. Acá la cuestión es moverse al margen de Hollywood, ese gran aparato que termina comiéndose todo y convirtiendo todo en un estereotipo. Veo que el cine hispano se está empezando a mover al margen de esa escuela porque no todos los realizadores jóvenes hispanos están soñando con ir a Hollywood a hacer el próximo blockbuster. En Estados Unidos, al cineasta hispano le cuesta más entrar en Hollywood porque enseguida van a querer encasillarlo en las mismas temáticas: inmigración, círculos laborales al margen de la legalidad, y otros esterotipos como la familia, los problemas de inmigración y el crimen. Yo creo que el reto que tiene el cine hispano en Estados Unidos es precisamente romper con esos estereotipos y hay un segmento de realizadores que lo están haciendo y que están buscando un contacto con Latinoamérica, que es algo primordial. Por otra parte, también noto que, cada vez más, los cineastas que no son hispanos están tratando de romper los cánones del cine independiente entrando en contacto con el cine que se hace en español y eso, también, es muy bueno.

¿Cuál es la situación del cine proveniente de Latinoamérica en Estados Unidos?

Ahí el tema es más complicado. Nosotros estamos en Texas y creo que si estuviéramos en Nueva York o Los Angeles mi respuesta sería otra. Texas es un gran mercado que tiene potencial pero aún le queda mucho por transitar. Tenemos al público, pero aquí todavía se escatima mucho en la distribución de cine y a Austin y a Texas no siempre llega lo que se distribuye en el resto de Estados Unidos. Festivales como el nuestro son importantes porque somos el vehículo para traer la ola, lo que viene. De ahí sobrevive de un 3 al 5%, y se convierte en una cuestión comercial ya sea en salas de cine o en DVD. Ahora, volviendo al tema del cine latinoamericano en Estados Unidos, creo que su futuro va a estar a través del home video y de las nuevas alternativas de distribución, como el alquiler de cine on line porque sigue habiendo pocos canales para traer películas latinoamericanas.

¿Hacia dónde le gustaría que evolucionara el festival?

En primer lugar me interesa que el festival se convierta en un destino en el mapa del cine latinoamericano. Sabemos que, a pesar de no ser Nueva York o Miami, la ciudad de Austin es una ciudad que da para ese tipo de cosa. recisamente por no ser una ciudad enorme, el festival ha conseguido posicionarse como un festival mediano, con un buen nivel de público. Estamos también trabajando para conseguir que el certamen tenga mejores premios que lo ayuden a convertir en un destino más atractivo y a generar más apoyos por parte de directores y productores latinos. En lo personal siento que vale más la pena construir un festival que explote un nicho relacionado a los grandes festivales que tener que competir en forma directa con ellos. Nosotros somos una mezcla de todos y por no estar en una ciudad tan grande seguimos siendo un festival moldeable. A mi me gustaría ver que el festival se desarrolle como un destino de negocios pero a la vez relajado. Aquí, además de gusto por el cine, existe la posibilidad de tomarse las cosas con un ritmo mas calmo.

“El cine hispano tiene como reto romper con el estereotipo latino”