• Los programadores: Rodolfo Castillo-Morales, FICG y DocuLab

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Los programadores: Rodolfo Castillo-Morales, FICG y DocuLab

Hace más de diez años que se dedica a observar el documental contemporáneo. Rodolfo Castillo-Morales fue hasta hace poco el coordinador de Programación del Festival DocsMX, y recientemente se integró al equipo del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) en un doble rol: como director de programación de documental del FICG y como coordinador general del DocuLab, el laboratorio de documentales que ahora forma parte del programa de industria. Luego de atravesar esta transición, conversamos con él acerca de los nuevos énfasis dentro de la línea programática del festival y el estado actual del documental en Latinoamérica.

En agosto de 2018 comenzaste a trabajar en el equipo del DocuLab y en abril de este año asumiste la dirección de la programación de documental en el FICG ¿Cómo has transitado tu alejamiento del DocsMX para dedicarte plenamente a Guadalajara?

Ha sido un proceso muy interesante. A pesar de no estar ya involucrado directamente en la operación de DocsMX, seguimos adelante con proyectos que habíamos operado durante algunos años, como Plataforma MX cuyo programa diseñé, y con la colaboración entre el DocuLab de acá y el Docs in Progress del DocsMX, ya que en cada uno de estos dos espacios premiamos películas que van de un laboratorio al otro. Desde luego que es difícil dejar un proyecto que quiero mucho y que me formó como profesional, además del cariño al equipo encabezado por Inti Cordera, pero siempre recibí apoyo de su parte y de la gente acá en Guadalajara, así que ha sido un cambio positivo y gozoso en todos los sentidos.

¿Qué líneas de programación deseas mantener y qué cambios piensas introducir en el festival?

El festival siempre se enfocó en cine iberoamericano, lo cual ya en sí es una línea programática. La idea ahora es concretar un balance entre películas de diferentes géneros y formas narrativas dentro del propio género documental que permitan crear secciones en las que las películas dialoguen entre ellas y que le permitan al público crear su ruta dentro del festival, asegurando que cualquier película que entre a ver, será lo mejor de la región y de México. Buscaremos también un balance entre las nuevas voces del género y los directores más consagrados, de forma que haya una diversidad interesante.

¿Cuáles son sus principales criterios al momento de programar documentales latinoamericanos?

Primero nos enfocamos en los tratamientos del tema, es decir: qué y cómo se habla de un personaje o situación, que puedan generar empatía o reflexión en nuestros públicos. Después es fundamental ofrecer películas que tengan una alta calidad técnica y que muestren formas originales de realización, siempre pensando en el público y nuestros invitados de industria y mercado.

Entre los cambios que han llevado adelante recientemente, se encuentra la conformación del comité de selección para los documentales del FICG ¿Cómo estará integrado a partir de ahora?

Es uno de los cambios que hemos pensado y estudiado muy bien. Redujimos el número de personas que nos acompañaban en el proceso a tan sólo seis, sin embargo buscamos un balance en nuestro equipo que permita enriquecer las discusiones sobre las películas que finalmente formarán parte del festival. Tenemos realizadores, directores de festivales y académicos, como el director de Zanate, Carlos Cárdenas; los realizadores Olivia Luengas y Mauricio Bidault; y los académicos especializados en cine documental Gabriela Ruvalcaba, Diego Zavala y Eduardo Quijano.

No tengo ninguna duda de que el cine documental en nuestra región nos seguirá dando grandes obras, pero también es un buen momento para hacer una pausa en el camino y revisar qué y cómo estamos haciendo para que estas películas también se acerquen a públicos más amplios, sin comprometer la calidad ni las temáticas.

El laboratorio se ha reformulado en los últimos años para mejorar la articulación con la sección de industria del festival. ¿Hacia dónde se proyecta ahora el DocuLab?

DocuLab es un espacio que desde el diseño y espíritu que le dieron Lorena Rossette, Ana Zamboni y Nico Echevarría, es difícil modificarlo, ya que su meta principal es que sea un encuentro de creación pura y dura, porque se discuten películas que aún no están totalmente terminadas y lo que requieren es asesoría de los maravillosos profesionales que se dan cita allí. La articulación con Industria está enfocada en llevar al DocuLab al centro neurálgico del festival que es nuestra nueva Cineteca FICG, para que ahí los realizadores puedan también tener contacto con los delegados de distintos ámbitos y generar encuentros que les ayuden a avanzar con sus proyectos. También gestionamos algunos premios que tienen un tiempo más amplio de ejecución por la naturaleza del estado de las películas que se analizan en DocuLab, con lo que el balance entre creación e industria queremos que se mantenga en una medida justa.

¿Cómo dialogarán a partir de ahora la programación de documentales del festival con Industria y el DocuLab?

Ese es el gran reto, el FICG es sin duda el encuentro más importante de cine iberoamericano de Latinoamérica, y esto queremos que beneficie a todos los actores involucrados, que permita que los productores de las películas en selección puedan estar en contacto directo con los delegados de la industria, que se hagan negocios, pero sobre todo, que sepan que tener tu estreno en Guadalajara beneficia como ningún otro festival en México a las películas, por la cantidad y calidad de los invitados que están viendo las películas de la selección oficial y las posibilidades que esto abre. También tenemos muy claro que hay grandes semilleros de proyectos en nuestros espacios de industria; por DocuLab han pasado las mejores películas de los últimos años del documental en Latinoamérica y nosotros les damos seguimiento para que puedan también eventualmente competir con nosotros y así completar un círculo virtuoso que va desde la formación hasta la exhibición.

¿Cómo consideras el estado actual del documental latinoamericano y hacia dónde crees que se dirige la producción?

Siento que hemos avanzando de manera muy acelerada en la cantidad de producciones que se realizan anualmente, lo cual tiene sus cosas maravillosas, porque hay más diversidad de temas y formas de presentar una película, pero también genera que la idea fundamental de hacer una película se desdibuje un poco por muchas razones, desde por la falta de rigor hasta por la idea de querer estar en uno u otro festival. Sin duda que hemos visto grandes películas que compiten y ganan en los circuitos internacionales de festivales. Sin embargo, creo que aún nos hace falta enfocarnos en la formación de cineastas con mayor oficio, sin que esto quiera decir que dejemos de hacer películas, pero que busquemos mayor rigor en los procesos, sobre todo en la escritura de los proyectos. No tengo ninguna duda de que hay mucho talento y que el futuro del cine documental en nuestra región nos seguirá dando grandes obras, pero también es un buen momento para hacer una pausa en el camino y revisar qué y cómo estamos haciendo para que estas películas también se acerquen a públicos más amplios, sin comprometer la calidad ni las temáticas.