• Luis González, director de DocMontevideo

Luis González, director de DocMontevideo

En diez años DocMontevideo se posicionó rápidamente como un evento referente en su género, aunque éste sea difícil de definir, ya que reúne actividades de formación, mercado y networking para documentalistas latinoamericanos y players de la industria. La posibilidad de combinar estas áreas y de estar atentos a las demandas del sector, fue lo que posibilitó esta evolución, afirma el director ejecutivo y fundador, Luis González Zaffaroni, en entrevista con LatAm cinema. Un diálogo que se produjo con el protagonista en Brasil, ya que desde hace tres años también lidera la conformación de DocSP, junto a la realizadora Mariana Oliva. Un evento que se define como “el primo hermano de DocMontevideo”.

La décima edición de DocMontevideo tendrá lugar del 18 al 28 de julio en la capital uruguaya y prevé reunir a 400 profesionales internacionales, además de presentar 22 proyectos en sus pitchings de largometrajes y series documentales. El área de industria se complementa con diversas actividades de formación (entre ellas un laboratorio con rough cut, de fotografía y sobre sonido), reuniones individuales entre productores y agentes de venta o decision makers, y la participación de diversas televisoras públicas y culturales del continente. Paralelamente se exhibirán 18 películas en “La semana del documental”, una muestra abierta a toda la ciudadanía para acercar reciente producción premiada, que el año pasado superó los 2.000 espectadores.

¿Cómo se explica el rápido posicionamiento que logró DocMontevideo en la agenda latinoamericana?

Creo que DocMontevideo en su nacimiento supo insertarse en un contexto que en América Latina recién se iniciaba: el encuentro y el diálogo entre el cine y la televisión. Acompañó un proceso que demostró cómo la televisión pública puede ser un actor dentro de la cadena productiva del audiovisual, especialmente del documental. Así involucramos a actores que eran dejados de lado como la televisión pública y cultural. Otro factor fue el hecho de ofrecer y generar una reflexión profunda sobre los procesos de creación, la exploración narrativa y los caminos expresivos del documental trayendo a los mejores referentes del documental contemporáneo de la región y del mundo, y trabajando especialmente en los proyectos de forma respetuosa y profunda. Estos dos elementos fueron los que generaron una empatía con la comunidad latinoamericana muy fuerte.

Si lo vemos con la perspectiva de los diez años, un elemento decisivo siempre fue su condición de ser un “ente vivo”, porque supimos dejar vivir orgánicamente a DocMontevideo, sumando actividades que se veían importantes y construyendo sinergias. Estar abierto a lo que está pasando a nivel mundial y dar una respuesta a nivel regional, fue clave.

¿Cómo fueron procesando estos cambios?

Por ejemplo mediante las construcciones de alianzas con el National Film Board (NFB) de Canadá, con el desarrollo de hackatons para documentales interactivos, o por cómo Al Jazeera English nos visualizó como canal de comunicación con los realizadores de la región. Ahora el DocMontevideo como plataforma ha vuelto a mirar sobre el cine y a trabajar la construcción de públicos porque visualizamos que los festivales de documentales son la vía prioritaria para su exhibición y posterior llegada a los públicos. “La semana del documental” ha crecido mucho en las últimas ediciones por este motivo y porque la seguimos concibiendo como parte de la formación y del diálogo con los creadores. Con esta orientación ahora nos abrimos a otros oficios del cine para que sean parte del DocMontevideo. Este año habrá tres talleres específicos de fotografía, sonido y realización. Tampoco es casualidad que esta vez haya un aumento considerable en la presencia de festivales latinoamericanos, porque ahora se ven como plataformas de distribución fundamentales para el posicionamiento de un documental. La clave entonces fue sumarle capacitación al mercado y complementarlo luego con el festival. Eso también fue lo novedoso de nosotros para lo que sucedía en Latinoamérica hace diez años. Fuimos sintiendo hacia dónde se movía el mercado y así nos hemos reposicionado.

El cine documental latinoamericano se visualiza afuera como un lugar sumamente creativo porque aparecen formatos y lenguajes muy diversos.

¿Cómo describes la actualidad del documental latinoamericano? ?Cuáles son las principales demandas que recogen ustedes de los productores?

Hay un volumen muy alto de producción documental en todos los países, hay abundancia de proyectos en desarrollo y hay diferentes realidades nacionales para la industria y el financiamiento. Esto es lo que vemos. Por esos motivos hay una gran demanda de espacios para el desarrollo de largometrajes y de mercados, por eso nuestras convocatorias cada vez atraen a más postulantes. Somos conscientes de lo complejo que son las etapas de desarrollo y producción, por eso nos esforzamos en traer compañeros para que se conozcan en este viaje y que puedan potenciar los proyectos, hacerlos crecer y que ganen en visibilidad.

¿Cómo se posiciona nuestro documental fuera de la región?

Primero que nada: es difícil hablar del documental latinoamericano en singular, porque justamente una de nuestras características es la diversidad y allí radica la riqueza. Esto también se expresa en los modelos de producción que a su vez tiñen las formas narrativas. Así que mejor hablemos de “los documentales latinoamericanos”.

Veo que ya pasó el boom del documental de creación que tenía su lugar en la televisión de los ‘90, pero esa ola marcó unas determinadas dinámicas de producción, financiación, distribución y construcción de públicos que sentaron unas bases determinadas que ahora pueden estar en crisis, pero que están vivas. Esto también hace que la producción del documental se tenga que adaptar a las demandas de la coproducción internacional con los canales de televisión, tanto en el esquema de financiamiento como en los abordajes narrativos y formatos. El documental latinoamericano actualmente se financia principalmente en los fondos nacionales o regionales y eso habilita a una libertad editorial muy fuerte. Este renacimiento de la televisión pública en algunos países, o de las leyes que crean los fondos sectoriales que prevé la tele, abren un nuevo campo para que los canales sean coproductores. Y por último está el hecho de que las producciones de bajo costo en el documental sí pueden existir a diferencia de la ficción.

En este contexto el cine documental nuestro se visualiza afuera como un lugar sumamente creativo porque aparecen formatos y lenguajes muy diversos. La nueva generación de creadores ha ayudado mucho porque además han contado con productores que han comprendido la lógica y se han posicionado muy fuerte hacia afuera, ganando reconocimiento en festivales. Así por ejemplo pienso en Maite Alberdi participando en el IDFA, algo que derrama para todo el cine latinoamericano, o en Gema Juárez y Manuel Abramovich en Argentina, o en José Luis Torres Leiva, o en Brasil con Eryk Rocha o Gabriel Mascaro… y veamos que a su vez todos estos tienen registros diferentes.

¿De qué manera está influyendo DocMontevideo en la producción documental uruguaya?

Prefiero que lo respondan los realizadores uruguayos que han pasado por DocMontevideo. Pero sí puedo decir algo que se ve: hoy en día quienes participaron en el DocMontevideo en sus diversas actividades, han podido entrar en un radar internacional, por ejemplo para el IDFA, DOK Leipzig o Mar del Plata, entre otros, que valoran aquellas películas que participaron como proyectos en nuestro pitch. Esto facilita siempre el acceso a esos lugares donde la competencia es dura y fuerte, que de pronto antes desde Uruguay era más difícil llegar. En el panorama uruguayo ves nuevos realizadores que están reflexionando mucho sobre lo que hacen, que están buscando a nivel formal y de lenguaje, que están experimentando. Es una comunidad local que está viva y que es rica, con nombres que pasaron con su ópera prima por el DocMontevideo, y que luego siguieron construyendo su carrera ahora en su segunda o tercera película.

¿Qué dificultades está enfrentando el evento a nivel organizativo?

Los recursos son escasos, pero eso naturalmente nos hace ir para adelante y no quedarnos relegados. Tenemos una impronta fuerte de estar buscando siempre ser innovadores y estar en consonancia con el escenario internacional, dando siempre más de lo que se puede. Hay algo de entrega “a la uruguaya”. Ahora que estoy trabajando desde São Paulo, observo que en Montevideo hoy en día tenemos un ecosistema donde se articula el DocMontevideo, que es generado por salas y espacios culturales del Centro y Ciudad Vieja. La creación de esta infraestructura es un valor diferenciado. Espero que el DocMontevideo pueda seguir encontrando los respaldos, apoyos y las sinergias para capitalizar esta nueva realidad y potenciarla aún más y que se vea al evento no sólo como un actor del sector audiovisual, sino como un atractivo para el turismo cultural a nivel regional. Es una oportunidad que a futuro podría dar respuesta al crecimiento y a la evolución que se avecina. Pero para esto se precisa tener más recursos humanos y un capital bastante más fuerte para la promoción de lo que hoy tenemos, para que se nos escuche como un actor en este sentido.

¿Cuál es el rol de DocSP y cómo se articula con DocMontevideo?

El DocSP trae el histórico acumulado del DocMontevideo en relación a la combinación del tipo de actividades, adaptado a la realidad y las necesidades brasileñas. En tres años es posicionó en forma muy fuerte y recibimos una cantidad de proyectos brasileños proporcional al que recibimos en Uruguay. El networking tiene la particularidad del mercado de Brasil y el relacionamiento internacional es de cara a esta realidad, ya que su producción tiene un volumen muy grande. A partir del Fondo Sectorial creado hace 10 años, se han generado muchas posibilidades en el acceso a la financiación en sus diferentes líneas y esto movió mucho la producción del sector. Eso hoy se ve reflejado en la muestra de películas de DocMontevideo: la presencia brasileña es bien potente y está justificada por la calidad que tienen, porque Brasil ahora también está mirando y dialogando hacia el mercado internacional.

Foto portada Patri Cámpora/MiradasDoc