• Morris Kachani, gerente ejecutivo de Cinema do Brasil

Morris Kachani, gerente ejecutivo de Cinema do Brasil

Cinema do Brasil desembarca en San Sebastián con una delegación que se propone seguir estrechando lazos con Europa y Latinoamérica. Con más de 15 años de presencia sostenida en el certamen vasco, Cinema do Brasil refuerza su estrategia de internacionalización con el objetivo de ampliar la red de contactos y las oportunidades para sus productores, con énfasis en posibles coproducciones. Con ese objetivo, la numerosa delegación brasileña - integrada por las productoras Brisa Filmes, Caraminhola Films, Claraluz Filmes, CUP Filmes, Everton Filmes, Dezenove Som a Imagens, Faro Rio, Moçambique, Multiverso, Muritiba Filmes, Plato Filmes, Sambaqui Cultural y Yael Steiner Cine e Cultura - participará en distintas secciones con una apretada agenda de actividades. LatAm cinema conversó con Morris Kachani, gerente ejecutivo de Cinema do Brasil, sobre sus expectativas para el evento, los desafíos que enfrenta el cine brasileño y las oportunidades que se abren en un contexto de reactivación de los fondos públicos.

San Sebastián se ha convertido en una cita obligada para Cinema do Brasil, ¿no es así?

El cine brasileño lleva más de 15 años viniendo al Festival de San Sebastián. En nuestro calendario internacional ocupa un lugar destacado junto a festivales como Locarno o mercados como Ventana Sur, además de grandes festivales como Berlín o Cannes. Este año contamos con una delegación más numerosa que el año pasado, tenemos un proyecto seleccionado en el Foro de Coproducción, “Mãe do Ouro”, y una película en la sección Horizontes Latinos, “Dolores” de Marcelo Gomes y María Clara Escobar, producida por Sara Silveira. El año pasado tuvimos un acuerdo de colaboración con el programa Meet Them!, que ofrece formación y networking para productores emergentes. Así que la participación en San Sebastián es una tendencia al alza. Además, también nos interesa establecer vínculos más profundos con España.

¿Cuáles son las principales acciones de Cinema do Brasil en San Sebastián?

Tendremos un evento de networking en el Museo San Telmo. Allí también tendremos una reunión de coproducción con productores uruguayos, entre otros. También participaremos con unos seis o siete productores brasileños en el tradicional café que se celebra cada año. Además, tengo una agenda personal con la que intentamos fortalecer lazos y relaciones con vistas a organizar más reuniones entre productores brasileños y europeos. Ellos son nuestros principales socios en coproducciones internacionales, junto con países latinoamericanos. Por ejemplo, en Cannes celebramos una reunión de coproducción con portugueses y con españoles, y también con Alemania.

¿El objetivo de este año es reintroducir a Brasil como un coproductor potente en la región?

Brasil es un actor muy interesante porque tenemos varias oportunidades para acceder a fondos públicos, y este es un escenario que está madurando de nuevo con este gobierno. Además, Brasil tiene acuerdos de coproducción firmados con la mayoría de los países europeos y eso facilita mucho las cosas. La coproducción es seguramente nuestra principal herramienta para la internacionalización de nuestro trabajo audiovisual, pero no la única. Este año, además de San Sebastián, iremos a Busan y Ventana Sur, que son parte de nuestra estrategia de internacionalización. En Brasil también existe la intención institucional de fortalecer lazos con los países asiáticos. Es una decisión estratégico, por eso viajaremos a Busan con una delegación realmente grande.

“Brasil es un actor muy interesante porque tenemos varias oportunidades para acceder a fondos públicos, y este es un escenario que está madurando de nuevo con esta administración”.

El mercado asiático siempre ha estado bastante distante de Latinoamérica, ¿cómo describirías ese mercado?

Asia es muy extensa, así que no es posible generalizar. Está China, está Corea, está Japón, y cada uno de estos mercados tiene sus propias características. En China se han exhibido películas brasileñas pero no es tan sencillo, hay cuestiones culturales involucradas. Ahora mismo, nuestro mayor esfuerzo está en Busan, que es un mercado más consolidado y abierto. Nos centramos más en acercarnos a Corea del Sur, pero también hay interés de India. Brasil está muy bien preparado para este intercambio, porque tenemos una diplomacia muy activa con Asia.

¿Cómo describirías el panorama actual para los productores brasileños?

La situación ha mejorado, nuestros fondos están un poco más activos y eso hace que nuestra industria vuelva a florecer y tenga más posibilidades de prosperar. Las principales líneas de financiación pública ya se han reconstruido, pero aún existen varios desafíos e interrogantes. De cualquier modo, las producciones brasileñas están haciendo buenos recorridos por festivales internacionales, como “O último azul” de Gabriel Mascaro en Berlín, “Manas” en Venecia el año pasado y, por supuesto, de “O agente secreto” de Kleber Mendonça Filho en Cannes. Esto demuestra que el sector ha comenzado a florecer nuevamente.

¿Qué desafíos enfrenta hoy la industria audiovisual brasileña?

La falta de previsibilidad es un desafío. Los productores se quejan mucho de este aspecto, de no saber cuándo se lanzará un concurso, cuándo llegarán las respuestas o cuándo llegará el dinero. También es un reto crear una línea de razonamiento común entre las esferas municipal, estatal y federal. Existe un debate en curso sobre cómo gestionar el presupuesto del Fondo del Sector Audiovisual de forma más inteligente para el país.  Nadie cuestiona la necesidad de diversificar y de que el dinero llegue a todos de la forma más equitativa posible, pero la formación es fundamental. Por eso, a veces es difícil seleccionar un proyecto cuya productora aún no tiene la fuerza para gestionarlo. Es una discusión muy enriquecedora porque tenemos productoras en zonas muy importantes como Pernambuco y Rio Grande do Sul, pero una parte muy significativa se concentra entre São Paulo y Río de Janeiro. Estas productoras han crecido en los últimos 20 años gracias a las políticas públicas.