Guillaume Mainguet, coordinador de Produire au Sud
Creada en 2000 como un programa de industria del Festival 3 Continents de Nantes, Produire au Sud (PAS) es una plataforma francesa de formación enfocada en la coproducción internacional y orientada a jóvenes cineastas de África, Asia y América Latina.
Además de un taller en el marco del certamen, PAS organiza diferentes actividades formativas en los tres continentes en alianza con entidades locales, como los talleres que imparte desde 2014 en las ciudades de Agadir, Bangkok, Durban, Calcuta, Sderot y Taipei. En América Latina, PAS estuvo muy presente en la primera década del programa, en colaboración con festivales locales en Buenos Aires (BAFICI), Morelia (MoreliaLab), Bogotá, Lima, Caracas o Salvador de Bahía. En esos años, pasaron por el programa una cuarentena de proyectos que hoy ya son clásicos, como las uruguayas “Whisky” y “El baño del papa”, las argentinas “La niña santa” o “Familia rodante”, la colombiana “La sociedad del semáforo”, la peruana “Días de Santiago” o la brasileña “Estómago”. A partir de 2010, y como consecuencia del crecimiento de la industria y las lógicas de la cooperación internacional, la presencia latinoamericana en el programa fue disminuyendo a medida que aumentaba la de otras regiones del mundo. Aun así, unas treinta películas latinoamericanas pasaron por alguna de las instancias formativas del programa en estos últimos diez años, incluyendo la argentina “Yo niña”, la boliviana “Viejo calavera”, la venezolana “La familia”, la ecuatoriana “Sansón”, la uruguaya “Clever” o la mexicana “Carmín Tropical”.
Cada año, seis proyectos de ficción en desarrollo del hemisferio sur en busca de potenciar su internacionalización son seleccionados para participar en el taller que se imparte en el marco del Festival 3 Continents. A lo largo de una semana los proyectos reciben asesoramiento individual y grupal sobre las herramientas y técnicas para la coproducción internacional de la mano de una amplia red de profesionales de todo el mundo.
Este año, PAS celebra su vigésimo aniversario entre el 20 y el 26 de noviembre con un programa que, además del taller, incluye una serie de actividades como una retrospectiva de películas, mesas redondas y conferencias sobre la coproducción internacional. La convocatoria está abierta hasta el 23 de julio y las bases están disponibles en la página web.
LatAm cinema conversó con su coordinador, Guillaume Mainguet, sobre el balance, la trayectoria y los desafíos que enfrentan.
Este año se celebra el 20 aniversario de Produire au Sud, ¿qué balance hacen del proyecto?
La idea de este aniversario no es celebrar los veinte años pasados, sino tratar de sintetizar el punto en el que nos encontramos dentro de la industria cinematográfica europea e internacional, y ver cómo podemos imaginar el programa para los próximos años. Desde mi punto de vista, la formación en torno a la coproducción internacional para los jóvenes que quieran dirigir y producir su película en el ámbito internacional sigue siendo muy necesaria. Ahora hay muchas opciones y métodos de formación, tanto privados como públicos. Para PAS, la idea es tratar de mantener el método de formación basado en la experiencia personalizada. Seleccionamos muy pocos proyectos en cada taller, lo que nos da la oportunidad de tener tiempo suficiente para conocer a cada uno de los proyectos, los participantes, sus antecedentes, y poder responder específicamente con qué elementos pueden contar, considerando en qué país y región están trabajando. Pero siempre hay algo para actualizar en los métodos, teniendo en cuenta lo que sucede a nivel internacional y los cambios que van sucediendo en los territorios, tal vez no de un año a otro, pero de cinco en cinco años, tal vez podemos ver algún tipo de cambio de un continente a otro.
¿Cuáles son los desafíos para los próximos cinco años?
Ser capaces de localizar lo que PAS puede llegar a ser y tratar de ver cuánto o cómo podríamos servir mejor. La primera década supuso el posicionamiento formal de PAS en Europa, y el final de la primera década fue el primer intento de expandir el programa internacionalmente con estos talleres en asociación con festivales que realmente funcionaron, por supuesto, pero de una manera muy específica, porque era como una “única toma”. Y así tuvimos numerosos talleres “única toma” en Asia, África y América Latina. En cuanto a la segunda década, de la que soy totalmente responsable porque me hice cargo del programa en 2009, fue para establecer el programa a nivel internacional, con asociaciones más formales y duraderas, saliendo ya de los talleres de una única edición. Esa es la situación que tenemos hoy en día: un taller principal por año abierto a los tres continentes en el marco del festival, pero además, tenemos otros seis talleres internacionales en alianza con otras entidades.
¿Cuál es el perfil de proyectos que buscan?
Las bases establecen que PAS busca proyectos de ficción en desarrollo procedentes de América Latina, África y Asia. La presentación tiene que hacerla un equipo de producción y dirección, y esto es muy importante, porque toda nuestra formación busca darle un sentido a la colaboración entre productor y director y definir qué tipo de responsabilidades tiene cada uno. Pero por supuesto que el perfil de los proyectos también puede ser ajustado o discutido. La idea es dirigirnos a jóvenes productores y directores que están tratando de llegar a los mercados internacionales, que tienen experiencia previa en su país o en su región, pero que realmente necesitan un impulso para llegar a la escala internacional. La intención es ayudarlos a encontrar su camino para establecer su propia estrategia de producción.
En Produire au Sud buscamos dar con un modelo básico y formal de cómo coproducir, que puede ser adaptado, ya sea para un tipo de relación Norte-Sur o Sur-Sur.
Produire au Sud trabaja en colaboración con diferentes festivales y agentes locales del Sur, ¿cuáles son sus alianzas hoy en América Latina?
Como he dicho, en la primera década, PAS se dedicó a establecer nuevas asociaciones y hacer algunos talleres de una sola edición, aunque algunos tuvieron dos o tres ediciones, como es el caso de Argentina con BAFICI u otros en Brasil. En el momento en que me hice cargo del programa, se planteó la posibilidad de realizar talleres en alianza con al menos tres ediciones, y eso fue una limitación para algunos de los socios potenciales por las dificultades de la financiación a largo plazo. El esquema de la industria del cine en América Latina también ha cambiado bastante, hay muchos programas de formación internacionales diferentes aquí y allá, en Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Colombia… Y también hubo un aumento de la producción cinematográfica en esos países. Es diferente en África y Asia, donde hay muchos países en los que no hay ministerio de cultura ni dinero para la producción de películas. Entonces, no es que PAS haya decidido no colaborar más con América Latina, sino que no había una ayuda obvia que dar y tampoco encontramos una manera de explorar esas asociaciones, tal vez también porque los programas de formación no eran una prioridad en algunos países de América Latina, aunque podría ser un poco diferente hoy en día tras las crisis que ha vivido el continente en los últimos años. Hay asociaciones que todavía existen, como por ejemplo con Cinélatino en Toulouse, y puedo decir que estoy investigando algunas asociaciones con Colombia y Brasil que se lanzarán, espero, el próximo año. Crucemos los dedos y veremos qué pasa.
¿Podría darnos más detalles de la iniciativa Scholar in Residence? ¿También está abierta a proyectos del sur?
Se trata de una iniciativa dedicada a la investigación, sobre todo de Europa, para favorecer la reflexión sobre el funcionamiento de la coproducción internacional. Creo que hacía falta una perspectiva fresca para ayudar a pensar en lo que hacemos en el trabajo diario, para pensar y adaptar el enfoque pedagógico y el contenido de los talleres. No es un programa abierto a los tres continentes, entre otras cosas porque se lanzó con dos programas académicos de investigación europeos. Eso sí, cada año tratamos de elegir programas con perfiles diferentes, para así ir enriqueciendo la forma de percibir la coproducción internacional, ya sea desde el campo de la política, el cine o la sociología.
En su página web se presentan como un taller que se enfoca en la cooperación Sur-Sur, además de Norte-Sur. ¿Qué nos puede decir sobre esto? ¿Desde PAS actúan como matchmaker de estas cooperaciones?
Siguiendo la evolución de la coproducción internacional en los últimos años, hemos podido observar este cambio del Norte al Sur. En el año 2000, cuando se lanzaron los talleres de PAS, había una línea muy clara que iba de Europa a los países del sur. Ahora, con el desarrollo de la industria mundial, el acceso a los equipos de filmación es mucho mayor, y también influye el hecho de que ahora en Europa haya menos dinero, aunque siga siendo uno de los lugares del mundo donde se pueden encontrar fondos internacionales o públicos para la realización de películas internacionales. Así que este Sur-Sur es una especie de nueva noción que ha estado realmente viva desde la última década. En PAS buscamos dar con un modelo básico y formal de cómo coproducir, que puede ser adaptado, ya sea para un tipo de relación Norte-Sur o Sur-Sur. No pretendemos hacer matchmaking con cada proyecto, y si bien ayudamos con contactos o dudas específicas de los países con los que quieren trabajar, elegir coproducción es algo diferente, es como una relación de pareja.