• Mara Gourd-Mercado, directora general de los Encuentros Internacionales del Documental de Montreal

    Mara Gourd-Mercado, directora general del RIDM (foto: Guillaume Bourgouin).

  • Mara Gourd-Mercado, directora general de los Encuentros Internacionales del Documental de Montreal

    Exhibición del festival (foto: Maryse Boyce).

  • Mara Gourd-Mercado, directora general de los Encuentros Internacionales del Documental de Montreal

    Imagen del Forum RIDM.

Mara Gourd-Mercado, directora general de los Encuentros Internacionales del Documental de Montreal

Este año los Rencontres internationales de documentaire de Montréal, RIDM (Encuentros Internacionales del Documental de Montreal, en español) llega a su edición número 22, con una selección de 154 películas que se exhibirán del 14 al 24 de noviembre y un mercado (Forum RIDM) que se celebrará en forma paralela al certamen. Entre los cuatro títulos clave, la organización destaca “La cordillera de los sueños” del chileno Patricio Guzmán, un cineasta que el festival se ha preocupado por seguir. Sobre el espacio del documental latinoamericano en el festival y en el mercado canadiense, conversamos con la directora general del RIDM, Mara Gourd-Mercado.

La presencia del cine latinoamericano “siempre ha sido buena en RIDM”. Por ejemplo, el año pasado se presentó un foco con las obras de la directora brasileña María Augusta Ramos y a través de los años se han programado películas de Tatiana Hueso, Everardo González, Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, entre muchos más, enumera Gourd-Mercado.

Este año la programación de la competencia internacional incluye el largometraje “Enquanto estamos aqui” de Clarissa Campolina (Brasil) y los mediometrajes “Sete anos em Maio” de Affonso Uchôa (Brasil, Argentina), “La bala de Sandoval” de Jean-Jacques Martinod (Ecuador) y “(((((/*\)))))” de Charles Fairbanks y Saul Kak (México). En Panorama estarán “Espero tu (re)vuelta” de Eliza Capai (Brasil), “Los Reyes” de Iván Osnovikoff y Bettina Perut (Chile, Alemania), “Pirotecnia” de Carlos Atehortúa Arteaga (Colombia), “Mr. Leather” de Daniel Nolasco (Brasil) y las coproducciones “Midnight Family” de Luke Lorentzen y “Chèche Lavi” de Sam Ellison. La selección se completa dos filmes que tienen participación mexicana: “En el tumulto de la calle” de Étienne Lacelle y “My skin, luminous” de Nicolás Pereda y Gabino Rodríguez.

¿En qué aspectos se destaca la participación latinoamericana en esta edición del RIDM?

A las 13 películas programadas con producción de Latinoamérica, se le suman un enfoque sobre el trabajo de Laura Huertas-Millán, artista franco-colombiana, bajo el título “¿Cómo repensar la etnografía visual después de siglos de colonización europea?”, y un ciclo de proyecciones del Colectivo Los Ingrávidos (México). Por otra parte tenemos un intercambio de visibilidad con el Festival du Film Brésilien de Montréal, donde nosotros hacemos la promoción de ciertas películas de su programación y ellos hacen lo mismo. En esta oportunidad presentaremos “Esperando el Carnaval” de Marcelo Gomes. También exhibiremos “La cordillera de los sueños”, el último título de la trilogía política y geográfica sobre Chile realizada por Guzmán, y de la cual ya presentamos las dos primeras películas. El trabajo de él es la mirada lúcida de un exiliado sobre los últimos treinta años en Chile y la gente que se quedó para combatir la injusticia. Es un trabajo importante de memoria.

¿Qué aspectos destacarías del Forum RIDM para un productor de América Latina?

El Forum RIDM reúne a todas las instituciones canadienses y de Québec que permiten desarrollar coproducciones. Canadá tiene tratados de coproducción a través del Canada Media Fund con muchos países de Latinoamérica. Eso hace que el Forum RIDM sea el lugar perfecto para conocer a productores canadienses que podrán ser socios de negocios y aprender cómo coproducir con Canadá de manera simple y eficaz.

El cine latinoamericano es un cine muy creativo que trata de temáticas actuales y eso siempre es interesante para el público norteamericano.

¿Cómo observan la inserción del documental latinoamericano en el mercado canadiense?

El documental latinoamericano está presente principalmente en festivales. No tiene mucha presencia en las salas de cine salvo que sean documentales producidos aquí, pero de directores latinoamericanos radicados en Canadá como la argentina Laura Bari o el venezolano Pedro Ruiz, por ejemplo. Lo mismo pasa en la televisión donde las producciones locales sí encuentran difusión. El público canadiense tiene interés en documentales sobre Latinoamérica ya que viaja mucho a la región y tiene afinidades con bastantes temáticas.

¿Cuáles crees que los principales desafíos que tienen los productores de nuestra región para ingresar con sus trabajos en Canadá?

Específicamente para la provincia de Québec hacen falta subtítulos en francés. También hace falta más conocimiento del mercado y de los distribuidores que compran contenido internacional. Los productores tienen que aprender del mercado canadiense y del circuito de festivales y de cines locales. Y más que nada cuando entran al mercado es importante tener una buena estrategia de marketing. Por ejemplo, en festivales como el nuestro se reciben pocos documentales latinos ya que muchas productoras no nos conocen. Es un trabajo que nosotros también tenemos que hacer para que nos tengan en mente.

¿Y cuáles son las fortalezas de los documentales de acá que pueden ser interesantes para el público de América del Norte?

El cine latinoamericano es un cine muy creativo que trata de temáticas actuales y eso siempre es interesante para este público. Es un cine muy independiente, que a pesar de la presión de los poderes en cada país -por ejemplo “Espero tu (re)vuelta”- se permite cuestionar, y que además es muy rico desde el punto de vista creativo, porque en los documentales recientes los realizadores se atreven a jugar mucho entre realidad y ficción. Algunos ejemplos son “Sete anos em Maio” que toma la forma de una fábula para hablar de la violencia y la impunidad de la policía. O la película “Ausencias”, de Tatiana Huezo, que usa técnicas de animación en stop-motion para hablar de los secuestros en México.