Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga
El 3 de junio arranca la vigésimo cuarta edición del Festival de Málaga, un certamen que siempre ha recibido al cine latinoamericano con los brazos abiertos y que desde hace cuatro años lo hace de una forma incluso más explícita, con películas y proyectos en todas las secciones, tanto en el certamen como en MAFIZ, su área de industria.
Esta relación con el cine latinoamericano se sigue consolidando, ya que, como adelanta su director, Juan Antonio Vigar, el Festival ha firmado acuerdos de colaboración con una quincena de países con el claro objetivo de “que Málaga se convierta en plataforma estratégica para la promoción internacional del cine latinoamericano”.
Durante diez días, la ciudad andaluza celebrará una edición que, al igual que la del año pasado, tendrá que adaptarse a las condiciones impuestas por la pandemia. En este sentido, Málaga 2020 fue el primer gran festival de España en realizarse de manera presencial, por lo que funcionó también como laboratorio de buenas prácticas para certámenes que se realizaron de forma posterior. Se privilegiaron las exhibiciones cinematográficas frente al evento social, y bajo esa premisa se desarrollará también esta edición, en tanto la organización considera que todavía no están dadas las condiciones para regresar a un formato tradicional.
Entre las novedades de este año, destaca el Hack MAFIZ Málaga, una actividad orientada a los nuevos talentos que desarrollan contenidos en multiplicidad de canales y formatos. Se trata de una iniciativa relativamente poco habitual en eventos y mercados, de ahí el éxito de la convocatoria, a la que se anotaron más de 1300 personas de toda la región. Las personas seleccionadas, 198, participarán en un Hackathon online agrupadas en equipos que deberán desarrollar un contenido online con la tutoría de diferentes profesionales del medio. De entre los equipos serán seleccionados cinco, que tendrán reuniones y charlas con coproductoras, fondos internacionales y plataformas.
A pocos días de iniciar esta edición, LatAm cinema conversó con Juan Antonio Vigar sobre los desafíos actuales y la proyección del cine latinoamericano en el certamen.
Después de una exitosa edición en plena pandemia, ¿cómo enfrentan esta vigésimo cuarta edición? ¿Cuáles entiende que son los principales desafíos?
Como bien dice, la edición pasada supuso para nosotros un importante esfuerzo de programación en unas condiciones sanitarias complejas, lo que convirtió nuestro trabajo habitual en un reto singular. Afortunadamente, nuestro formato adaptado, en el que primó la exhibición cinematográfica sobre el evento social, unido a unos rigurosos protocolos de protección sanitaria, contribuyeron al gran éxito de nuestro pasado festival, que no solo se convirtió en el más seguido en prensa de nuestra historia –el estudio de medios de la 23 edición superó ampliamente los 57 millones de euros-, sino en banco de buenas prácticas para otros festivales que nos sucedieron, aplicando las misma medidas y protocolos de Málaga.
Si bien es cierto que la situación sanitaria global ha mejorado, consideramos que la situación todavía no nos permite volver al modelo tradicional, por lo que en esta edición aplicaremos el formato adaptado al que me refería antes. Centraremos nuestro objetivo en la exhibición y el impulso de nuestras secciones oficiales, minimizando los eventos sociales. Nuestro principal desafío es celebrar un festival tan amable como siempre, pero también seguro en cuanto a medidas y confianza del público. Los cines son espacios seguros y nuestro objetivo es volver a demostrarlo, ofreciendo utilidad a un sector y un territorio.
En líneas generales, ¿qué puede contarnos de la programación de la presente edición?
Aunque tradicionalmente celebramos el festival en marzo, este año lo celebraremos del 3 al 13 de junio con un doble objetivo: primero, esperar a que la situación sanitaria global mejorara, pero también porque, tras la interrupción de los rodajes durante varios meses, queríamos contar con un número suficiente de películas de calidad para la selección. El tiempo ha demostrado que la decisión fue correcta, porque hemos conseguido una alta participación –tan solo en largometrajes de ficción se han presentado 312–, además de un conjunto de títulos que responden perfectamente a esa foto fija del cine en español de estos últimos meses; un cine que se mueve con fluidez desde la comedia –hemos visionado un elevado número de ellas- hasta películas muy autorales e indagadoras, pasando por interesantes películas de temática y producción, digamos, más convencional. Por eso nuestra programación volverá a ser un fiel reflejo de lo más notable de nuestra producción audiovisual actua. Como me gusta decir, nuestra singularidad es la generalidad en cuanto a contenidos, producción y miradas creativas.
Hace ya cuatro ediciones que el Festival de Málaga marcó decididamente una apertura al cine latinoamericano. ¿Qué balance hacen hoy de esa decisión? ¿Prevén seguir dando pasos en ese sentido?
El Festival de Málaga nació en 1998 para ser útil al cine español. Hoy, 23 años después, lo español es un espacio de confluencia cultural que, en el caso del cine, se potencia mediante vigorosas coproducciones y acuerdos de colaboración. Somos una amplia comunidad de casi 600 millones de personas que compartimos no solo una lengua común, sino unos intereses estratégicos dirigidos a avanzar industrialmente en unos tiempos tan complejos.
Como bien dice, tras cuatro ediciones en las que el cine latinoamericano forma ya parte de nuestra seña de identidad, el resultado no puede ser más alentador. Hoy, no solo todo el sector comprende y comparte esta decisión como un hecho muy positivo para el festival y la propia industria audiovisual, sino que hemos creado una gran complicidad con las estructuras de gestión de los países latinoamericanos; hemos incluido su cine, no solo en nuestras distintas competencias oficiales, sino también en nuestra Área de Industria; hemos suscrito acuerdos de colaboración con una quincena de estos países y reforzado nuestra voluntad de que estos lazos se estrechen cada vez más para que Málaga se convierta en una plataforma estratégica para la promoción internacional del cine latinoamericano.
Hemos suscrito acuerdos de colaboración con una quincena de países latinoamericanos y reforzado nuestra voluntad de que estos lazos se estrechen cada vez más para que Málaga se convierta en una plataforma estratégica para la promoción internacional del cine latinoamericano.
Precisamente, el MAFIZ ha ido ganando fuerza desde su primera edición y hoy alberga diferentes espacios para la industria y la formación en los que el cine latinoamericano también está presente con proyectos en diferentes etapas. ¿Qué perspectivas tienen para este espacio a medio plazo?
Efectivamente, MAFIZ, nuestra Área de Industria, es parte fundamental de nuestra estructura y objetivos. En nuestro constante proceso de evolución, hemos creado un nuevo evento, Hack Málaga, dedicado al talento y la creatividad en las plataformas, las redes y los nuevos canales de comunicación. Seguimos afianzando el MAFF, el espacio dedicado a los fondos internacionales que aportan financiación a las coproducciones latinoamericanas, y lo hacemos añadiendo un nuevo espacio de Learning & Training enfocado a la distribución, el marketing y el fortalecimiento de la marca "Cine Latinoamericano". También mantenemos Málaga Docs, nuestro espacio de reflexión sobre el cine documental, y seguimos consolidando los restantes espacios que configuran MAFIZ: la formación de jóvenes talentos a través de Málaga Talent; la coproducción, con Latin American Focus; la financiación, con Málaga Work in Progress, que aglutina proyectos de películas de España, Portugal y Latinoamérica y, por supuesto la distribución y promoción del cine español a través de Spanish Screenings, que celebrará su nueva edición en el mes de octubre. Para el Festival de Málaga es un orgullo acoger este evento tan importante para nuestra industria, un evento considerado como una cita imprescindible por los compradores internacionales, y con la satisfacción de saber que para ellos, y así nos lo expresan permanentemente, la ciudad de Málaga es el lugar idóneo para este encuentro global con el cine en español.
Hack Málaga se presenta como una actividad innovadora en el ámbito de los mercados y festivales de cine, ¿qué puede adelantar?
Hack MAFIZ Málaga es un nuevo evento del que nos sentimos muy orgullosos. Está destinado a los nuevos talentos del sector audiovisual con el objetivo de convertir el certamen en un punto de unión entre jóvenes creadores de contenido digital y las distribuidoras, las marcas, los medios, los servicios de streaming y las productoras de todo el mundo.
Así, el Festival de Málaga hace frente al desafío del sector de llegar a las nuevas audiencias que consumen contenidos audiovisuales a través de canales muy diversos y que tienen una identidad comunitaria que requiere un diálogo mucho más activo por parte de los creadores y los productores de contenidos. El certamen busca así nuevos espacios que permitan regenerar audiencias y dialogar con ellas y con los creadores con los que se identifican.
De entre las 1.300 personas que se presentaron a la convocatoria, se seleccionaron 198 jóvenes españoles y latinoamericanos que han pasado a la fase del Hackathon, en el que participarán en un desafío online. Estos creadores están agrupados en equipos que tendrán que desarrollar un contenido audiovisual (series, podcasts, videojuegos) siguiendo las instrucciones de expertos creativos digitales que actuarán como tutores. De entre todos ellos, se seleccionarán cinco equipos que participarán en nuestra Área de Industria MAFIZ. Allí, en el Lab-Carpa Abierta, tendrán que crear un contenido audiovisual sobre el certamen, y también tendrán la oportunidad de dialogar con coproductoras y fondos internacionales, medios y plataformas, y otros líderes de la industria iberoamericana.
Respecto a las asociaciones entre festivales, en 2017 nos comentaba que una de las ideas era realizar, particularmente con el Festival de Huelva, “acciones conjuntas de colaboración que permitan que el cine iberoamericano gane peso y prestigio en una de las mayores zonas geográficas de España”. ¿Qué nos puede contar al respecto ?
Aquello que le comentaba hace unos años como una idea de futuro es hoy una absoluta realidad. Si ya con anterioridad existía un positivo espíritu de colaboración entre los festivales de cine, en estos momentos tan complicados, esta relación se ha estrechado aún más generando acuerdos y acciones conjuntas, y de modo singular entre aquellos que compartimos contenidos y voluntad de apoyo al cine iberoamericano.
En este sentido, en la pasada edición del festival presentamos públicamente la coordinadora de festivales surgida del encuentro de voluntades e intereses entre los festivales de Huelva, Sevilla y Málaga. Esta coordinadora nació bajo el nombre de Profestivales21 con el objetivo general de aunar experiencias y criterios, procurar un mayor reconocimiento de los respectivos festivales como eventos culturales e industriales de interés social, y conseguir la máxima difusión de los festivales entre profesionales de cine, todo ello tratando de reducir costes desde un esfuerzo conjunto. Pero también se planteó la posibilidad de generar proyectos conjuntos de colaboración, el primero de los cuales se presentará en nuestra próxima edición del Festival. Por otro lado, la adición de la Seminci de Valladolid a nuestra coordinadora aumentó su posicionamiento y peso específico dentro del sector audiovisual en España y, por consiguiente, dentro del cine iberoamericano.