Jaume Ripoll, director del Atlántida Film Festival de Filmin
Organizado por la plataforma de exhibición digital Filmin, el Atlántida Film Festival no sólo fue uno de los certámenes pioneros en explorar la red, sino que durante sus cuatro primeras ediciones fue su único universo, en el que el cine latinoamericano ha gozado de protagonismo. En 2015, el festival saltó al escenario físico a través de actividades profesionales y de formación, incorporando la dimensión de un evento pero reservando las exhibiciones para el público virtual. LatAm cinema analiza el backstage del certamen con su director, Jaume Ripoll.
El Atlántida Film Festival surge en 2010 como uno de los primeros festivales de cine online. ¿Con qué objetivos nació entonces y cómo han ido éstos evolucionando?
AFF nació con la voluntad de ofrecer a una audiencia masiva (la que accede a los contenidos a través de Internet) las mejores películas nacionales e internacionales que no encontraban distribución tradicional. AFF nació siendo un festival online al que cualquiera pudiese acceder, un espacio dónde óperas primas deslumbrantes y obras arriesgadas de directores consagrados compartían espacio.
En ediciones anteriores el cine latinoamericano ha tenido un mayor protagonismo en el certamen. ¿Qué papel juega ahora? ¿Tienen previsto volver a otorgarle ese espacio?
Es cierto que en la última edición del festival, el cine latinoamericano tuvo menos representación que los últimos años, sin embargo volvió a ser una película latinoamericana ("Dos Disparos") la que ganó el máximo galardón. Algo que ya sucediera en la 2ª edición con "Zona Sur" y en la 3ª con "Después de Lucía". En la sexta edición el foco estará puesto en Europa, en aquello que nos une y nos separa como ciudadanos de la Unión.
Una de las ventajas de un festival online frente a uno “físico” es la posibilidad que abre la red de conocer bien a los públicos o usuarios. ¿Cómo trabajan el análisis de públicos y en qué medida les sirven los datos para innovar y adaptar el festival a los nuevos consumos?
Año tras año analizamos los resultados y vemos cuáles han sido las ciudades en las que el Festival ha despertado más interés, cuál ha sido la fragmentación de edades del público y qué dispositivos han utilizado para acceder a él... En este tiempo el análisis es necesario para evitar cometer los mismos errores año tras año.
En relación a otros festivales online, el AFF tiene la particularidad de estar alojado en una plataforma online que propone de forma constante ciclos con marcadas curadurías. ¿Cómo conviven ambas iniciativas? ¿Atrae el Festival nuevo público a Filmin?
El Festival atrae nuevo público aunque menos del que nos gustaría. Ahora bien, pensamos que AFF sirve para centrar la atención de los miles de usuarios que utilizan Filmin en unas películas muy especiales que, por cuestiones contractuales, solo podrán estar en la plataforma unas semanas.
Aún debemos superar la dificultad de contratar los derechos para diferentes países de películas tan importantes como las que forman la programación del festival.
La afluencia de público ha presentado un ligero descenso en los últimos años. ¿Qué lectura hacen?
El precio del Festival ha aumentado un 50% y esto ha provocado que no podamos repetir la cifra de asistentes de hace tres años. Era necesario aumentar el precio para poder garantizar la calidad de los títulos ofertados.
Con respecto a los títulos que integran la programación, ¿Con qué criterios realiza la selección? ¿Qué tipo de fees se manejan para los derechos de exhibición?
Una combinación de obras que innovan en su forma de narrar, producir o distribuir con aquellas películas de nombres relevantes de la cinematografía mundial (Sarah Polley, Frederi Wiseman, Gondry, Dolan, Reygadas, Franco...) que no han encontrado distribución en nuestro país. Todas ellas las conseguimos gracias a la confianza de los productores y agentes de venta y a unos acuerdos variables según el título.
Uno los objetivos de los festivales presenciales también pasa por acercar cine inédito a distribuidores locales para su posterior comercialización en salas del territorio. ¿Se plantea el AFF asumir esa labor?
Algunas películas proyectadas sí han encontrado espacio en salas como "Post Tenebras Lux" o "Los ilusos" y otras lo han hecho en otros formatos como "Stories we Tell". Ojalá AFF fuese el inicio de la explotación de la película, no la excepción a la misma.
La quinta edición del AFF combinó por primera vez programación online y experiencias en vivo. ¿Cuál fue el balance?
Fue muy positiva. Gracias a la colaboración con Sónar+D pudimos invitar a nombres relevantes de la industria como los directores de SXSW, Vimeo, Kickstarter o el Festival de Rotterdam, y a algunos de los principales renovadores del cine actual desde Jacob Kirkegaard hasta los Bohman Brothers. Aunque sin duda el mayor éxito vino por el taller de dos días que realizó Anna Broinowski para hablar de la propaganda y el cine en Corea del Norte, un taller con más de 150 asistentes que supuso uno de los mejores momentos de la última edición.
Por último, me gustaría saber si han estudiado la posibilidad de replicar la experiencia AFF en FilminLatino.
Nos encantaría que AFF ampliase fronteras y pudiese llegar a más países y, sin duda, FilminLatino debería ser la siguiente parada. Ahora bien, aún debemos superar la dificultad de contratar los derechos para diferentes países de películas tan importantes como las que forman la programación del Festival, muchas de ellas disponibles online en España a través de AFF la misma semana que se estrenan en cines en Estados Unidos, Francia o Reino Unido.