Iván Trujillo, director del 33º Festival Internacional de Cine en Guadalajara

Entre el 9 y el 16 de marzo próximos se celebrará la trigésimo tercera edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), un evento que comenzó como una muestra y fue creciendo año a año hasta convertirse en un referente de la cinematografía de la región.

Treinta y dos proyectos en el Encuentro de Coproducción, siete filmes de ficción en la sección de Work in Progress, diez títulos en el Laboratorio de documentales, y decenas de participaciones en las secciones competitivas y las muestras especiales son algunos de los componentes de esta edición que cuenta con Cataluña como invitada especial.

LatAm cinema entrevistó al director del FICG, Iván Trujillo, para analizar el presente de un festival que lleva más de tres décadas acompañando el crecimiento del cine mexicano e iberoamericano.

En estos ocho años que llevas al mando del FICG, ¿Cuáles son los cambios más significativos que has notado, tanto en el festival como en la producción audiovisual iberoamericana?

En el caso de la producción audiovisual el cambio más fuerte y profundo es la forma en la que el cine digital liquidó a la producción en 35 mm. Tan sólo en el caso del cine documental le ha permitido florecer con muy escasos recursos y la cámara también se convierte en una especie de álbum de fotografías familiares. El otro aspecto relevante es la forma en la que los cineastas de la región han ido rompiendo o redefiniendo las fronteras nacionales: por ejemplo la película de inauguración del festival, la catalana "Tierra firme"(Carlos Marques-Marcet), está filmada en Londres, hablada en inglés y tiene la presencia de Geraldine y Oona Chaplin, y la mexicana "Un filósofo en la arena" (Aarón Fernández y Jesús Muñoz) recupera la pasión torera de un filósofo francés. En este sentido el cine de hoy juega de una manera más radical la promesa de que el cine nos acerca, es una ventana, y puede ser uno de los más nobles instrumentos que nos permiten aspirar a un mundo sin muros.

 ¿Cuáles son las novedades para esta nueva edición del FICG?

Sin duda la inauguración de la primera de cinco salas que conformarán la Cineteca FICG de la Universidad de Guadalajara. También el acondicionamiento de diversos espacios teatrales en el flamante Conjunto de Artes Escénicas con distintas capacidades que van desde los 250 asientos hasta los 1.800. Este es uno de los pasos más significativos pues nos permitirá contar con una sede que se perfila como permanente. Ello no quiere decir que abandonaremos las salas tradicionales con las que contamos en la zona centro de Guadalajara a lo largo de lo que denominamos el corredor avenida Vallarta. En esta edición tendremos por lo tanto un aumento en la oferta cinematográfica con más de 3 mil nuevos asientos por función y el hecho de contar con nuestras propias salas nos dotará de mayor autonomía para la programación.

La industria se está moviendo a pasos grandes y es necesario estar involucrados en los cambios.

¿De qué manera el FICG acompaña la evolución del cine mexicano y contribuye a la difusión del cine iberoamericano?

El FICG no solo ha sido testigo de la evolución del cine mexicano sino que ha caminado junto a él desde la peor de su crisis hasta el repunte actual al que ya muchos se refieren como la segunda época dorada. No es pretencioso decir que el FICG ha contribuido al renacer de ese cine mexicano, ya que ha sido un punto de encuentro permanente tanto entre los creadores y el público como entre los miembros de la propia industria en la que se han gestado desde proyectos hasta políticas de financiamiento.

En el caso del cine iberoamericano, el FICG ha sido uno de los pioneros en proponer la inclusión del cine español y portugués en nuestro radar, una propuesta que al día de hoy tiene una resonancia importante en términos de coproducción, presencia de actores latinoamericanos en el cine español y viceversa, y acceso a las pantallas de la región. Es un proceso que aún tiene una gran agenda, pero en cada edición del Festival se consolida la colaboración y difusión de nuestras cinematografías y se amplía el sentido comunitario de nuestros cineastas.

¿Qué criterio se siguió para la selección de películas en las secciones competitivas del festival?

El criterio es prácticamente el mismo que en años anteriores. Tratamos de conformar secciones que den cuenta de la diversidad de temática de la región y estén representados la mayor cantidad de países. Queremos que la sección sea una especie de radiografía de lo que está ocurriendo con el cine iberoamericano, mostrando las nuevas tendencias que son un balance entre trabajos de realizadores reconocidos con el de talentos emergentes. Buscamos por supuesto los filmes que hayan tenido mayor resonancia tanto en el ámbito local como fuera de sus fronteras, ya sea por su temática, técnica o estilo. 

La sección de industria del FICG crece y se perfecciona año a año. ¿Cuáles son los planes a futuro para su evolución?

Los planes a futuro son alianzas que harán posible tener alternativas de distribución y exhibición en las diferentes ventanas y territorios. La industria se está moviendo a pasos grandes y es necesario estar involucrados en los cambios.