• Jim McNamara, CEO de Pantelion Films

    “No manches, Frida” de Nacho G. Velilla.

  • Jim McNamara, CEO de Pantelion Films

    “Busco novia para mi mujer” de Enrique Begné.

  • Jim McNamara, CEO de Pantelion Films

    “Cómo ser un latin lover” de Ken Marino.

Jim McNamara, CEO de Pantelion Films

En el año 2010 Lionsgate Entertainment y Grupo Televisa se asociaron para crear Pantelion Films, la compañía productora y distribuidora de cine especializado en el público latino más importante de Estados Unidos. Su director, Jim McNamara, a su vez dirige el canal de cine en español Cinelatino y Panamax Films, empresa que fundó luego de abandonar la dirección de Telemundo en 2005 con el objetivo de realizar películas para audiencias hispanas. En el año 2013 Pantelion -empresa que se autodefine como el “primer estudio latino de Hollywood”- rompió récords de taquilla con “No se aceptan devoluciones” de Eugenio Derbez. La compañía también ha producido y distribuido una treintena de largometrajes de diferentes géneros y características, pasando por comedias románticas, dramas, películas infantiles, historias originales y adaptaciones de éxitos extranjeros. LatAm cinema dialogó con Jim McNamara sobre la situación actual del cine para la audiencia hispana de Estados Unidos y su futuro.

¿Cómo es el mercado de cine hispano en EE.UU. y cómo surgió su interés en generar contenido para ese público?

El mercado tradicional es más bien un circuito de cine-arte, en el que también se incluyen películas argentinas, brasileñas o chilenas que han tenido éxito localmente. Yo había trabajado en televisión en español en los EE.UU., entonces al salir de Telemundo me pregunté: “¿Por qué hay dos cadenas importantes de televisión en español y no hay cine?”. En aquel entonces había varios periódicos, 600 estaciones de radio y sellos discográficos en español, pero no había un cine orientado al público masivo, a la misma audiencia que veía televisión en español. Y un amigo mío que manejaba Lionsgate me escuchó y me dio la razón, entonces empezamos a hacer esfuerzos para trabajar con el cine en español. Hay varios motivos por los cuales no había un mercado grande para el cine popular en español en los EE.UU. y es que la promoción en este país es muy costosa: una película de 150 millones de dólares requiere gastar mucho dinero en promoción, unos 50 millones de dólares. Para una película en español que cuesta dos millones hay que gastar 4 millones en promoción. Entonces la realidad es que la falta de exposición del cine en español no era porque las películas no fueran buenas, sino porque el costo de distribución era muy alto. Además,  la composición de la audiencia hispana en EE.UU. es muy fragmentada, hay varios países de origen y aunque hablamos el mismo idioma cada país es diferente, y el cine siempre se ha visto como una manifestación cultural. La comedia también muchas veces tiene chistes demasiado locales, entonces había obstáculos difíciles de superar. Y así surgió Pantelion, que es un proyecto conjunto de Televisa México y Lionsgate, que básicamente está enfocado al subsector latino más grande en los EE.UU., que es el mercado mexicano.

¿Con qué criterio seleccionan los  proyectos que van a producir?

Depende. En ciertos casos hemos hecho remakes, pero nuestras películas más exitosas han sido originales. Hicimos un remake de la película argentina, “Un novio para mi mujer”, también hicimos otro de una película alemana que nosotros llamamos “No manches, Frida” de Nacho G. Velilla, que producimos y distribuimos el año pasado con mucho éxito. Ha habido un poquito de todo: ideas originales, remakes, ideas propuestas por escritores y proyectos completos que nosotros vimos en festivales o directamente propuestas de productores que hemos adquirido. En resumen, los proyectos vienen de diferentes lugares y puntos de vista.

¿Esa búsqueda, está orientada hacia algún género o estilo en particular?

Fundamentalmente tenemos como punto de partida a las comedias. Pensamos que hay mucha melodrama que se está produciendo y en los festivales abundan los dramas. Pienso que los productores creen que hay menos riesgo produciendo dramas y por eso hay una buena cantidad. En términos de comedias estamos buscando historias que no dependan del doble sentido local de una palabra, donde el humor tenga que ver con la condición humana o situaciones concretas. Por el momento en los EE.UU. el mercado de terror está bien cubierto así que aunque hemos recibido propuestas, el público que asiste a películas de terror está ya muy acostumbrados a verlas en inglés, entonces somos muy cuidadosos de entrar en esa área porque hay que gastar mucho dinero y el público es muy específico y el listón es muy alto. Por eso vamos hacia la comedia romántica, romances simples, e historias que tocan temas culturales internacionales que podrían funcionar para diferentes públicos, sean puertorriqueños, dominicanos o mexicanos.

 

En términos de comedias estamos buscando historias que no dependan del doble sentido local de una palabra, donde el humor tenga que ver con la condición humana o situaciones concretas.

¿Qué ocurre con las películas para el público infantil?

Es un segmento en el que no estamos enfocados. La explicación de eso es simple: los latinos nacidos en EE.UU. básicamente entienden español pero luego de que se escolarizan sucede algo curioso y es que entienden cuando los padres les hablan en español pero ellos hablan inglés, hay una resistencia. Nosotros tuvimos una película animada, “Un gallo con muchos huevos”, que fue muy exitosa, pero la mayoría del público era de teenagers para arriba.

¿Cuáles son los desafíos que enfrentan a la hora de lanzar una película para el mercado latino?

Es difícil porque cada semana se lanzan seis nuevas películas y, curiosamente, todas las películas -grandes o chicas- tienen una estrategia para el mercado latino porque los latinos superan el promedio: si el promedio de asistencia a salas son 4,5 boletos al año para la población en general, los latinos van al cine 6,5 veces. Es un índice casi del 50% más que el resto del público. Y el target principal, los que van al cine, compran 12 boletos al año. Y la gente de 15 a 30 años va dos veces al mes: ese público latino va a ver todo y está bien acostumbrado a ir a ver desde “Resident Evil” hasta las películas de Marvel o Disney…entonces cuando uno lanza una película está compitiendo con todo eso, es una competencia bien brava.

¿Ha notado cambios en el público hispanoparlante en EE.UU. desde que empezó a trabajar con él?

Ha habido una gran evolución. Cuando yo empecé en el año 99 manejando Telemundo era el pico, la cima del fenómeno de los latinos que llegaron hablando exclusivamente español. Pero eso fue hace 18 años. Muchos de ellos eran muy jóvenes y hoy en día ya están en los cuarentas, casados y con hijos. Esos hijos casi no hablan español. Los padres hablan español con ellos, escuchan español en sus casas, pero como han ido a la escuela en inglés ellos hablan inglés. Entonces el gran cambio que está pasando es que hay una burbuja de población que nació aquí y se siente americana pero con raíces latinas. Y ellos no se ven reflejados en ninguna pantalla, ni en televisión ni en cine. Allí hay una gran oportunidad, pero ¿cómo lograr esa audiencia? Es la pregunta del millón porque hablan inglés pero saben y sienten que son diferentes a Joey que nació en Alabama. Él es Miguel y su padre es de México, su madre es de Colombia, y sabe que él es diferente. Entonces es un fenómeno bastante curioso y ese mercado está, de cierto modo, desatendido. Nuestro reto diario es pensar cosas para llamar su atención, pero es difícil dar con algo que los atrape. En eso estamos.   

Recientemente han llegado a un acuerdo de producción con Indomina Media de República Dominicana. ¿Tienen pensados acuerdos futuros con otros países de América Latina o fue una excepción?

La respuesta general es sí. Estamos muy interesados en explorar pero siempre depende de las obligaciones a la producción que haya en un país para aprovechar los incentivos, porque el mercado acá es muy específico. Estamos estudiando Colombia porque sé que también tiene incentivos, y obviamente Chile y Argentina porque tienen altísima calidad de producción entonces son lugares donde deberíamos aprovechar. Aunque Argentina lo ha hecho más bien con Europa, principalmente con España, y curiosamente no necesitan el mercado estadounidense. Tú pones a Sbaraglia, a Luppi o a Darín en una película y es garantía en España. Entonces yo creo que los argentinos están bastante satisfechos haciendo esa clase de coproducciones, y de alguna manera piensan: “Bueno, si logro unos centavitos de los EE.UU. está bien, pero no voy a llorar si no lo logro”. Por otro lado creo que República Dominicana, Colombia, México obviamente, y hasta Perú están pensando que valdría la pena desarrollar esa relación con los EE.UU.